La gran ilusión del yachting inglés del miércoles pasado, cuando INEOS Britannia ganó las dos regatas del día y así pudo recortar a 2-4 la distancia contra los neozelandeses, comenzó este viernes a desvanecerse. Perdieron la séptima y octava regata de la gran final y así quedaron cuatro regatas debajo de los kiwis, que el sábado solo necesitan ganar una de las dos carreras del día para coronarse campeones y quedarse con la America’s Cup por tercera vez consecutiva.
Ahora la serie se encuentra 6-2 a favor de los neozelandeses, y es match point. Pueden volver a ganar y así terminar de confirmar su dominio absoluto en esta Era Kiwi en el mar. Ganaron en 2017 a Estados Unidos, en Bermudas, recuperando la Jarra de las Cien Guineas para Nueva Zelanda. Volvieron a ganar en su casa, en Auckland, en 2021, sobre el Luna Rossa Prada Pirelli. Y este sábado pueden llevarse esta 37° America’s Cup en Barcelona si suman el punto que les falta para completar las siete regatas ganadas. Los kiwis pueden, además, conquistar su quinta America’s Cup, aún muy lejos de las 29 que ostenta Estados Unidos, a la que hay que sumarle la Queen’s Cup de 1851, en Isle of Wight, que dio origen a la leyenda de la America’s Cup.
Lo único que podría estirar la definición del campeonato para los kiwis es un milagro y una epopeya británica que dé vuelta lo que por ahora parece imposible. Ben Ainslie, el capitán del equipo inglés, el máximo regatista de la historia moderna británica, ya logró una vez dar vuelta un match point y revertir el 1-8 del equipo norteamericano para el cual oficiaba de táctico, y ganar la 34° America’s Cup de San Francisco, en 2013, por 9-8 contra los neozelandeses, sus actuales rivales. Parece un milagro difícil de alcanzar, pero esto es la America’s Cup y lo imposible suele ocurrir.
Emirates Team New Zealand navegó este viernes siempre más rápido y con un control de vuelo perfecto. Etapa tras etapa, en la primera regata del día fue estirando las distancias y dejando a INEOS Britannia a 1.100 metros y eternos 73 segundos detrás al cruzar la línea final.
Tras una largada muy pareja y un breve dominio inglés, Emirates Team New Zealand controlo rápidamente la primera “leg”, jugándose por la derecha del campo de regatas, en donde pareció siempre que había más viento. Para el final de segunda etapa los kiwis lograron consolidar los 10 segundos de distancia sobre el equipo británico. A pesar de que Gran Bretaña se siente más cómoda en los vientos de popa, las distancias comenzaron a estirarse y para el final de la cuarta etapa de seis, los kiwis estiraron a unos 300 metros la distancia sobre INEOS Britannia y pudieron controlar de allí en más la carrera. Nunca INEOS Britannia llegó a incomodar a Emirates que, sin errores (tampoco del lado británico) pudo cerrar una séptima regata sin problemas y aumentar a cinco sus triunfos en esta 37° America´s Cup.
En la octava regata, la segunda de este viernes, no hubo guerra en la prelargada y los barcos partieron separados por buena distancia entre sí, como si corrieran cada uno una regata distinta. La prelargada es ese momento clave en el cual los competidores del match race pueden, o no, comprometerse en un juego agresivo en el que se busca sacar ventaja quitando el viento al otro, dejarlo mal parado al forzar un error que haga perder el vuelo, o simplemente llegar a la línea con mayor velocidad y así colocarse desde el segundo uno en posición de control de la carrera. No hubo guerra porque los kiwis no aceptaron el juego hostil de los británicos, se mantuvieron lejos de los cruces peligrosos y llegaron muy veloces a la partida misma.
De allí en más, Nueva Zelanda eligió la izquierda y Gran Bretaña la derecha del campo de regatas, para mantener lo que la prelargada había anticipado: cada cual corrió su regata. El dominio kiwi fue inmediato, estirando a 150 metros la distancia a menos de la mitad de la primera “leg”. Nueva Zelanda no necesitó marcar al INEOS Britannia y jugó su propio juego, con bordes largos de izquierda a derecha y luego regreso a la izquierda del campo de regatas, siempre cruzando muy por delante a INEOS Britannia.
Llegaron a la primera boya de barlovento con una distancia de 140 metros y 15 segundos a favor de Nueva Zelanda, que de allí en más nunca tuvo dolores de cabeza. Una “leg “de las ocho en juego dominada y el resto de la regata fue casi un monótono juego de control total de parte del equipo kiwi. Por si fuera poco, INEOS Britannia, apenas comenzando la segunda leg tuvo una pérdida de vuelo que le sumó metros a la distancia que ya le llevaban los kiwis. El comienzo de la última etapa mostró a Gran Bretaña 50 segundos detrás del Nueva Zelanda y con una distancia de casi 1000 metros entre los barcos.
La regata que dejó el match point a favor de Nueva Zelanda fue una obra de arte de manejo del vuelo y control del barco de los kiwis, pero también una competencia sin atractivos. En las estadísticas de media carrera ya se veían promedios de velocidades de aproximación a las marcas (VMG) un nudo más rápidas a favor de los kiwis, que siempre navegaron más veloces, perfectos en sus maniobras y confirmando que no se pueden esperar errores de su parte como para ilusionar a un equipo británico que necesita una epopeya para recuperarse.
Hay un dato no menor que también puede alterar el calendario de la definición de la 37° America’s Cup: para el sábado y el domingo hay pronósticos de calmas en las costas de Barcelona. Las regatas se corren con vientos de 6.5 nudos (12 km/h) de mínima y 21 nudos de máxima. Y para el fin de semana el pronóstico dice 4 a 5 nudos en las horas de las regatas.
Puede ser que el final anunciado de la ilusión británica deba esperar. O, visto con otros ojos, puede ser una buena señal para el equipo de Ben Ainslie, que siempre que ganó a lo largo de estos dos meses de competencias en barcos voladores lo hizo cuando el viento y las olas decidieron dejar de lado la monotonía de las calmas mediterráneas.