cuáles son los desafíos del circuito de Monza, el mítico e histórico ‘Templo de la Velocidad’

El Templo de la Velocidad, cómo se lo conoce en mundo del automovilismo al Autódromo Internazionale di Monza, ha sido testigo de las mayores hazañas y tragedias en la historia de la Fórmula 1. Con sus largas rectas y curvas legendarias, Monza es más que un circuito: es una prueba de fuego para cualquier piloto que se atreva a desafiar sus límites. Este fin de semana, el argentino Franco Colapinto vivirá su bautismo en la máxima categoría del automovilismo, enfrentando por primera vez los límites de esta histórica pista a bordo de un Fórmula 1. Pero, ¿qué hace a Monza tan especial y y temido a la vez?.

El Autódromo de Monza, situado en las afueras de Milán, es conocido por su velocidad y por los desafíos que impone a los pilotos. Este circuito, inaugurado en 1922, ha sido remodelado varias veces para mejorar la seguridad y adaptarse a la evolución del automovilismo. Actualmente cuenta con una longitud de 5.793 metros. Su apodo de «Templo de la Velocidad» se debe a la combinación única de rectas largas y curvas de alta velocidad, que permite a los monoplazas alcanzar máximas superiores a los 350 km/h.

Una de las secciones más críticas es la Variante Goodyear (curva 1), la primera chicana del circuito. En este punto, la velocidad de reduce bruscamente y las maniobras de adelantamiento pueden ser tanto una oportunidad como un riesgo. En una entrevista con Sky Sports en 2021, el británico Lewis Hamilton destacó la precisión requerida con el volante y los pedales.

«La primera chicana exige un control absoluto del coche y una estrategia clara para no perder tiempo valioso», dijo el siete veces campeón del mundo sobre el sector donde protagonizó un fuerte accidente con el neerlandés Max Verstappen. Este tramo es particularmente desafiante en las primeras vueltas, cuando el tráfico y la presión aumentan y los pilotos deben frenar con precisión y tomar la curva de manera óptima para no comprometer su rendimiento en la recta siguiente.

La Variante della Roggia (curva 4 y 5) es una curva rápida y técnica. Esta variante, ubicada tras la recta principal, exige una frenada firme y una trazada precisa para evitar perder tiempo al inicio del segundo sector. «Es un punto crucial para el equilibrio del auto. Es fácil cometer errores que pueden costar valiosas posiciones», explicó a F1 Racing, Daniel Ricciardo. Las mejoras en el circuito han incluido la ampliación de áreas de escape para mitigar riesgos, pero la habilidad en este sector sigue siendo esencial para una vuelta competitiva en clasificación y en carrera.

Otro lugar crucial es la Variante Ascari (curva 8, 9 y 10), una chicana de alta velocidad donde cualquier error puede ser devastador. «Es un verdadero desafío. Los cambios rápidos de dirección exigen una gran estabilidad del coche y un control total», señaló Charles Leclerc, el monegasco de Ferrari en Autosport. Si bien se actualizaron las barreras de seguridad, el riesgo sigue presente. La combinación de cambios rápidos de dirección y la necesidad de mantener la estabilidad del coche hacen de esta parte del trazado un verdadero reto.

La Curva Parabólica (curva 11), por su parte, es la última prueba antes de la recta principal. Esta curva larga y veloz requiere una entrada precisa y una salida óptima para aprovechar al máximo la velocidad del circuito de Monza. «Es crucial para lograr una buena velocidad en la recta final; es una prueba de habilidad y determinación», expresó el cuatro veces campeón del mundo Sebastian Vettel en Motorsport.com.

El piloto argentino de 21 años ha demostrado su talento en las categorías menores y, aunque será su primera experiencia oficial en la Fórmula 1, Monza no es territorio desconocido para él. Colapinto ha ganado en el Templo de la Velocidad en dos oportunidades en Fórmula 3, lo que le da experiencia valiosa y un conocimiento profundo de la pista.

Sin embargo, enfrentar el desafío de la F1 en un circuito tan icónico e histórico, pone a prueba todas sus habilidades al volante. A diferencia de los monoplazas de F3 y F2, el auto de Fórmula 1 ofrece una velocidad y una carga aerodinámica significativamente mayor. Esta diferencia hace que la adaptación sea aún más compleja.

En Fórmula 3, Colapinto manejaba un coche con menos potencia, lo que se traducía en una mayor facilidad para controlar el monoplaza en curvas cerradas. En Fórmula 2, experimentó un aumento en la velocidad y la complejidad del manejo, pero el salto a la Fórmula 1 implica enfrentarse a fuerzas G más intensas y a una mayor carga aerodinámica, especialmente en un circuito como Monza.

Max Verstappen, en una entrevista con The Guardian, señaló cómo la baja carga aerodinámica en Monza afecta el manejo del coche: «El circuito requiere un ajuste fino en la configuración del auto para manejar la alta velocidad sin perder el control». La capacidad de Colapinto para adaptarse a estas diferencias será crucial.

El argentino se mueve con naturalidad por las callejuelas de Monza. Es como si llevara varias temporadas como protagonista de ‘Drive to Survive’. Sonríe para las fotos -en realidad, lo hace todo el tiempo porque tiene la sonrisa tatuada-, mientras camina por el mismo paddock que transitan Max Verstappen y Lewis Hamilton y el resto de los rockstars de la velocidad. No se cansa de guiñar ojos ni de mostrar sus pulgares para arriba cada vez que recibe una felicitación. Responde con sobriedad, sin pisar los pianitos de la incorrección, pero también se anima -con el desenfado de un galán- a coquetear con una periodista en plena entrevista. Y no resulta extraño. Para nada. Lleva tiempo preparándose para este momento. Y lo disfruta. El argentino, de apenas 21 años, vivió este jueves su primer día en la oficina como hombre de la Fórmula 1. Será una jornada que nunca olvidará. Aunque todavía falta lo mejor.

Las cuentas oficiales de Williams Racing en las redes sociales hicieron una especie de reality con Colapinto. Mostraron cómo hizo su primer check-in como piloto oficial y le pidieron que contara sus impresiones iniciales. “Estamos en la mayor carrera de la historia en Monza, Italia. Estoy muy emocionado por mi primer GP”, se presentó el de Pilar, que el martes fue ungido como reemplazante del estadounidense Logan Sargeant hasta el final de 2024.

Tiene nueve fechas por delante para demostrar que no solo es un chico simpático y que le sobra talento para ocupar una butaca en la F1. “Es un momento muy especial en mi carrera y estoy rodeado de un gran equipo. Es genial hacerlo con Williams, que tiene un gran legado en la categoría. Estoy muy, muy feliz, por supuesto. Me estoy preparando con Gaetan (Jego, ingeniero de Williams) y todos los muchachos del equipo. Así que sí, estoy ansioso por subirme al auto mañana (por hoy). Hagámoslo”, analizó el 23° piloto argentino de la historia en La Máxima.

La primera gran prueba para Colapinto será este viernes desde las 8.30, cuando se desarrolle la tanda de entrenamientos inicial -la misma de la que participó hace poco menos de dos meses en Silverstone-. A partir de las 12, será el turno de la Práctica 2. Será el tiempo de encontrar la mejor puesta a punto para el auto N°43. El tercer ensayo libre está previsto para el sábado a las 7.30. La hora de la verdad será un rato después, desde las 11, cuando salga a clasificar.

Y aquí un pequeño manual de instrucciones: en la Q1 necesita quedar entre los 15 primeros para avanzar a la Q2. En esa instancia, sólo los 10 primeros avanzan a la Q3, que determina la conformación definitiva de la parrilla para la largada del domingo a las 10.

La clave será mantener los pies sobre la tierra. Se sube al auto de una escudería que apenas sumó cuatro puntos para el Mundial de Constructores y sabe que no debe cometer los mismos errores que condenaron a Sargeant. “No espero demasiado… Sólo quiero ir paso a paso. Quiero concentrarme en mí mismo. Eso es lo principal, creo. Ser capaz de estar concentrado en mi trabajo. Ser capaz de hacer lo que el equipo espera. Y, siendo honesto, estoy más que seguro de que puedo hacerlo”, avisó el argentino, que ya conoce bien al Templo de la Velocidad. Allí ganó en 2020, cuando corría en la Fórmula Renault y en los Sprint de Fórmula 3 de 2022 y 2023.

Colapinto, maduro, también trató de poner paños fríos a aquellos que osaron comparar su desembarco a la F1 con el Mundial ganado por Lionel Messi con la Selección Argentina. “Es muy difícil sentirse como Lionel Messi. No sé cómo es sentirse así. Pero a veces veo que me comparan y pienso ‘Muchachos, ¡están locos!’. Messi es como Dios. No se puede , no se puede… ¿Cómo me comparan con él?”.