Volvió el fútbol y volvieron los conflictos que involucran a las barras bravas. Y Mendoza fue otra vez escenario de una interrupción de un encuentro de Primera División. Un grupo de barras de Independiente Rivadavia, que le estaba ganando 1-0 a Gimnasia, se metió en el campo de juego. Primero demoraron el arranque del segundo tiempo y luego a partir de los siete minutos obligaron al árbitro Fernando Echenique a demorar el juego durante ocho minutos.

Mientras todo el estadio cantaba “ohhh, que se vayan todos, que no quede, ni uno solo”, en un claro repudio a los que estaba sucediendo, los barras de La Lepra seguían con su accionar coercitivo.

No tiraron piedras como los de Godoy Cruz en el partido con San Lorenzo en su afán de suspender el encuentro, que finalmente sucedió a los dos minutos del segundo tiempo (el árbitro finalmente lo suspendió a los 7) y además hubo incidentes entre los barras y la gente común. A Godoy Cruz le descontaron tres puntos y todavía restan jugar 38 minutos.

En este caso, los que se metieron en el campo de juego buscaron enviar un mensaje a la dirigencia encabezada por Daniel Vila. La especulación tiene que ver con el reparto de entradas para la barra. Después de ocho minutos, el operativo de seguridad pudo controlar la situación y el encuentro continuó.

***Noticia en desarrollo***



Fuente Clarin

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