Fue uno de los últimos en salir, un poco demorado por la conferencia de prensa. Sin embargo, detrás del corralito que bloqueaba el paso y protegía al micro sobre la calle Zufriategui, se pudo observar el rostro atribulado de Diego Martínez. Una vez sentado en el vehículo, camino a la Bombonera, el director técnico de Boca lucía pensativo detrás del ventanal. Como si sus pensamientos se perdieran a través de la General Paz. Y no es para menos, claro. A fin de cuentas, tiene varios frentes abiertos.

Más allá de la victoria en el Superclásico que valió la clasificación a las semifinales de la Copa de la Liga y del indiscutible sello que encontró para su equipo, los resultados no acompañaron y no se cumplió con ninguno de los objetivos que se plantearon en el primer semestre. Es cierto que el balance habrá que hacerlo después del choque con Vélez, que se disputará el viernes 14 de junio a orillas del Riachuelo. De cualquier modo, así gane antes del parate de la Copa América, no cambiará el concepto.

Boca no ganó la Copa de la Liga, ya que quedó eliminado ante Estudiantes en semifinales; no logró terminar primero en la fase de grupos de la Sudamericana, lo que lo obligará a jugar un playoff –hasta ahora con Libertad de Paraguay- para asegurar su continuidad en el certamen internacional; y sumó 4 de los 12 puntos disputados en la Liga Profesional. Para colmo, sufre una seguidilla de lesiones que pega de lleno en la estrategia del entrenador y mantiene un problema con tres de sus referentes: Darío Benedetto, Marcos Rojo y Pol Fernández.

Tan inquieto está Martínez, que tenía pensado darles tres días de descanso a los jugadores y el domingo, tras la caída ante Platense en Vicente López, les avisó que los esperaba el martes por la tarde en el predio que Boca posee en Ezeiza. Disciplinar al plantel también es una tarea que requiere firmeza. Darío Benedetto puede dar fe de esta cuestión. Aquella frase que lanzó después de su cumpleaños –“Noches felices, mañanas tristes”– fueron determinantes para la salida del referente, que no volverá a vestir la camiseta azul y oro. Y el caso de Marcos Rojo lo pone ante otra disyuntiva.

El capitán también quedó en el centro de la tormenta tras su expulsión frente a Platense. Jugó poco y nada en 2024: apenas estuvo en 10 de los 27 partidos del ciclo de Martínez y en solo 3 completó los 90 minutos. Al técnico no le gustó la tarjeta roja, al punto que ni le dirigió la mirada cuando abandonó el campo de juego. Rojo también había estado en el festejo de Benedetto, pero tiene la banca de Juan Román Riquelme. En la conferencia de prensa adelantó que durante la semana tendrá una charla cara a cara con el zaguero central.

Diego Martínez le cambió la cara a Boca, pero faltan los resultados. Foto: REUTERS/Agustín MarcarianDiego Martínez le cambió la cara a Boca, pero faltan los resultados. Foto: REUTERS/Agustín Marcarian

También Guillermo Pol Fernández, que dejó trascender a través de los medios partidarios que podría dejar el club a fin de año, cuando vence su contrato. Los silbidos que recibió en varios partidos habrían impulsado al santafesino a tomar esta drástica decisión. Para Martínez es titular y en hace algunas fechas que levantó su nivel, más allá de la descolorida actuación contra el Calamar. “Quiere mimos”, le deslizaron a Clarín desde el campamento xeneize.

Las lesiones no le permitieron a Martínez la continuidad de una formación de memoria, más allá de que los titulares ya están asignados. Desde enero, padeció 17 bajas en 27 juegos. Actualmente, continúan desgarrados Nicolás Figal, Aaron Anselmino y Luca Langoni. Además, se recuperan de roturas de ligamentos Exequiel Zeballos y Lucas Blondel. El domingo no pudo ser de la partida Edinson Cavani, con un problema en el tobillo, de acuerdo a la información que brindó el parte médico.

Futbolísticamente hubo buenos momentos y se ganaron más partidos (13) de los que se perdieron (6) y el joven mediocampo empezó a rendir sus frutos con Cristian Medina, Equi Fernández y Kevin Zenón. Justamente, tres de los futbolistas que perdería en el playoff de la Sudamericana. Durante la fecha en la que se jugará el ida y vuelta (semanas del 17 y 27 de julio), los Sub 23 estarían afectados a la Selección que disputará los Juegos Olímpicos de París 2024. También, Leandro Brey, arquero suplente. Nicolás Valentini está en la lista preliminar, pero el club no lo tiene en cuenta porque se negó a firmar la renovación de su contrato.

Diego Martínez gesticula en un entrenamiento. Foto: Javier Garcia Martino - Prensa CABJDiego Martínez gesticula en un entrenamiento. Foto: Javier Garcia Martino – Prensa CABJ

Más del 50% de los partidos del ciclo de Martínez, Boca los arrancó en desventaja. Fueron 14 veces. En la Bombonera le va mejor, claro. De hecho, está invicto. Todos los partidos que perdió fueron en condición de visitante. Marcó 41 goles, recibió 25. Sólo en 10 oportunidades pudo terminar con la valla invicta.

Por ahora, Riquelme se mantuvo en silencio, pero tendrá una charla con Martínez a fin de mes, después del partido que Boca jugará ante Almirante Brown por los 16avos de final de la Copa Argentina. Será el 19 de junio en Mendoza. El presidente ídolo tiene claro que la obligación es ganar un título y volver a clasificarse para la Copa Libertadores, la verdadera obsesión azul y oro.



Fuente Clarin

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