Una leyenda italiana sigue peleando por su vida en una clínica de Sicilia. Se trata de Toto Schillaci, el máximo goleador del Mundial 1990. Aunque su estado es delicado, el último parte médico llevo tranquilidad a los hinchas y despertó esperanzas en su familia, que se encarga de actualizar cómo avanza su cuadro.
A través de un comunicado oficial, el Hospital Cívico de Palermo aseguró que el exfutbolista presentó una leve evolución. «Respecto a cuando ingresó, su estado ha mejorado y en las últimas 24 horas ha necesitado menos oxígeno«, aseguraron las autoridades.
Según detallaron los medios locales, una delicada enfermedad que superó hace un año reapareció de forma más agresiva. Por lo tanto, los médicos tomaron la decisión de dejarlo en observación.
Cuando la internación tomó estado público, su esposa le agradeció a los fanáticos el apoyo y pidió privacidad para los allegados en este complejo momento. «No hay noticias, ni negativas, ni positivas, la situación está estacionaria. Sé lo mucho que Toto es querido por la gente, entiendo la atención. Sin embargo, les pido que respeten nuestro momento. No puedo decir nada más, gracias», remarcó Bárbara Lombardo en diálogo con la Gazzetta dello Sport.
Toto Schillaci entró por la ventana al Mundial 1990. De hecho, el entonces entrenador del combinado italiano lo sumó a la nómina como última opción. Sin embargo, el bajo rendimiento de los otros delanteros del equipo le permitió ganarse un lugar en el plantel.
Su actuación sorprendió a todos: no solo fue clave, sino que también se convirtió en el máximo goleador del certamen con seis tantos convertidos. Además, como si fuera poco, fue verdugo de la Selección Argentina, el último campeón del mundo vigente.
Su gol a los 18 minutos en la semifinal complicó al combinado dirigido por Carlos Salvador Bilardo, que se quedó con la serie y obtuvo el pase a la final en los penales.
Su carrera empezó en Messina, club en el que disputó 122 partidos. A raíz de su gran rendimiento, también pasó por clubes de la talla del Inter con 12 goles en 36 encuentros y Juventus, donde marcó 36 tantos en 132 duelos.
No obstante, se ganó el cariño de todo su país en el Mundial 1990, donde fue la sorpresa. Aunque solo vistió la camiseta de su país en 16 oportunidades, sus anotaciones lo llevaron a ser muy querido por los hinchas y respetado por sus compañeros.