La plaza Jean Jaures, en el centro de Saint-Étienne, suele estar en silencio los martes cerca de la medianoche. Salvo que haya un festejo particular. Eso es lo que dicen los habitantes de esta pequeña ciudad. Pero la tranquilidad fue interrumpida en las últimas horas por el arribo de cientos de marroquíes para ver el debut su Selección en los Juegos Olímpicos de París 2024 contra Argentina.
Se escuchan gritos y risas en cada una de las mesas de los varios restaurantes del lugar. Una armónica suena en el aire, las palmas acompañan el ritmo y un marroquí vestido con una túnica y un gorro rojo ensaya una arenga con un cantito al final. Tal vez sea un cántico de cancha allá en Marruecos.
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A horas del partido contra Argentina, los hinchas marroquíes inundan las calles de París.
Y si de cancha se habla, el que la tiene es Munain, otro de los marroquíes que coparon la zona. La semana pasada se habló mucho de Iker Muniain, el español hincha de River que pretendía jugar en Argentina. Pues bien, para el Munain de África solo existe Boca. «Boca y nada más», suelta al oír un acento argentino. «La Guardia Imperial», suma al intentar hablar de Racing.
«Conozco todos los equipos de Argentina. Nueva Chicago, Chacarita, San Lorenzo, Belgrano de Córdoba, Racing, pero dale Boca. Soy bostero por Juan Román Riquelme, el Dios. Messi, Maradona y Juan Riquelme. El presidente de Boca está con nosotros, en el corazón», avisó Munain.
En contrapartida, no se observaron camisetas argentinas en las calles de la ciudad. Sí, un par de franceses se acercaron hasta el predio donde entrenó el elenco dirigido por Javier Mascherano. Julián Álvarez fue el más solicitado.
«En Lyon, ubicado a unos 60 kilómetros de acá, viven algunos argentinos y seguramente lleguen sobre la hora del partido», explicó un voluntario de los Juegos. De todos modos, aún quedan entradas y es probable que el estadio no luzca repleto. Y que haya mayoría de marroquíes como Munain, el hincha fanático de Boca y de Román.