El clima estaba espeso ya desde antes de la pelea entre Emanuel Lucero y Giuliano Canónigo. La Federación Argentina de Boxeo, escenario del combate, estaba envuelta en un “clima futbolero”. Al menos así lo habían descrito desde la transmisión televisiva. Y, a la luz del escándalo que se terminó generando, no se equivocaron.
“Un clima futbolero como pocas veces aquí”, advirtió el relator en la previa de la contienda, ante los cantos que se oían desde el ring side. Y agregó: “A la barra de Excursionistas y de River que trajo (Sebastián) Bonifacio (quien formaba parte de la velada, pero no llegó a enfrentar a Mateo Soto por culpa de los incidentes), se suma la del ‘Globito’ de Parque Patricios (en referencia a Huracán), que acercó este chico, el uruguayo radicado en Buenos Aires, Giuliano Canónigo”.
El combate había transcurrido con normalidad. Canónigo había hecho valer su mayor (aunque no mucha) experiencia ante un rival que hacía su estreno en el campo rentado. Restaba 1.23 para que sonara la campana del cuarto asalto y se terminara el combate entre ligeros cuando desde la transmisión notaron que algo no estaba bien debajo del cuadrilátero. Pasaron nada menos que ocho segundos desde ese momento hasta que el árbitro decidió parar la pelea.
El puntano Lucero acató la orden de ir hacia un rincón. Lo propio hizo Canónigo, uruguayo radicado en Lanús que en la faja de su pantalón llevaba la inscripción “Quemero hasta la muerte”. Su pelea había pasado a un segundo plano. Lo tristemente importante sucedía debajo del ring.
Allí comenzó una batalla campal entre hinchas. Comenzaron con empujones y continuaron con golpes de puño, Finalmente, se enfrentaron cara a cara y arrojaron sillas por el aire.
Lamentable manera de culminar el combate en la FAB❌
Mientras Canónigo y Lucero se encontraban en el último asalto, el juez debió finalizar bruzcamente el combate por la pelea de allegados #BDP30Años🥊 pic.twitter.com/o7UGZejtB5
— TyC Sports Play (@TyCSportsPlay) March 17, 2024
Después de algunos segundos, y viendo que la violencia escalaba y que la gresca era cada vez más generalizada, el árbitro ordenó que los boxeadores bajaran del ring.
“Qué pena. Lo peor de la pasión deportiva. A estos energúmenos no les importa nada”, lamentó el relator de TyC Sports. El combate, naturalmente, quedó sin decisión y la velada promocional fue suspendida.