La despedida del semestre entrega una sonrisa para Boca. Después de un arranque con altibajos en la Liga Profesional y con la incertidumbre del repechaje en la Sudamericana por delante, el triunfo ante Almirante Brown no sólo lo clasifica a los octavos de final de la Copa Argentina, instancia en la que enfrentará a Talleres de Córdoba; además, relaja las tensiones de cara a las vacaciones para recargar energías, mientras Juan Román Riquelme se ocupa de reforzar el plantel. El partido lo obligaba a una victoria y cumplió al pie de la Cordillera. Pesó la jerarquía, claro.

Aunque le costó destrabar el marcador. Recién pudo hacerlo en el desenlace del primer tiempo, tras una indecisión de Leandro Iglesias en tres cuartos de cancha. El delantero dudó cuando tenía a Joaquín Ibáñez abierto para el pase a la izquierda, recuperó Cristian Lema, su tocayo Medina filtró para Miguel Merentiel y el uruguayo clavó un remate cruzado, inatajable para Ramiro Martínez. ¿Estaba en posición adelantada? Pareció milimétrica, pero en esta competencia no hay VAR.

Boca se sintió incómodo en esos primeros cuarenta y cinco minutos, pero terminó aflorando gracias a sus individualidades. Almirante Brown mostró intensidad, no se achicó y lejos de jugar cerca de su arquero, presionó adelante. Ese asedio del equipo de La Matanza complicó la salida azul y oro, que suele tener algo de lentitud, más allá del buen manejo de Equi y Pol Fernández.

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Para hallar los caminos hacia el área de su rival aurinegro, Boca necesitaba acumular demasiados pases en su campo. Entonces, perdía profundidad, más allá de alguna trepada de Lautaro Blanco. Almirante Brown asfixiaba en el juego interno y Edinson Cavani y Merentiel no pesaban.

En este contexto, tuvo mejores situaciones el equipo de Daniel Bazán Vera, que prescindió de la pelota, pero cuando recuperó fue directo y peligroso. Santiago Vera tuvo dos situaciones claras, un taco que llegó tras un centro de Natán Acosta que bajó Iglesias en el segundo palo, y un remate de media distancia, luego de un error de Equi, que pasó muy cerca del arco de Sergio Romero.

También hubo un tiro de esquina ejecutado por el propio Vera que Facundo Miño cabeceó a centímetros del poste derecho de Chiquito.

Boca no tuvo un buen circuito de juego, un poco producto de su falta de inspiración y otro tanto del rigor de Almirante Brown. Un par de tiros libres sin puntería ejecutados por Cavani y Kevin Zenón fueron sus mejores aproximaciones. Después, se perdió en una tenencia del 75%, pero inofensiva.

En el segundo tiempo, Almirante Brown se vio obligado a tomar la iniciativa y dejó espacios a merced de Boca. Entonces, el partido pareció no tener equivalencias. En tres minutos, dos veces quedó mano a mano. Primero, remató Cavani y tapó Martínez. Después, Equi Fernández metió un pase profundo para Zenón, que pinchó la pelota por encima de Martínez, pero Miño salvó con esfuerzo sobre la línea.

Los jugadores de Boca celebran el triunfo en Mendoza. (Ramiro Gómez)Los jugadores de Boca celebran el triunfo en Mendoza. (Ramiro Gómez)

Hasta que Almirante Brown mostró una nueva indecisión en la salida, se equivocó Enzo Cardozo, recuperó Equi, encaró Merentiel y dejó a su compatriota Cavani de frente al gol.

Con el segundo grito, el partido pareció liquidado. Martínez hizo cambios por las lesiones de Medina y Nicolás Figal, pero no daba la sensación de que pudiera peligrar el resultado. Hasta que Acosta cambió de frente, Lautaro Di Lollo se durmió y Vera descontó con una palomita.

En el final, Almirante Brown luchó con dignidad, empujó con corazón, pero Boca ya no pasó sobresaltos y cerró la primera etapa de la temporada a bordo del éxito.



Fuente Clarin

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