La checa Barbora Krejcikova se consagró campeona de Wimbledon al derrotar por 6-2, 2-6 y 6-4 a la italiana Jasmine Paolini en la final que se disputó este sábado sobre el césped del estadio principal del All England Lawn Tennis & Croquet Club y de esta manera consiguió su segundo título de Gran Slam.
En el primer mano a mano entre estas dos jugadoras en el cuadro principal de un certamen del WTA Tour (solo se habían medido en la primera ronda de la qualy del Abierto de Australia 2018 y Krejcikova había ganado en sets corridos), la checa, 32ª en el ranking mundial, inició el duelo con un quiebre y repitió en el quinto game ante una rival que no terminaba de mostrarse cómoda en la cancha. Con esa holgada ventaja y con un tenis de altísimo nivel, se quedó con el primer parcial por 6-2 en 35 minutos de labor.
Sin embargo, en el segundo capítulo la tendencia se revirtió y la italiana, nacida hace 28 años en la pequeña localidad toscana de Castelnuovo di Garfagnana, exhibió un juego mucho más firme sobre la hierba londinense, se apoderó en el segundo game del servicio de una adversaria mucho más imprecisa (cometió 14 errores no forzados en ese set) y ya no miró atrás. Otro break en el octavo juego permitió a la séptima preclasificada cerrar la manga también por 6-2 en 32 minutos.
El tercer parcial fue una ajustada batalla de nervios. Paolini, quien estaba disputando su segunda final de Gran Slam en apenas 35 días (había caído ante la polaca Iga Swiatek en Roland Garros), cedió su servicio en el séptimo game con una doble falta que pareció encaminar definitivamente el duelo a favor de Krejcikova.
Pero la checa, quien fue número dos del escalafón de la WTA en febrero de 2022, también sintió la presión: cuando sacaba 5-4 y 30-0, cometió una doble falta y dos errores no forzados consecutivos que devolvieron a Paolini al juego. En ese tramo, los fallos primaron sobre los aciertos. La italiana tuvo dos oportunidades de quebrar, pero las dejó escapar. Krejcikova necesitó tres match points para cerrar el partido y lo logró con un saque ganador tras una hora y 56 minutos de juego.
“No tengo palabras para describir esto, es simplemente increíble que haya pasado. Es el mejor día de mi carrera y de mi vida”, aseguró la jugadora nacida en Brno, quien solo había ganado tres partidos en los cinco meses previos al inicio de este torneo y había tenido que permanecer inactiva dos meses por una lesión de espalda y por una enfermedad.
“Los dos últimos meses han sido increíbles para mí. He tratado de sonreír porque quería recordarme que hoy sigue siendo un buen día”, se consoló la italiana, quien no pudo darle a su país el primer título femenino individual en Wimbledon, pero completó dos semanas notables en un certamen en el que en sus seis apariciones previas había ganado solo un partido.
Jasmine Paolini perdió su segunda final de Grand Slam consecutiva. Foto: Hannah Mckay / Reuters.La vencedora se quedó con el tradicional Venus Rosewater Dish y con un premio de 2,7 millones de libras esterlinas (3,4 millones de dólares), y sumó 2.000 puntos, lo que le permitirá volver al top ten del escalafón mundial. Paolini debió conformarse con 1,4 millones de libras (1,8 millones de dólares) y 1.300 puntos. De todos modos, el lunes aparecerá en el quinto puesto en el ranking, la mejor colocación en su carrera.
Krejcikova obtuvo su segundo título de Grand Slam, tras haberse consagrado también en Roland Garros 2021, y le dio a la República Checa el segundo título consecutivo en Wimbledon, ya que el año pasado la corona había quedado en manos de Marketa Vondrousova. Además, se convirtió en la primera mujer checa en consagrarse en diferentes certámenes de Grand Slam.
Para conseguir este torneo, Krejcikova debió superar una durísima primera ronda, en la que venció por 7-6 (7-4), 6-7 (1-7) y 7-5 a la rusa Veronika Kudermetova. Luego batió en sets corridos a la estadounidense Katie Volynets, la española Jessica Bouzas Maneiro, la estadounidense Danielle Collins y la letona Jelena Ostapenko antes de una complicadísima semifinal, en la que superó en tres parciales a la kazaja Elena Rybakina, número cuatro del ranking mundial.