Los cuartos de finales de Indian Wells estuvieron picantes en distintos sentidos: para el número dos del mundo, Carlos Alcaraz, fue literal. Una invasión de abejas interrumpió su partido con Alexander Zverev, y la victoria vino con una picadura de regalo. Por su parte, el partido que protagonizaron Holger Rune y Daniil Medvedev, en la madrugada de la Argentina, tuvo una escena digna de una telenovela. En el primer punto del segundo set, Rune le tiró una pelota al pecho a Medvedev, y el ruso quedó esperando una disculpa que nunca llegó.

A pesar de haber devuelto el cañonazo al pecho, el punto se lo llevó el danés, quien dio media vuelta y siguió como si nada mientras que Medvedev se quedó en la red esperando su disculpa. El juez de silla que acercó su cuerpo desde su lugar eran todos los espectadores, los que estaban en las tribunas, y los que estábamos en el sillón de nuestras casas con los pochoclos en mano.

Cuando el pedido de perdón nunca llegó, el ruso se fue haciéndole un gesto desafiante a Rune. Con el anular y el mayor en ve, apuntó al nuevo bad boy y le advirtió que lo tenía en la mira… La cara de sobrador que puso el danés, que suele usar los shorts en modo jugador del Mundial 78, no pasó desapercibida.

Cual pareja de casados a punto de divorciarse, mientras Medvedev esperaba el saque del danés, se subió exageradamente los pantaloncitos para burlarse de él.

La tensión duró hasta el final del partido, cuando Medvedev se llevó la victoria lo encaró a Rune en la red y le dijo (siendo completamente ignorado): «No te escuché pedir perdón.»

«No hay razones para hablar de eso,» le respondió el danés sin siquiera mirarlo a los ojos. Un capítulo cualquiera de La Rosa de Guadalupe. Alguien que traiga la aspiradora del «asesino de abejas» para limpiar estas vibras.

Ya en la conferencia de prensa, Medvedev siguió hablando del tema. “Ahora vivimos en un mundo totalmente distinto debido a las redes sociales, un mundo que nos va a acompañar durante muchos años. Hoy los buenos puntos que jugamos no se recordarán, pero lo otro sí. Lo que pasó en la cancha se queda en la cancha, por suerte ya terminó. La cuestión es que no le vi pedir perdón, normalmente el jugador tiende a decir lo siento, disculparse, lo que sea, pero él no lo hizo. Ahí me volví loco por un momento, me enfadé. Con Carlos, por ejemplo, suele decirme lo siento, o se lo digo yo a él, entonces queda todo hablado y listo. Tampoco creo que haya una continuación a esta historia, no hay más”, trató de minimizar la historia.

Y cerró: “No tengo nada en contra de Rune, como digo, simplemente no le vi disculparse, pero después sí que se fue a por mí. No creo que haga estas cosas muy a menudo, aunque lo cierto es que es una muy buena táctica para ir contra tu oponente cuando llegas en una situación como esa, luego dices que lo sientes y te olvidas. Creo que cuando te disculpas, luego todo se olvida de inmediato, pero tampoco voy a sacar más ejemplos. En este caso no lo vi pedir perdón y me enfadé, lo siento por mi reacción, ya pueden seguir adelante”.

El resto de los partidos son los hijos del matrimonio disfuncional. El hijo que hace chistes para descontracturar fue el encuentro Paul-Ruud (los jugadores no el actor), que finalizó con la victoria del americano Tommy Paul por 6-2, 1-6, 6-3. Y por su parte, la hija mayor de la familia que siempre hace todo bien fue el partido de Jannik Sinner y Jiří Lehečka, con el triunfo del italiano por 6-3, 6-3.

La novela continúa este sábado en el anteúltimo capítulo de la temporada con la definición de quién quedará como número dos del mundo entre Carlos Alcaraz y Jannik Sinner, y el capítulo se completa con el encuentro entre Paul y Medvedev.

No te pierdas el final de temporada el domingo 17 de marzo.





Fuente Clarin

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