El Champ-de-Mars Arena, en el Distrito 7 de París, y los 7.000 espectadores que lo abarrotaron fueron testigos este martes de un momento histórico para el olimpismo: el cubano Mijaín López Núñez se quedó con el título en la categoría superpesado (130 kilos) de lucha grecorromana, logró su su quinto oro consecutivo en esta prueba y así se convirtió en el primer hombre en lograrlo en un deporte individual. De esta manera, le puso el broche de oro a una carrera notable a dos semanas de alcanzar las 42 primaveras. “Son muchos años y ya quiero estar con mi familia”, había contado un mes atrás, al anunciar que se retiraría tras los Juegos.

El Gigante de Herradura, que había llegado a la instancia decisiva sin dificultades (había eliminado al surcoreano Seung-chan Lee, al iraní Amin Mirzazadeh y al azerí Sabah Shariati), batió 6-0 en una final especialísima a Yasmani Acosta, cubano como él, pero representante de Chile, para quien su rival fue un espejo durante años y también el motivo que lo empujó a abandonar su país y buscar nuevos horizontes.

López, quien además es graduado de la Universidad de Ciencias de la Cultura Física y el Deporte Manuel Fajardo de La Habana, extendió a dos décadas y 20 luchas su invicto olímpico. En su exitosísima historia en los Juegos, solo lo derrotó el ruso Khasan Baroyev en los cuartos de final de Atenas 2004. Tras ello, se consagró en Beijing 2008 (se tomó revancha en la final ante Baroyev), Londres 2012 (venció al estonio Heiki Nabi), Río de Janeiro 2016 (superó al turco Riza Kayaalp) y Tokio 2020 (batió al georgiano Iakobi Kajaia). En esa cita en la capital japonesa, se quedó con el oro sin conceder siquiera un punto en sus cuatro luchas.

Con ese éxito en suelo nipón se había convertido en el primer luchador en ganar cuatro títulos olímpicos y el quinto atleta en conseguir cuatro oros consecutivos en el mismo evento individual: antes lo habían logrado los estadounidenses Al Oerter (lanzamiento de disco), Carl Lewis (salto en largo) y Michael Phelps (200 metros medley de natación), y la japonesa Kaori Icho (lucha libre).

Por entonces, ya muchos querían jubilar a este gigantesco hombre de 1,98 metros, que nació en Pinar del Río y comenzó a practicar esta disciplina cuando tenía 10 años. Sin embargo, él estaba convencido de que todavía tenía cuerda. “Llevo 29 años en mi carrera deportiva. Sé cuándo empecé y sé cuándo terminaré. No será cuando quiera alguien, sino cuando quiera yo”, avisó en ese momento. Dos años más tarde, tras conseguir en Santiago de Chile su quinto oro panamericano, ratificó su voluntad de aspirar a una medalla olímpica más: “Gozo de buena salud y de mi mente positiva. Hay que entrenarse, cuidarse, ser disciplinado y planear estrategias. Tengo confianza en lograr ese oro”.

En Tokio 2020, Mijaín López consiguió su cuarto oro olímpico. Foto: Jack Guez / AFP.En Tokio 2020, Mijaín López consiguió su cuarto oro olímpico. Foto: Jack Guez / AFP.

Este martes lo logró. Y lo hizo superando en la final a un rival con quien compartió años de entrenamiento y competencia en su nación. Para Yasmani Acosta, López fue un referente y un maestro, pero también el hombre que retrasó su participación en unos Juegos Olímpicos, puesto que cada país solo puede enviar un luchador por categoría y ese lugar estuvo reservado en las últimas dos décadas para el pinareño por mérito propio.

“Mijaín es el mejor del mundo. En Cuba estuve siempre detrás de él. Me entrené con él todos los días durante nueve años. Lo aprecio mucho. Pero hay que entender las circunstancias. Lloré viendo los Juegos Olímpicos porque vi que había muchos a los que yo ya les había ganado. Salí de Cuba para lograr un sueño. Amo tanto a Cuba como a Chile”, explicó Acosta en una entrevista en junio de 2018, cuando ya llevaba más de tres años radicado al pie de la Cordillera de los Andes.

En abril de 2015, tras conseguir la medalla de bronce en el Campeonato Panamericano que se llevó a cabo en Santiago de Chile, el luchador nacido en Matanzas abandonó la delegación cubana, desertó y se quedó allí. Durante dos años no pudo competir y trabajó como guardia de seguridad. Recién en 2017 comenzó a representar a su nueva patria (debutó con un segundo puesto en el Campeonato Panamericano de Salvador de Bahía). Y en enero de 2018 el Congreso chileno le otorgó la nacionalidad “por especial gracia”, una posibilidad contemplada en el artículo 10° de la Constitución de esa nación para «personas notables y destacadas» con «una vinculación real con la comunidad nacional» y cuya actividad «se traduzca en un beneficio efectivo y relevante para el país».

Yasmani Acosta representa a Chile desde 2017. Foto: Arlette Bashizi / Reuters.Yasmani Acosta representa a Chile desde 2017. Foto: Arlette Bashizi / Reuters.

“Estoy muy contento y me siento en deuda con todas las personas que me han ayudado. Ahora me siento un chileno más y me enfocaré en mi próximo desafío deportivo”, celebró Acosta en ese momento. Cinco meses después, ganó la medalla de oro en los Juegos Sudamericanos de Cochabamba. Tras ello, consiguió la medalla de bronce en los Juegos Panamericanos de Lima 2019 y en los de Santiago de Chile 2023, repitió el oro sudamericano en Asunción 2022 y consiguió un quinto puesto en el Mundial de Oslo 2021.

Además, alcanzó su sueño olímpico en Tokio 2020. En esos Juegos, cayó en los cuartos de final ante el uzbeko Muminjon Abdullaev. En su segundo intento, en París, tuvo que recorrer un camino sumamente trabajoso para acceder a la final ante su ídolo y excompañero: dejó en el camino al búlgaro Kiril Milov en los octavos de final, al egipcio Abdellatif Mohamed en los cuartos y al chino Meng Lingzhe en las semis.

Si bien Mijaín López es un sólido defensor de la política deportiva cubana, el también pentacampeón mundial nunca cuestionó a Acosta por haber desertado. “Será una final muy bonita, de hermandad. Él ha sido un eslabón importante en mi carrera deportiva. Empezamos en esto hace mucho tiempo, éramos unos niños, y ahora nos mediremos por un título olímpico. Va a ser hermoso”, había destacado en la víspera de la lucha decisiva. Y había añadido: «Él decidió vivir en otro país, al que ahora representa, pero es cubano. La sangre de la misma tierra nos corre por las venas».

Mijaín López fue abanderado de la delegación cubana en las últimas cinco ediciones de los Juegos Olímpicos. Foto: David Goldman / AP.Mijaín López fue abanderado de la delegación cubana en las últimas cinco ediciones de los Juegos Olímpicos. Foto: David Goldman / AP.

Al momento de la acción, el Gigante de Herradura dejó al margen de la colchoneta el compañerismo y la fraternidad, batió a su compatriota y le dio un nuevo oro olímpico a su nación (el primero en París 2024), de la que además fue abanderado en la ceremonia de inauguración junto a la yudoca Idalys Ortiz. En ello también López es un hombre récord: portó el emblema patrio por quinta vez, más que ningún otro deportista cubano. “Es un orgullo, ya que significa la confianza ratificada por mi país. Y es un honor estar al frente de tantos atletas que también son medallistas y campeones”, valoró el multicampeón, quien probablemente volverá a portar el pabellón en la fiesta de clausura de los Juegos.



Fuente Clarin

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