“Me estás diciendo una barbaridad, Carlos”. La frase, quizá, sea una de las más recordadas entre la centena que se pronuncian entre las, a su vez, cientos de discusiones entre los tenistas y los umpires. Esta, en particular, salió de la boca del español Rafael Nadal en un partido ante el checo Tomas Berdych en el Masters. Y el Carlos en cuestión era el brasileño Bernardes, tal vez uno de los jueces más reconocidos en el circuito.
Hay algunos umpires que sobresalen más que otros por su manera de relacionarse con los jugadores o por su carisma. Y allí aparece el paulista Bernardes, el mismo que este jueves sumó un duro cruce con el ruso Daniil Medvedev y quien a fin de año le pondrá punto final a su extensa carrera que inició internacionalmente en 1992.
Bernardes, cuya fama lo llevó a sacarse fotos con los fans argentinos cada vez que vino a Buenos Aires, dirigió a todos los grandes (Djokovic, Federer, Murray y el propio Nadal, por supuesto) en todas las finales grandes (Grand Slams y Masters) pero también experimentó polémicas situaciones. Y allí se destacan otras extensas discusiones con Carlos Berlocq, el ruso Marat Safin, el español Alejandro Davidovich, el australiano Nick Kyrgios y el danés Holger Rune, por ejemplo.
Más allá de esos contrapuntos, Bernardes no olvida la solidaridad que recibió de los jugadores cuando en enero de 2021, en plena burbuja por el Covid 19 en un hotel de Melbourne, sufrió un ataque al corazón y zafó de milagro.
Dicen que, internado, veía el video de YouTube con el famoso “me estás diciendo una barbaridad, Carlos”. Y sonreía.