Lourdes Carlé (82ª) venía de 11 triunfos consecutivos en el circuito, con un título y la irrupción en el top 100 incluida. Pero las rachas están para cortarse y su paso por el WTA 1000 de Madrid, donde había arrancado en la qualy, llegó a su fin en la tercera ronda, instancia en la que cayó ante Jelena Ostapenko (10ª) por un doble 6-3 en 1h29m.

La deorense de 24 años está viviendo sus primeras experiencias en el tour. Después de haber cruzado el Rubicón de las 100 mejores del mundo, empezó a sumar vivencias en los grandes estadios. Y en una de las tres canchas en importancia en la Caja Mágica, presentó batalla ante una rival que atraviesa un buen presente y que, además, se luce en el polvo de ladrillo. De hecho, fue campeona de Roland Garros en 2017.

A pesar de haberla complicado desde el fondo y de haber podido entrar en largos intercambios plantada en la línea de base, hubo momentos en los que se notó la diferencia de jerarquía. La letona castigó con el drive y si bien cometió varios errores no forzados, fue el golpe con el que logró desnivelar un partido que había arrancado complicado.

Si hubo un problema que ninguna de las dos consiguió resolver fue el servicio. Lourdes conectó un 77% de primeros pero sus números quedaron lejos de los necesarios para poder soñar con una victoria, dado que ganó el 48% con el saque inicial y apenas un 24% con el segundo. Claro, del otro lado de la red tampoco hubo estadísticas perfectas, aunque terminaron siendo mejores (56% y 45%, respectivamente).

El slice, una arma más que interesante para la superficie, le sirvió a Carlé para mover a su adversaria y tratar de que no pegara firme. Al cabo, cosechó cuatro quiebres (tres en el inicio del partido) contra siete de Ostapenko.

Carlé quedó al borde del top 70

La argentina aparecerá dentro de dos lunes en el puesto 71 (+11) del ranking mundial, gracias a los 80 puntos que cosechó en Madrid.



Fuente Clarin

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