«Creo que me gané el derecho de darme hasta el último momento para decidir si juego o no», había dicho Andy Murray en los días previos al inicio de Wimbledon, cuando llovían las especulaciones sobre su participación en el Grand Slam británico. Y así lo hizo. Este martes, a pocas horas del duelo que debía disputar ante el checo Tomas Machac en la Cancha Central, el escocés -que podría retirarse tras los Juegos Olímpicos– anunció que no jugará el cuadro de singles porque no llegó a recuperarse completamente de la operación en la espalda de hace apenas diez días. Sí disputará el de dobles junto a su hermano Jamie, para tener la chance de despedirse en cancha del torneo que ganó en dos ocasiones.
«Desafortunadamente, a pesar de trabajar increíblemente duro en su recuperación desde su operación hace poco más de una semana, Andy ha tomado la muy difícil decisión de no jugar los individuales este año», informó su equipo a través de un comunicado. «Como pueden imaginar, está extremadamente decepcionado, pero ha confirmado que jugará en los dobles y espera competir en Wimbledon por última vez».
Un rato más tarde, tras una sesión de entrenamiento junto a su hermano, ex número uno del ranking de parejas y ganador de dos Majors en esa especialidad, el propio Murray contó lo duro que fue tomar la decisión de bajarse del certamen.
«Estoy decepcionado. Quería jugar el torneo y tener la oportunidad de caminar en soledad en la Cancha Central de nuevo y jugar una vez más. Pero solo iba a intentarlo si sentía que podía ser competitivo. Y hoy no me siento así», reconoció. «Quería vivir ese momento, tanto por mí como por mi familia, mis amigos y toda la gente que me viene apoyando desde hace años. Pero la operación fue compleja y no pudo ser. Fue una de esas cosas que pasan, lamentablemente».
La presencia de Murray en el All England quedó envuelta en dudas cuando se vio obligado a retirarse del ATP de Queen’s hace menos de dos semanas, cuando caía 2-4 ante el australiano Jordan Thompson por la segunda ronda. ¿La razón? Un problema en su pierna derecha provocado por una molestia en la espalda que acarreaba desde hacía días.
«Mi pierna derecha estaba muy descoordinada, no funcionaba bien. Perdí la fuerza y el control motor de la pierna, no tenía coordinación. No podía moverme. Llevo un tiempo con problemas en la espalda. Tuve dolor de espalda hoy, ayer y durante los últimos 10 años de mi carrera. Pero nunca antes lo había sufrido», contó en ese momento.
Unos días más tarde, el ex número uno se sometió a una cirugía por un quiste espinal en la columna, algo que parecía sentenciar su baja del Major inglés. Pero él estaba decidido a darse la chance de competir una vez más en el certamen en el que alcanzó la gloria en 2013 (cuando rompió una sequía de 76 años sin campeones locales) y en 2016. Y enfocó toda su energía en su recuperación, con mucha ilusión. Después de todo, si alguien sabe de regresos milagrosos es Sir Andy. Basta recordar que tras anunciar su retiro del tenis en Australia en 2019, una operación de reemplazo de cadera le dio una nueva vida y una segunda carrera.
Solo por las dudas, mientras el escocés trabajaba en su rehabilitación, la organización del torneo le otorgó una wild card para que disputara el cuadro de dobles junto a Jamie, un consagrado doblista. Entonces tocó esperar.
Murray llegó con la esperanza viva a Londres y, tras varios días de intensos entrenamientos, parecía optimista. El domingo contó que la zona del cuerpo donde había tenido la operación no le dolía, pero que seguía sin el cien por ciento de sensibilidad en la pierna. El lunes hizo un entrenamiento de partido con su compatriota Kyle Edmund, que lo dejó contento. Y aunque había deslizado que tomaría la decisión de jugar o no el torneo individual esa misma noche, estiró el suspenso un poco más. Y finalmente este martes hizo pública su baja.
«Quería consultarlo con la almohada, asegurarme de que estaba contento con la decisión y darme la oportunidad de ver si me sentía mucho mejor cuando me despertara. Esta mañana, cuando me levanté, corrí un poco por casa, pero por desgracia no estaba donde quería. Probablemente sea demasiado pronto, pero estoy orgulloso de haber trabajado muy duro para darme la oportunidad de jugar. Es la decisión correcta», explicó.
El nacido en Glasgow hace 37 años optó por tomarse unos días más para trabajar en la espalda, ya que el certamen de parejas comienza este miércoles, aunque él podría debutar recién el viernes, según le adelantó Sally Botton, directora ejecutiva del torneo, a la BBC.
El dobles no es la despedida que él esperaba. Pero implica un desgaste menor para su cuerpo: menos desplazamientos, porque solo tiene que cubrir la mitad del espacio; menos turnos al saque, un tiro que exige mucho la espalda; y menos tiempo de juego, ya que son partidos a tres sets, no cinco. Y, a fin de cuentas, le dará, además, la posibilidad de decirle adiós a su público en cancha, como él quería.
«Jugar con Jamie es algo que nunca hice acá. Eso puede ser especial también. Creo que podemos ganar algunos partidos. Quizás es lo que estaba destinado a pasar», había dicho hace unos días.
Los hermanos Murray -que chocarán en primera ronda con los australianos John Peers y Rinky Hijikata– jugarán por primera vez en pareja en Wimbledon. Aunque ya tienen experiencia como dupla: juntos ganaron el ATP de Valencia en 2010 y el de Tokyo en 2011 y fueron clave en la consagración británica en la Copa Davis de 2015.
Si bien aún no le puso fecha a su retiro, Murray -que además de sus dos títulos en Wimbledon, conquistó el del US Open 2012 y supo brillar en la era del dominio del Big 3– deslizó a principios de este año que no planeaba jugar más allá del verano europeo. Así, esta será su última vez en el Grand Slam inglés, en el que debutó en singles en 2005 y desde entonces se perdió solo tres ediciones, las de 2007, 2018 y 2019.
Todo hace suponer que colgará la raqueta luego de la cita olímpica de París, otro evento muy especial para él, ganador de dos medallas de oro en singles (Londres 2012 y Río 2016). En la capital francesa podría jugar en singles y en dobles junto a Daniel Evans. Pero se tomará su tiempo para confirmar su participación.
«Veré cómo me siento, no sé exactamente cómo me recuperaré», afirmó. «La mayoría de los días he ido mejorando, pero todavía no tengo la sensación total y la normalidad de nuevo en mi pierna. Espero que siga mejorando, pero no hay garantías».
Tras la baja de Andy, su lugar en el cuadro individual lo ocupará el belga David Goffin, ex número siete del mundo y ubicado hoy en el 83° escalón, que se cruzará a Machac, 39°, en un duelo que se mudó al último turno de la cancha 17.