Los vendedores ambulantes locales se perdieron un negocio que les hubiera dado buenos ingresos este fin de semana en San Pablo. Miles de argentinos recorrieron Interlagos preguntándose dónde podían comprar una remera o una gorra de Williams pero cuando encontraron alguno de los pocos F1 Stores la respuesta fue la misma: no hay nada.

“Se agotó el viernes en 45 minutos”, le confirmó a Clarin uno de los vendedores en el puesto montado en la tribuna H, una de las populares. Lo mismo se replicó en el exclusivo sector Orange Tree Club, donde había que tener una pulserita y una credencial vip para ingresar. “No hay indumentaria de Williams, se acabó todo y no llegó nada de Colapinto”, reafirmaron allí.

En el escaso tiempo en el que hubo -ese viernes de apertura de puertas a las 8-, las gorras se conseguían a 500 reales y las remeras a 800, es decir, 85 y 136 dolares, respectivamente, menos de lo que pudo observar Clarin en el GP de México, donde por una gorra pedían 100.

Los fanáticos se quedaron una hora y media para saludar a Franco Colapinto. Foto: : Juano Tesone / Enviado especial Los fanáticos se quedaron una hora y media para saludar a Franco Colapinto. Foto: : Juano Tesone / Enviado especial

Claro que los precios no están acordes a los bolsillos flacos de los argentinos, que ya gastaron alrededor de 2.500 dólares en promedio para venir a ver a Franco. Con los impuestos, la gorra se elevaría a 105 mil pesos y la remera -lo más conveniente en la comparación- 168 mil. Y eso que no es lo más caro: una campera de Ayrton Senna, a quien Lewis Hamilton conmemoró este domingo al pilotar el McLaren con el que el brasileño ganó su segundo título, salía 1000 reales y una campera de Red Bull, el equipo con el que Max Verstappen ganó los últimos tres campeonatos, 1400.

Se pudieron ver, sin embargo, algunos argentinos con gorras y remeras de Williams: un grupo de invitados de Puma, la marca que viste al equipo de Grove, que acaba de incorporar a Charles Leclerc como embajador de la marca y que tiene una larga trayectoria en la F1, donde acompaña pilotos desde la década del ’80 y es el proveedor oficial de la categoría desde este año, dándole equipamiento a todos los staff en los 24 circuitos donde se disputa el campeonato. «Tengo que tener cuidado porque me la van a robar», deslizó con humor un representante de una cadena deportiva que llegó en esa comitiva.

Según pudo averiguar Clarín, en Argentina «todavía no está disponible» la indumentaria oficial de Colapinto pero tampoco está descartada la posibilidad de tenerla en un futuro cercano, aunque la marca no supo confirmar una fecha tentativa. Lo sí reconocieron es que «la aparición de Franco en la F1 es un hito y generará un interés mayor del consumidor local y en los más jóvenes en los deportes de motor».

Interlagos, en celeste y blanco. Foto: Juano Tesone / Enviado especial Interlagos, en celeste y blanco. Foto: Juano Tesone / Enviado especial

Por eso, por ahora, la única opción disponible es volcarse a la ropa trucha. «Le vamos a hacer caso a Franco», soltó Liam, que llegó desde Buenos Aires e intentó comprar (sin éxito) en Interlagos el sábado, haciendo referencia a cuando el piloto dijo que no gastaran en la indumentaria oficial. Víctor e Isidro, de Berazategui, ya lo hicieron y aquí se pusieron las remeras azules imitación: «Pedimos a través de Mercado Libre -otro de los sponsors del argentino- y nos mandaron esto».

A diferencia de lo que ocurrió en los alrededores del autódromo, donde no hubo ropa de Colapinto pero sí se podían conseguir gorras truchas a 60 reales, en el banderazo que la hinchada argentina le realizó a Colapinto en el exclusivo barrio de Jardim Paulista, en el punto neurálgico de la ciudad, un bonaerense que llegó en auto aprovechó la oportunidad para vender remeras de imitación.

«A la camiseta, a la camiseta», gritaba mientras anunciaba que las vendía a 200 reales. «Cuando Franco dijo que compren las cosas truchas, dije bueno ‘me autorizó'», bromeó con una amplia sonrisa mientras las ventas en su stand precarizado se multiplicaban por la locura de los compatriotas que quisieron comprar la oficial pero no pudieron en Interlagos.



Fuente Clarin

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