Los Springboks son buenos siempre y los del último tiempo, más todavía. La selección sudafricana de rugby logró el título mundial cuatro veces y dos de ellas fueron consecutivas, en las últimas dos copas del Mundo: Japón 2019 y Francia 2023. En 2019, Sudáfrica rompió la hegemonía oceánica del Rugby Championship y se impuso por primera vez en el torneo que hoy lidera invicto.

Ahora, el bicampeón del Mundo domina el torneo en que compite anualmente junto a Nueva Zelanda, Australia y Argentina. Les ganó los dos primeros a los Wallabies con punto bonus y despachó a los All Blacks. Llega a Santiago del Estero invicto y Los Pumas deberían ganarle los dos partidos para soplarle la corona.

Pero mientras Felipe Contepomi trabaja desde el fin de semana en la provincia del norte, el plantel sudafricano se concentra en Buenos Aires. Se entrena en el SIC, pero está de paseo en Buenos Aires y los mismos jugadores se muestran en Palermo, meta selfie y bife de chorizo. Eben Etzebeth, Malcolm Marx, Jesse Kriel, Handré Pollard y Vincent Koch se retrataron en una parrilla palermitana.

Ni el calor parece ser un factor contraproducente para este equipo gigantesco. El día del partido, en Santiago se pronostican unos 38 grados a la hora del comienzo. «En Sudáfrica estamos acostumbrados a esa temperatura, no creo que sea un problema», barajó el entrenador Rassie Erasmus.

Rassie Erasmus, head coach de Sudáfrica. (AFP)Rassie Erasmus, head coach de Sudáfrica. (AFP)

Los Springboks siguen en Buenos Aires porque les gusta. “Estamos bastante familiarizados con el entorno, donde nos alojamos y las instalaciones de entrenamiento, lo que nos permite adaptarnos rápidamente y hacer nuestro trabajo sin distracciones. Tenemos tiempo suficiente para adaptarnos bastante bien al lugar donde vamos a jugar», supuso el entrenador asistente Deon Davies, quien dejará la Ciudad el miércoles por la noche junto al resto de la delegación.

A los Springboks, al parecer, no hay cosa que los preocupe. Erasmus sacó del equipo a Siya Kolisi, nada menos, para que vea el encuentro desde la cabina junto al cuerpo técnico y experimente el proceso en que el cuerpo de entrenadores baja una indicación para los jugadores durante el partido.

Tenemos a Duane (Vermeulen) dándole mensajes a él y los chicos en el campo de juego, pero Siya lo que no sabe es qué pasa en el cuarto del staff y queremos que esté en el box de los entrenadores y hacerle experimentar cómo tomamos una decisión o cómo enviamos un mensaje para que entienda todo el proceso de cómo viaja todo desde el cuerpo técnico hasta el que pase la indicación en la cancha”, explicó.

Duane Vermeulen, octavo de Sudáfrica. (AFP)Duane Vermeulen, octavo de Sudáfrica. (AFP)

Kolisi es un emblema de más de 80 partidos, el primer capitán negro de la selección sudafricana absolutamente deconstruida, ya que históricamente fue el mascarón de proa del apartheid. Es un bicampeón del mundo que Erasmus se da el lujo de no tener en cuenta. Que no esté podría ser un alivio para Los Pumas, pero los jugadores argentinos saben que su ausencia no merece festejos.

“Tienen una base muy amplia. Rotan de posiciones, de jugadores y lo hacen bien. Nada cambia siguen siendo los mejores. Están en ese momento que todo les sale bien. No hace falta hablar mucho más de ellos, son el mejor equipo del mundo”, analizó Matías Moroni, quien trabaja en Santiago después de recuperarse de una lesión que lo dejó afuera en las últimas fechas del Championship.

Los paseos palermitanos, la posibilidad de sacar a un titular indiscutido para que vea el partido desde el box, el clima con similitudes a su entorno y la tranquilidad de llegar a Santiago tres días antes del partido, definen su capacidad y certeza de lo que pueden dar y cuanto esfuerzo les cuesta.

Erasmus dio el equipo mucho antes. Desde el martes los jugadores ya saben quienes jugarán de entrada y quienes esperarán el cambio. Hay diez variantes respecto al XV que se impuso 18-12 frente a los All Blacks, pero siguen siendo igual de temibles.

“Vamos a pensar en nuestra fortaleza para desnudar sus debilidades… si es que las tienen”, fue lo primero que dijo Contepomi cuando ya no quedaba otro rival por delante en el Championship. Felipe, que no puede darse el lujo de sacar a un Marcos Kremer o Pablo Matera para mostrarles como viaja el mensaje del cuerpo técnico a la cancha.

Sudáfrica se caracteriza por su firmeza y capacidad para desgastar al rival. Los que manejan el concepto de antifútbol podrían señalaran a los Springboks de no jugar a nada. Cuando los rivales se cansan de chocar, los mejores del continente africano dan la estocada final. En el último mundial, de cuartos de final en adelante ganó todos los partidos por un punto de diferencia.

Felipe Contepomi, head coach de Los Pumas. REUTERS/Matias BagliettoFelipe Contepomi, head coach de Los Pumas. REUTERS/Matias Baglietto

Por eso, en Santiago del Estero las formaciones fijas pasarán a tener un valor fundamental. Los delanteros tendrán un partido muy físico. Aunque Contepomi prefiera otras características de juego para su equipo, piensa en Sudáfrica más allá de los nombres e intentará equilibrar las fuerzas y explotar el momento estudiado para dar con esas debilidades que Felipe persigue como una utopía.

El jueves por la mañana los Springboks amanecerán por primera vez en Santiago del Estero y completarán los entrenamientos de cara al partido del sábado, que tendrá XV jugadores para ejercer el papel que se espera de Sudáfrica. Si ganan, se consagrarán campeones de la edición 2024 del Championship.

Si no lo hacen, deberán esperar último compromiso el sábado 28 en el estadio Mbombela de la cuidad de Nelspruit. Allí estarán Los Pumas haciendo sus propias cuentas en un torneo que, como nunca antes, los tiene como protagonistas en la recta final.



Fuente Clarin

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