Al Hilal se quedó este sábado con la Supercopa de Arabia Saudita tras aplastar al Al Nassr de Cristiano Ronaldo por 4-1. El portugués, que venía de convertir también en las semifinales Al-Taawon, metió el gol que puso en ventaja a su equipo sobre el final del primer tiempo. Pero la alegría duró muy poco porque su rival se despertó y le dio una paliza en el segundo tiempo. Sergej Milinkovic Savic igualó la historia y luego llegaron los tantos de Aleksandar Mitrovic, por duplicado, y de Malcom para darle una nueva vuelta olímpica al equipo de Jorge Jesus.

Más allá del resultado, Cristiano Ronaldo, de 39 años, quedó en el ojo de la tormenta a partir de los gestos polémicos que les hizo a sus compañeros cuando el partido se puso cuesta arriba. Mientras los jugadores de Al Hilal celebran, el máximo goleador de la historia del fútbol rompió todos los códigos y desde el círculo central empezó a encanar a los suyos.

Primero hizo el gesto de «están durmiendo la siesta» para marcar las distracciones que la facilitaron la remontada a Al Hilal. Después, uniendo los dedos de sus manos hacia arriba les marcó que tenían miedo. Y no conforme con eso apeló a un mohín escatológico para dejar en claro que no tenían la personalidad para afrontar un partido de semejante calibre.

Habrá que ver cómo reaccionan los compañeros en el vestuario del estadio Príncipe Sultán bien Abdulaziz de la ciudad de Abha. Y también si el entreandor portugués Luis Castro toma algún tipo de represalia por la falta de respeto del portugués.

Por empezar, el sueño de ser campeón otra vez para CR7 fue destrozado por los internacionales serbios Mitrovic y Milinkovic-Savic, que ya había privado a Al Nassr del título de liga.

Si Milinkovic-Savic devolvió a los 10 minutos del complemento las tablas en el marcador (1-1) tras una sensacional pared con Mitrovic al borde del área, ocho minutos más tarde, en el 63, el propio Mitrovic puso en ventaja (1-2) al Al Hilal al culminar una jugada ensayada con un certero cabezazo.

Gol que no pareció aplacar la voracidad del delantero serbio que en el 69 firmó el 1-3 tras enviar a las redes un centro del brasileño Malcom que recibió el balón en ventaja en el interior del área tras un espectacular pase filtrado de Sergej Milinkovic-Savic.

Un gol con el que Cristiano Ronaldo pareció dar por perdida definitivamente la final, que dejaba claro con sus gestos que ya no había nada que hacer. Pero el castigo no había concluido todavía ni para el Al Nassr ni para el astro portugués que tres minutos más tarde, en el 72, vieron como un error del arquero brasileño Bento permitió a Malcom firmar el 1-4 final.



Fuente Clarin

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