Marcelo Martins Moreno es un prócer del fútbol boliviano. Nadie convirtió tantos goles ni jugó tantos partidos con el seleccionado como él: anotó 31 en 108 encuentros entre 2007 y 2023. Sin embargo, en esos 16 años, el delantero, que colgó los botines en abril, nunca pudo celebrar lo que en estas horas festejan sus herederos en el combinado nacional: tres victorias consecutivas en partidos oficiales. Esos tres triunfos en la clasificación de la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) para el Mundial de 2026 colocaron por primera vez en muchísimo tiempo a la Verde, próxima adversaria de Argentina (se medirán este martes a las 21 en el Monumental), en una posición expectante en la carrera hacia una Copa del Mundo.
Un golazo del juvenil Miguel Terceros permitió que el conjunto dirigido por Óscar Villegas, que jugó 71 minutos con 10 hombres por la expulsión de Héctor Cuéllar, batiera 1 a 0 en El Alto a Colombia, que estaba invicta en estas Eliminatorias, y así cortara una racha del 21 años sin superar a los caribeños: la última vez había sido el 10 de septiembre de 2003, cuando el elenco que entonces conducía el uruguayo Nelson Acosta se había impuesto 4 a 0 con tres goles de Joaquín Botero y uno de Julio César Baldivieso por la clasificación para Alemania 2006.
El triunfo que Bolivia logró el jueves se enlazó con los dos que había conseguido en septiembre: había vapuleado 4 a 0 a Venezuela en El Alto y había derrotado 2 a 1 a Chile en Santiago, lo que le había permitido romper una racha de 31 años sin ganar fuera de casa por las Eliminatorias y vencer por primera vez a los chilenos como visitante. Estas tres alegrías en fila colocaron al seleccionado verde, con 12 unidades, en el quinto puesto de la clasificación mundialista de la Conmebol, que otorga seis boletos directos y uno para un repechaje.
La última vez que el combinado boliviano había conseguido al menos tres triunfos consecutivos en duelos oficiales había sido en la Copa América de 1997, que se disputó en su territorio y en la que fue subcampeón: aquella vez fueron cinco antes de la caída en la final ante Brasil. En una clasificación mundialista, también encadenó cinco victorias en el camino a Estados Unidos 1994, la última Copa del Mundo en la que participó (también intervino en Uruguay 1930 y en Brasil 1950).
El golpe de timón, después de un flojísimo arranque en estas Eliminatorias, coincidió con la designación de Óscar Villegas como entrenador del seleccionado, un puesto que últimamente no ha otorgado demasiada estabilidad laboral a sus ocupantes: en la última década desfilaron nueve técnicos, entre ellos dos que encabezaron dos ciclos cada uno (Mauricio Soria y el venezolano César Farías).
La Verde comenzó esta etapa clasificatoria con Gustavo Costas en el banco. Cuatro derrotas consecutivas pusieron fin a la labor del hoy DT de Racing. En octubre del año pasado lo reemplazó el brasileño Antonio Carlos Zago, quien permaneció en el cargo menos de nueve meses: una pobre actuación en la Copa América de Estados Unidos, con tres derrotas frente al local, a Uruguay y a Panamá, impulsaron a la Federación Boliviana de Fútbol a destituirlo.
A fines de julio asumió Villegas, de 54 años, cuya última experiencia laboral había sido al mando de Always Ready. El nuevo entrenador apostó por una renovación muy fuerte en el plantel y por muchísimos jugadores jóvenes: de los 29 citados para esta doble fecha (el mediocampista Ervin Vaca y el defensor Yomar Rocha debieron ser excluidos por lesiones), 14 son menores de 23 años. Y de los 29 convocados, apenas nueve juegan fuera del país, solo dos lo hacen en Europa (Roberto Carlos Fernández, en el Akron Togliatti ruso y Carmelo Algarañaz, en el Kalamata griego) y ninguno se desempeña en una de las principales ligas del Viejo Continente.
Entre los pibes en los que confió Villegas se ha destacado especialmente Miguel Terceros, quien convirtió en las victorias frente a Venezuela, Chile y Colombia. “Somos un equipo joven que busca cambiar la historia. Hoy lo demostramos. Invitamos a toda la gente a que nos siga apoyando porque este grupo promete mucho”, se ilusionó después del triunfo del jueves.
El mediocampista nacido hace 20 años en Santa Cruz de la Sierra es futbolista del Santos brasileño, al igual que sus compañeros del seleccionado Enzo Monteiro (también tiene 20 años) y Marcelo Torrez (18). Aunque su actuación en el elenco paulista, que esta temporada milita en la Serie B del Brasileirão, se ha circunscripto casi exclusivamente al conjunto sub-20. Con el equipo principal solo jugó 52 minutos repartidos en cuatro partidos.
Frente a Colombia también brilló Guillermo Viscarra, el responsable de mantener en cero el arco local cuando el conjunto dirigido por Néstor Lorenzo apretó. El guardavalla de The Strongest recuperó la titularidad en este encuentro debido a la rotura del tendón de Aquiles derecho que Carlos Lampe sufrió en el duelo ante Chile y no decepcionó.
“Venimos de tres victorias, pero mantenemos los pies en la tierra. Sabemos que no hemos conseguido nada todavía, pero esto nos motiva muchísimo para lo que viene, para seguir entrenándonos, para seguir trabajando y para seguir formando el grupo que estamos formando, que nos está dando estas alegrías a todos. Queda muchísimo todavía, pero estamos viviendo un sueño”, destacó Viscarra.
La racha positiva del seleccionado boliviano no solo coincide con el trabajo de Villegas como DT, sino también con la mudanza de su localía: en sus últimas dos presentaciones como anfitrión no actuó en el Hernando Siles de La Paz, donde solía hacerlo, sino en el Estadio Municipal de Villa Ingenio, en El Alto, una de las ciudades más jóvenes del país (adquirió esa condición recién en 1988).
El coliseo alteño fue inaugurado en 2017, tiene capacidad para 24.000 espectadores (bastante menos que el Hernando Siles, que puede albergar a 40.000), cuenta con césped natural desde enero de este año (antes tenía terreno sintético) y se encuentra a 4.150 metros sobre el nivel del mar. Ante las críticas de quienes objetan que un equipo visitante deba presentarse en ese recinto, la respuesta es contundente: “Se juega donde se vive”. Y en El Alto viven 885.035 personas, según el censo realizado este año por el Instituto Nacional de Estadística boliviano.
El Estadio Municipal de Villa Ingenio puede presumir de un récord impecable: todos los partidos internacionales que allí se disputaron favorecieron a los locales. A las dos victorias de la Verde en las Eliminatorias se suman los seis triunfos en igual cantidad de presentaciones que Always Ready consiguió este año por las fases preliminares de la Copa Libertadores y por la Copa Sudamericana
En este inmueble, el seleccionado boliviano no solo encontró buenos resultados, sino también un fuerte apoyo de sus simpatizantes. El encuentro del jueves ante Colombia se jugó a casa llena. Las entradas volaron a pocas horas de haber salido a la venta y, desde entonces, los revendedores trabajaron a destajo: los boletos llegaron a comercializarse a precios que alcanzaban el 1.000% del valor en el circuito legal. Por ello, varias personas fueron detenidas en estos días, acusadas de agio y especulación.
Esta localía fuerte puede ser la llave para lograr la clasificación a una Copa del Mundo después de más de tres décadas. Incluso si no consiguiera punto alguno en los cinco compromisos que le restan como visitante (contra Argentina en Buenos Aires, Ecuador en Quito, Perú en Lima, Venezuela en Maturín y Colombia en Barranquilla), pero ganara los cuatro que le quedan en casa (frente a Paraguay, Uruguay, Chile y Brasil), el seleccionado boliviano sumaría 24 unidades.
Esa cosecha le hubiese permitido ubicarse entre los siete primeros seleccionados en cualquiera de las Eliminatorias de la Conmebol desde que se juegan en el formato de todos contra todos (las primeras fueron las de Francia 1998) y entre los seis primeros en cinco de los siete procesos clasificatorios. Por eso y por sus últimas actuaciones, la presencia en el torneo que se disputará en 2026 en Canadá, México y Estados Unidos no es una misión imposible para los conducidos por Óscar Villegas.