Miles de quienes asistirán el viernes al AT&T Stadium de Arlington, en las afueras de Dallas, no habían nacido cuando este hombre se convirtió en el campeón pesado más joven de la historia, tal como había pronosticado su primer entrenador y mentor, Cus D’Amato. Muchísimos de los que seguirán el evento a través de una pantalla no tienen más que vagas referencias sobre el tipo que fue el terror de la división reina en sus años de oro. Y unos cuantos no se ruborizan al admitir que quien los atrae no es él, sino su adversario, el magnético Jake Paul. Como sea, allí estarán ellos porque allí estará Mike Tyson nuevamente sobre un cuadrilátero para coprotagonizar un espectáculo que tendrá el formato de un combate de boxeo.

A decir verdad, lo que ocurrirá este viernes será una pelea profesional, ya que el Departamento de Licencias y Regulación de Texas, el ente que ordena y normaliza los deportes de combate en ese estado, decidió sancionar como tal este enfrentamiento entre un hombre de 27 años y otro de 58, aunque hizo algunos ajustes en las normas para la ocasión: el duelo está pactado a ocho asaltos de dos minutos (habitualmente cada episodio dura tres minutos) y los contendientes utilizarán guantes de 14 onzas (regularmente se usan los de 10 onzas). Además, Tyson deberá realizarse esta semana un electroencefalograma y un electrocardiograma para obtener el permiso definitivo para trepar al ring, como cualquier peleador mayor de 36 años en Texas.

Ninguna medida precautoria parece excesiva en una situación como esta. Más aun si se tiene en cuenta que este show iba a realizarse el 20 de julio, pero se postergó porque, dos meses antes, Iron Mike sufrió una indisposición física preocupante: durante un viaje en avión desde Miami hacia Los Ángeles experimentó un malestar abdominal por el cual debió ser hospitalizado de urgencia. La imagen del otrora invencible campeón trasladado en una silla de ruedas generó temor y no ayudó a quienes fogoneaban su regreso a la actividad deportiva.

“Cuando llegué (al aeropuerto de Los Ángeles), fui al baño y vomité sangre. Lo siguiente que supe fue que estaba en el suelo y estaba defecando alquitrán. Así que fui (a un hospital) y me dijeron que tenía una úlcera enorme, de cinco centímetros y medio, que sangraba. Todos mis amigos me llamaban como si me estuviera muriendo”, detalló el expeleador neoyorquino, quien reveló que por ello había perdido casi 12 kilos. Seis meses después de aquel contratiempo, se siente listo para añadir esta coda tardía a su carrera.

El lapidario nocaut ante Trevor Berbick que lo convirtió en campeón con solo 20 años y 146 días. La unificación de todos los cinturones de la división máxima. La sorpresiva caída ante James Buster Douglas en Tokio. La condena por la violación de Desiree Washington, la prisión y el regreso. Una nueva consagración ante Frank Bruno. El mordisco a Evander Holyfield. La paliza que le propinó Lennox Lewis. La carrera de Tyson, que duró dos décadas, ya lo tuvo todo, incluso una triste y deslucida despedida frente al poco conocido irlandés Kevin McBride, quien lo derrotó el 11 de junio de 2005 en Washington.

Esa noche, el excampeón, a quien le faltaban 19 días de cumplir 39 años, exhibió una penosa imagen. Fue superado por un rival muy modesto, a quien le aplicó cabezazos, golpes ilegales y hasta un mordisco en un pezón, durante los seis asaltos que duró la desprolija contienda. Exhausto y resignado, Tyson se quedó sentado en su banco y no salió a combatir en el séptimo episodio. “Estoy acabado. Ya no me interesa boxear, no puedo seguir haciendo esto. No puedo mentirme a mí mismo y no voy a avergonzar al deporte que amo”, se sinceró esa noche al anunciar su retiro.

Mike Tyson, sentado sobre la lona durante su pelea ante Kevin McBride. Foto: Pablo Martínez Monsivais / AP.Mike Tyson, sentado sobre la lona durante su pelea ante Kevin McBride. Foto: Pablo Martínez Monsivais / AP.

Si entonces no quería y no podía boxear, ¿por qué lo hace ahora, casi dos décadas después? Si bien los 20 millones de dólares que tiene garantizados por esta presentación podrían ser un anzuelo demasiado seductor, no es la necesidad de dinero lo que empuja a Tyson, quien después de su retiro se convirtió en un exitoso empresario dedicado a la industria del cannabis, del que es un activo promotor y consumidor.

Tyson 2.0, su firma, comercializa flores, aceites medicinales, vaporizadores, accesorios y comestibles elaborados en base a cannabis (entre ellos, la Mike Bites, una gomita masticable con la forma de la oreja mordida de Evander Holyfield) en 20 estados de Estados Unidos y también en Países Bajos, España y Tailandia. De acuerdo con un reporte de la revista Forbes, la empresa generó 150 millones de dólares en ingresos en 2023.

Mike Tyson es propietario de una empresa que comercializa flores, aceites medicinales, vaporizadores, accesorios y comestibles elaborados en base a cannabis.Mike Tyson es propietario de una empresa que comercializa flores, aceites medicinales, vaporizadores, accesorios y comestibles elaborados en base a cannabis.

¿Entonces no es por el dinero? “Este pago no cambiará en absoluto mi vida, que seguirá siendo la misma. Solo quiero ponerme a prueba, quiero salir de mi zona de confort”, aseguró Tyson, quien explicó que, a los 58 años, estaba en mejores condiciones para combatir que cuando fue derrotado por Kevin McBride en 2005. “En ese entonces, consumía cocaína, alcohol, todo tipo de drogas. Me estaba matando. Ahora tengo una relación totalmente diferente conmigo mismo”, explicó.

El excampeón ya había hecho un pequeño paréntesis en su holgado retiro hace poco más de tres años, aunque ese retorno se produjo en condiciones bastante diferentes a las que anticipa el duelo del viernes ante Jake Paul. El 28 de noviembre de 2020, Tyson, que entonces tenía 54 años, enfrentó a Roy Jones Jr, exmonarca mediano, supermediano, mediopesado y pesado, quien atesoraba 51 primaveras. La contienda, una exhibición a ocho asaltos en el Staples Center de Los Ángeles, se saldó con un salomónico empate, pese a que el noqueador de Brooklyn había dominado a su rival.

Mike Tyson junto a su entrenador, el brasileño Rafael Cordeiro.Mike Tyson junto a su entrenador, el brasileño Rafael Cordeiro.

Aquel espectáculo, del que el protagonista estelar fue también coorganizador a través de la empresa Legends Only League, generó la venta de 1,6 millones de suscripciones de pago por evento y más de 80 millones de dólares de ingresos. Ello lo convirtió en el séptimo evento boxístico con más transacciones por el sistema PPV de la historia en Estados Unidos. Ese Tyson quincuagenario superó casi todas las marcas de PPV de sus años como púgil activo: solo se habían comercializado más paquetes para su segundo combate con Evander Holyfield, en 1997 (1,99 millones), y para su pelea ante Lennox Lewis, en 2002 (1,95 millones).

Ello dejó en evidencia que el veterano monarca conservaba su capacidad de atracción, que volverá a poner a prueba este viernes. Para ello, esta vez unirá fuerzas con un muchacho que también ha mostrado un gran poder de convocatoria, primero por sus intervenciones en las plataformas digitales y luego por su labor como pugilista. La gran duda, que recién podrá develarse cuando ambos trepen al encordado, es cuán en serio se planteará el pleito entre dos hombres separados por una brecha de 31 años.

Mike Tyson junto a Jake Paul posan tras una conferencia de prensa compartida en Nueva York. Foto: Peter Foley / EFE / EPA.Mike Tyson junto a Jake Paul posan tras una conferencia de prensa compartida en Nueva York. Foto: Peter Foley / EFE / EPA.

Al margen del parate impuesto por la úlcera que lo doblegó hace unos meses, Tyson se está preparando desde hace más de un año junto al entrenador brasileño Rafael Cordeiro (especializado en artes marciales mixtas), pero una cosa es golpear una bolsa pesada, realizar tareas de acondicionamiento aeróbico o incluso hacer sesiones de guanteo, y otra muy distinta es afrontar una pelea competitiva.

“Mike está mucho mejor que cuando peleó contra Roy (Jones). Con 58 años, es mejor de lo que era con 54. En los entrenamientos está mejorando su defensa, su potencia, su velocidad, su resistencia, su acondicionamiento, todo lo que necesita para dar un gran espectáculo”, avisó Cordeiro en una entrevista incluida en la docuserie MVP Uncut. Y pronosticó: “Mike se atreverá a matar o morir. Va a cazar a este chico como loco. Solo necesita un toque. Si Mike lo toca, se acabó”. El viernes se verá cuánto de ello tiene algún sustento. Porque, como aseguraba un reconocido aficionado al boxeo, la única verdad es la realidad.



Fuente Clarin

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