Unos 8.000 corredores aficionados despidieron el año este domingo con un animado ambiente en la decimotercera edición de la prueba San Silvestre Buenos Aires, celebrada por las calles del centro porteño.
Antes de los festejos de Año Nuevo, atletas hombres y mujeres de todas las edades liberaron toxinas en la carrera que bajó el telón del calendario 2023 de running en la ciudad.
«Esta prueba se realizó con cupos agotados, fue una de las más convocantes de los últimos años», aseguró su organizador Rodrigo Giordano, mientras los primeros participantes cruzaban la meta ubicada sobre avenida 9 de Julio, entre Perón y Sarmiento, frente al Obelisco.
Desde allí también partieron los runners y recorrieron 8 kilómetros por avenida Corrientes, Leandro N. Alem, Paseo Colón, Independencia, 9 de Julio, Belgrano, Presidente Julio Argentino Roca, Plaza de Mayo (bordeando su perímetro), Presidente Roque Sáenz Peña, Avenida de Mayo y nuevamente 9 de Julio hasta el arco de arribo.
Los corredores pasaron por emblemáticas edificaciones de la ciudad de Buenos Aires y a la altura de la Catedral Metropolitana, en el comienzo de los 2K finales, escucharon la música de la banda vintage Jukebox Rockola como un impulso para completar el desafío.
Pasadas las 9.30, todos los cortes de calles producidos para el paso de los atletas fueron liberados, a excepción en la zona de la llegada, que se mantenía hasta las 13.00.
La carrera San Silvestre es una tradicional prueba del atletismo que se desarrolla cada 31 de diciembre en diferentes países del mundo: Brasil, Argentina, Colombia, España, Portugal e Italia, entre otros.
Debe su nombre al día de San Silvestre, según el santoral católico, y tuvo su primera edición hace 98 años en la ciudad de San Pablo.