El último de la lista es Leandro Atilio Romagnoli, que el domingo por la tarde dio el portazo en San Lorenzo. Agobiado por los malos resultados y golpeado luego desde ese penal picado y malogrado por Francisco Fydriszewski que le impidió al Ciclón ganarle a Godoy Cruz en el partido suspendido por incidentes que se completó el sábado en Mendoza, el Pipi dijo basta y le comunicó al presidente del club, Marcelo Moretti, que su ciclo estaba agotado.
El entrenador ídolo, que apenas 120 días antes había reemplazado a Ruben Darío Insua, entendió que su autoridad estaba socavada después de esa accidentada resolución del delantero, quien no era ni el primer ni el segundo designado para hacerse cargo de esa ejecución. Romagnoli no entendió por qué ni Iker Muniain ni Iván Leguizamón asumieron la responsabilidad que les habían encomendado y comprendió que ya nada podía hacer frente al plantel. Sin embargo, su eyección no es un caso aislado. Ser entrenador en el fútbol argentino es cada vez más difícil.
Romagnoli es el 26° DT que deja su cargo en lo que va de de 2024. Pasaron 288 días de los 365 que dura el año y en la Liga Profesional se cambió, en promedio, un entrenador cada 11 días.
Inestable es un término moderado a la hora de describir la falta de paciencia y la imposibilidad de llevar adelante un proyecto en los clubes que militan en la máxima categoría. Y eso que todavía, a falta de nueve fechas para el final de la temporada, no se sabe qué pasará con los descensos. Por ahora son apenas dos -uno por tabla general y otro por promedios-. Por ahora, claro…
Sólo 7 clubes de 28 no cambiaron de timonel en lo que va del año. Son Eduardo Domínguez en Estudiantes -campeón de la Copa de la Liga-, Daniel Oldrá en Godoy Cruz -cuarto en la tabla anual-, Diego Dabove en Instituto -cuarto en la Liga-, Ricardo Zielinski en Lanús -semifinalista de la Copa Sudamericana-, Gustavo Costas en Racing -también en la antesala de la final del segundo torneo continental-, Cristian González en Unión -noveno en la acumulada- y Gustavo Quinteros en Vélez -el mejor equipo de 2024 y líder indiscutido del actual torneo-.
Los otros 21 equipos, por argumentos disímiles y apuros muchas veces incomprensibles, ya cambiaron de entrenador. Y la lista se puede ampliar en breve. Es incierto, por ejemplo, el futuro de Gustavo Munúa en el alicaído Banfield que acaba de cambiar autoridades. El uruguayo, que había llegado para suplantar a Julio Falcioni, estuvo a punto de ser echado por la anterior gestión y está bajo la lupa de la nueva conducción. ¿Será el próximo? Imposible adivinar en estas arenas movedizas donde cualquiera –Martín Demichelis como caso testigo- puede caer.
Sin contar los interinatos, Central Córdoba de Santiago del Estero, Defensa y Justicia e Independiente Rivadavia de Mendoza lideran el ranking de los clubes más impacientes y cambiantes. Los tres ya tuvieron tres entrenadores oficiales en lo que va de 2024.
En Central Córdoba -comprometido con el descenso- arrancó el año Abel Balbo que ya había tenido una mala experiencia en el mismo banco meses antes, lo sucedió el ultraofensivo colombiano Lucas González Vélez y ahora está Omar De Felippe. Recién este último, con orden, logró encarrilar a un Ferroviario que se había acostumbrado a perder más allá de las formas y de los libritos.
Defensa y Justicia, que lleva diez temporadas ininterrumpidas en Primera y solía ser sinónimo de proyectos a largo plazo, desfilaron Julio Vaccari -ahora en Independiente tras la partida de Carlos Tevez-, Francisco Meneghini y Pablo De Muner, que prolonga su interinato. El Halcón, a pesar de tanto cambio, no ve peligrar su permanencia en la máxima categoría.
Independiente Rivadavia, que llegó esta temporada a la elite y anda a los tumbos en su cruzada por no regresar rápido a la Primera Nacional, tuvo a Rodolfo De Paoli, Martín Cicotello y ahora repatrió a Alfredo Berti, quien había sido el conductor del equipo que dio el salto a la Liga Profesional y ahora será el encargado de intentar salvarlo.
No serán los únicos, claro, que llegarán a la cuenta de tres. Es que Newell’s busca DT mientras Ricardo Lunari asumió el interinato luego de los ciclos fallidos de Mauricio Larriera y Sebastián Méndez. El propio San Lorenzo saldrá al mercado para encontrar esta semana al sucesor de Ruben Darío Insua y el Pipi Romagnoli.
Por el lado de los DT, en tanto, se cuentan apenas cuatro casos de repitentes. Además del caso Vaccari (Defensa e Independiente), hay otros tres entrenadores -aunque sean cuatro, en realidad- que trabajaron en dos clubes diferentes en la misma temporada de la LPF. Son la dupla Favio Orsi y Sergio Gómez (Atlético Tucumán y Platense), el Gallego Insua (San Lorenzo y Barracas Central) y Facundo Sava (Huracán y Atlético Tucumán)