Vélez perdió el miércoles en Cochabamba 2-1 ante San Antonio Bulo Bulo. No jugó mal el equipo de Guillermo Barros Schelotto e incluso mereció, al menos, rescatar un punto. En el primer tiempo, Braian Romero convirtió un gol que primero fue convalidado por el árbitro Wilton Pereira Sampaio pero luego, tras un llamado del VAR, revisó la jugada y cobró falta al arquero. El dato es llamativo porque es el séptimo gol que la tecnología le anula en el año, el quinto al delantero velezano.
La secuencia comenzó el 2 de febrero ante Instituto en Córdoba, por la tercera fecha del Torneo Apertura, cuando todavía era técnico Sebastián Domínguez. Alvaro Montoro hizo un golazo pero el VAR encontró un pelo en el huevo: el volante había tocado apenas el balón con la mano cuando entre gambeta y gambeta se recuperó tras caerse al piso.
Luego, dos ante Godoy Cruz, primero ante Braian Romero y luego a Michael Santos, ambos por posición adelantada; y los últimos cuatro a Romero, ante San Martín de San Juan y Riestra por posición adelantada, ante Talleres por un empujón y el del miércoles ante Bulo Bulo.
Lo más curioso es que el gol se produjo en una acción similar, nunca igual, al choque entre Joaquín Larrivey y Gastón Monzón en la última fecha del Clausura 2009, que terminó en el gol de Maximiliano Morales que le dio el título a Vélez, entonces dirigido por Ricardo Gareca. El miércoles, el árbitro no tuvo dudas en sancionar el gol tras la rápida jugada y que, por la posición de Romero, el brasileño no pudo observar si había existido falta: Saracho dio rebote, nunca pudo dominar el balón, Romero la fue cuidando con sus dos pies y en un momento definió.
La intervención del VAR fue decisiva: con cámaras desde otro ángulo, se ve un pequeño pisotón de Romero sobre el antebrazo de Saracho. Mínimo, rápido, sí, pero la decisión pesó en defensa del arquero de Bulo Bulo. En conferencia de prensa, el técnico expresó: “No sé qué cobraron en el gol anulado. No hay nada. Es difícil de comprender la mala suerte que tenemos con el VAR. No encuentro ni mano, ni falta ni retención. Si tuviésemos más suerte con el VAR, estaríamos en otra situación. No sé qué ven y cobran desde el VAR».
😡 UNA MÁS Y VAN…
Wilton Sampaio anuló el 1-0 por un presunto pisotón de Braian Romero.
¿Hasta cuándo? pic.twitter.com/5qyAwCG1Pg
— El Show de Vélez 💙 (ESV) (@elshowdevelez) April 23, 2025
Como un juego periodístico, vale preguntarse qué hubiese pasado en jugadas que aún siguen generando polémicas si hubiese intervenido la tecnologóa en la época en que no había VAR. La primera, aquel 5 de julio de 2009, en la definición del Clausura entre Vélez y Huracán, que con el empate se consagraba campeón. ¿Desde el VAR hubieran llamado a Gabriel Brazenas? ¿Si revisaba la jugada cambiaba su decisión? Lo misma pregunta, en ese encuentro, con el gol anulado a Eduardo Domínguez y con el la infracción en el área que le cometió Chiche Arano a Fabián Cubero.
Otras preguntas se imponen. ¿Inglaterra hubiese ganado su único título mundial con ese gol convalidado a Hurst en la prórroga ante Alemania cuando iban 2-2? ¿Argentina, finalmente campeón, hubiera sostenido la victoria ante Inglaterra en el Azteca en 1986 si el VAR advertía que Diego había tocado la pelota con la mano? ¿Boca hubiese ganado la Copa Argentina ante Rosario Central si a Diego Ceballos le avisaban que la infracción había sido afuera del área y no adentro, como sancionó?
En la historia del fútbol hay miles de ejemplos más. Y todo resulta contrafáctico, no hay una sola respuesta. Porque además, el VAR no siempre acierta en su decisión final. Y también hay muchísimos casos al respecto. Jugadas polémicas, posibles penales, en los que los encargados de la tecnología ni siquiera le advierten al árbitro principal. Por citar un caso, el penal de Javier Pinola a Martín Benítez de Independiente en octavos de final. Y si no pasaba, ¿había Madrid?