Cuando Yael Falcón Pérez llevó el silbato a su boca e indicó el final del partido en el Kempes, desde la tribuna Artime y la platea Ardiles se escucharon alaridos. Fueron gritos que entremezclaban desahogo y felicidad. Allí estaban los hinchas de Boca, que luego de sufrir tanto con las eliminaciones ante River en los últimos tiempos, esta vez pudieron desquitarse en la cancha y no por televisión, como había sucedido en las dos de 2021, en medio de la pandemia. Entonces, en el estadio se armó un festival azul y amarillo. Con los jugadores todos abrazados yendo a ofrendarle el triunfo a todos los Xeneizes y con Juan Román Riquelme metido entre ellos como un hincha más en la platea baja, a puro festejo.
Consumado el triunfo, los hinchas de Boca se quedaron en el Kempes hasta que salieran los de River. Y con un repertorio de canciones disfrutaron la victoria, con dedicatorias incluidas al eterno rival. “Señores soy de Boca y lo sigo a todos lados”, cantaban los Xeneizes y “A River lo vuelvo loco con la azul y la amarilla” fueron algunos de los hits. Y siguieron: “Es para vos, es para vos, gallina…”
Del otro lado, en la popular Willington y la platea Gasparini, la desazón era grande. Así y todo, los hinchas de River se retiraron cantando y revoleando algunas camisetas al aire. Como para descargar la bronca.
Los hinchas de Boca y de River no se veían las caras en una cancha desde el 9 de diciembre de 2018, en la final de la Copa Libertadores que River le ganó a Boca en Madrid. Y en el país, desde el 14 de marzo de ese año, en Mendoza, cuando River también ganó otra final, la de la Supercopa Argentina.
Entonces, la expectativa era grande. Y la pasión del Superclásico se trasladó a Córdoba, que quedó sitiada por el rojo y blanco y el azul y amarillo.
A medida que las horas y los minutos pasaban, la efervescencia creció. Y un ratito antes de las 15.30, cuando salieron los dos equipos a la cancha, el Kempes estalló cuando salieron los dos equipos a la cancha y las bengalas de humo le dieron un gran colorido al escenario.
Hasta el momento del comienzo del encuentro, los hinchas de Boca estuvieron más encendidos. Y los de River fueron tomando fuerza de a poco hasta que a los 10 minutos del primer tiempo se hicieron escuchar más y dominaron el cancionero en la atmósfera del Kempes.
Coincidieron en ese momentos dos situaciones. Una de ellas el gol de Miguel Borja, que hizo enrojecer las gargantas riverplatenses. Y el otro, fue el ingreso de la barra. Los Borrachos del Tablón finalmente estuvieron presentes y desplegaron sus habituales banderas y los tirantes. A su vez, en el entretiempo la tribuna Willington se tiñó de rojo y blanco con una gran cantidad de globos largos.
Del otro lado, La Doce estuvo a pleno, con sus típicas trapos, los tirantes azules y amarillos. Y los plateístas acompañaron a puro grito ya desde antes del comienzo del partido.
Los de River pudieron enrostrarle por primera vez, tras seis años la final de la Libertadores 2018. “Tomala vos, damela a mí, el que no salta, murió en Madrid”, se entonó con fuerza. Los de Boca respondieron con “el que no salta, se fue a la B”.
LE MOSTRÓ EL ESCUDO A LA HINCHADA 🔵🟡
Bajo una OVACIÓN total, así se retiraron CAVANI y MERENTIEL 🇺🇾⚽
Los uruguayos se ganaron el corazón de los hinchas de Boca.#LPFxTNTSports pic.twitter.com/cE5xDRs8Pm
— TNT Sports Argentina (@TNTSportsAR) April 21, 2024
Y hubo un ida y vuelta permanente con canciones históricas. “A River lo sigo a donde va, no importa en que cancha juguemos, siempre te vamos a alentar”, entonaban los Millonarios. “Yo soy de Boca desde que estaba en la cuna”, arremetían los de Boca. Los cimientos del Kempes se movían con los saltos de los más de 50 mil hinchas.
Una particularidad se vivió en los primeros minutos del segundo tiempo, cuando se produjo la jugada del gol anulado a River. Los Millonarios lo gritaron y un ratito después, los de Boca, tras el fallo, estallaron como si hubiese sido un gol propio. Y desde ese momento, como en la cancha, los de azul y amarillo se levantaron en las tribunas. Y al compás de los goles y del triunfo, armaron su propio festival.