En los próximos meses, el boxeo tendrá un calendario de lujo. Tyson Fury y Oleksandr Usyk pujarán por convertirse en el primer campeón pesado indiscutido en tiempos de cuatro cinturones y Artur Beterbiev y Dmitry Bivol harán lo mismo entre los mediopesados; Saúl Álvarez expondrá sus cuatro coronas de los supermedianos ante Jaime Munguía y Naoya Inoue, las cuatro de los supergallos frente a Luis Nery; y el taquillero Ryan García desafiará al invicto Devin Haney. Entre tantos combates de elite se colará una pelea cuyo encuadramiento resulta complicado: la que protagonizarán Mike Tyson y Jake Paul el sábado 20 de julio en el AT&T Stadium de Arlington, en las afueras de Dallas.

Según la Real Academia Española, espectacular es aquello que tiene caracteres propios de espectáculo público, pero también algo aparatoso, ostentoso o que causa escándalo o gran extrañeza. A la luz de ello, parece evidente que será espectacular el pleito entre el youtuber convertido en boxeador y el jubilado excampeón mundial, que en sus años de oro fue el terror de los pesados y hoy es un exitoso empresario dedicado a la industria del cannabis, del que es un activo promotor y consumidor.

Desde que se anunció este evento hace dos semanas, varias preguntas sobrevuelan el universo del boxeo. Una de ellas es el carácter de la contienda: ¿será una pelea oficial o solo una exhibición? La respuesta correrá por cuenta del Departamento de Licencias y Regulación de Texas, el organismo que sanciona y regula los deportes de combate en ese estado. La lógica deportiva indica que nadie validaría un pleito en el que participará un hombre de 58 años (los cumplirá 20 días antes de la cita) y cuya última actuación profesional se remonta a junio de 2005 (fue noqueado por el irlandés Kevin McBride). Pero la lógica deportiva no parece ser la rectora de esta iniciativa.

Por las dudas, Iron Mike se ha embarcado en una activa campaña para mostrar al mundo su condición física. En sus cuentas de Twitter e Instagram compartió videos de sus sesiones de manopleo junto a su entrenador, el brasileño Rafael Cordeiro (especializado en artes marciales mixtas), y envió mensajes provocadores a Paul. La edición de video puede hacer maravillas en piezas de 10 o 15 segundos, pero Tyson necesitará más que eso para convencer a alguien de que está en condiciones de volver a boxear y de hacerlo contra un hombre 30 años menor que él.

El excampeón indiscutido de los pesados ya había hecho un pequeño paréntesis en su holgado retiro hace poco más de tres años, en tiempos en que la pandemia de coronavirus pareció impulsar a varias leyendas (Julio César Chávez, Evander Holyfield, Erik Morales, Jorge Arce) a seguir los pasos de Floyd Mayweather y regresar a los cuadriláteros por un rato. Aunque aquel retorno se produjo en condiciones bastante diferentes a las que anticipa el duelo ante Paul.

El 28 de noviembre de 2020, Tyson, que entonces tenía 54 años, enfrentó a Roy Jones Jr, exmonarca mediano, supermediano, mediopesado y pesado, quien entonces atesoraba 51 primaveras. La contienda, una exhibición a ocho asaltos en el Staples Center de Los Ángeles, se saldó con un salomónico empate, pese a que el noqueador de Brooklyn había dominado a su rival.

Mike Tyson protagonizó una exhibición ante Roy Jones Jr. en noviembre de 2020. Foto: Joe Scarnici / EFE / EPA.Mike Tyson protagonizó una exhibición ante Roy Jones Jr. en noviembre de 2020. Foto: Joe Scarnici / EFE / EPA.

Aquel espectáculo, del que el protagonista estelar fue también coorganizador a través de la empresa Legends Only League, incluyó shows musicales y cinco combates profesionales oficiales, y generó la venta de 1,6 millones de suscripciones de pago por evento y más de 80 millones de dólares de ingresos. Ello lo convirtió en el séptimo evento boxístico con más transacciones por el sistema PPV de la historia en Estados Unidos. Ese Tyson quincuagenario superó casi todas las marcas de PPV de sus años como púgil activo: solo se habían comercializado más paquetes para su segundo combate con Evander Holyfield, en 1997 (1,99 millones), y para su pelea ante Lennox Lewis, en 2002 (1,95 millones).

Esta vez, la transmisión en directo de la velada correrá por cuenta de Netflix. Será la primera vez que la plataforma de la ene roja (que tiene 260 millones de suscriptores) emita en vivo una cartelera de boxeo y la tercera en que lo hará con un evento deportivo de cualquier disciplina. El primero fue un certamen de golf que se disputó en el Wynn Golf Club de Las Vegas el 14 de noviembre de 2023 y en el que participaron profesionales del PGA Tour y pilotos de Fórmula 1. El segundo, una exhibición de tenis, promocionada como el Slam de Netflix, que Carlos Alcaraz le ganó a Rafael Nadal el 3 de marzo en el Michelob Ultra Arena, también en la Ciudad del Pecado. Por ese partido, el mallorquín cobró 1,5 millones de euros y el murciano, 1 millón.

En aquella cartelera que encabezaron Tyson y Roy Jones Jr. en Los Ángeles, uno de los combates complementarios fue protagonizado por un inexperto Jake Paul, quien esa noche noqueó en el segundo episodio al exbasquetbolista Nate Robinson. Esa fue la segunda pelea profesional de la estrella de las redes sociales (tiene 20,6 millones de suscriptores en Youtube, 26,3 millones de seguidores en Instagram y 17,4 millones en TikTok), quien 10 meses antes había despachado al también youtuber AnEsonGib en una contienda impresentable por el subterráneo nivel de su adversario, más parecido a un espantapájaros que a un pugilista.

Después de su victoria ante Nate Robinson, el Problem Child compartió una amena conversación con Tyson que hace unos días se encargó de desempolvar. “Sos una persona asombrosa. Quiero agradecerte por la oportunidad que me diste de pelear en esta cartelera”, dice un embelesado Paul. “Aunque me caés bien, eso no significa que te haya dado la oportunidad solo por eso. Y vos la aprovechaste”, le retribuye el excampeón. Cuarenta y cuatro meses después de aquel diálogo, esos dos hombres compartirán un cuadrilátero.

Para llegar a esto, Paul ha recorrido, nobleza obliga, un camino ascendente en el boxeo, primero ante arribistas como él, luego ante peleadores de artes marciales mixtas y en el último tramo frente a púgiles hechos y derechos. En este sendero de aprendizaje, que hizo encuadrado en la división crucero (hasta 90,8 kilos), cedió su invicto en febrero de 2023 ante Tommy Fury, uno de los hermanos del campeón pesado Tyson Fury. Pero también sumó dos de sus nueve victorias contra hombres con experiencia en el ensogado, Andre August y Ryan Bourland. Y, lo más importante, mostró una notable mejoría en sus habilidades a fuerza de constancia en el entrenamiento. Si bien está muy lejos del primer nivel, ya no es el rudimentario peleador que lanzaba ramalazos sin ton ni son en sus primeras presentaciones.

“Él creció significativamente como boxeador a lo largo de los años, así que será muy divertido ver lo que la voluntad y la ambición de un niño pueden hacer con la experiencia y la aptitud del más grande de todos los tiempos”, lo elogió (y se elogió) Tyson, quien, de todos modos, pronosticó una segura victoria: “Es un momento en el que se cerrará el círculo, ya que yo le inicié en su viaje por el boxeo en la cartelera de mi pelea con Roy Jones y ahora planeo acabar con él”.

Jake Paul tiene un récord profesional de nueve victorias y una derrota. Foto: Sam Hodde / Getty Images / AFP.Jake Paul tiene un récord profesional de nueve victorias y una derrota. Foto: Sam Hodde / Getty Images / AFP.

Si la estructuración de la exhibición ante Jones Jr. estuvo a cargo de la empresa de Tyson, esta vez la sartén cambió de manos: el evento de 20 de julio en Arlington será organizado por Most Valuable Promotions (MVP), la firma que Paul fundó en septiembre de 2021 y que ya gestionó veladas muy potentes como la primera en el Madison Square Garden con un combate entre mujeres como pleito estelar: el que protagonizaron la puertorriqueña Amanda Serrano (una estrella del pugilismo femenino, quien fue el primer fichaje de MVP) y la irlandesa Katie Taylor el 30 de abril de 2022 por el reinado indiscutido en la división ligero.

Paul y su equipo confían en que el 20 de julio llenarán el AT&T Stadium de Arlington, que tiene 80.000 asientos y puede ampliar su capacidad otras 20.000 butacas. “Este combate es un sueño y esperamos que sea el evento más visto en la historia del boxeo moderno”, se ilusionó Nakisa Bidarian, cofundador de MVP. “Seis generaciones de aficionados tendrán un interés especial en el resultado y podrán ver al antihéroe, Jake Paul, poner todo en juego contra el hombre más malo del planeta, Mike Tyson”, aseguró el empresario, quien ya se frota las manos junto a su socio pensando en las ganancias que les otorgará este espectáculo.



Fuente Clarin

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