La llegada de Fernando Gago despierta ilusión entre los hinchas de Boca porque se trata de un entrenador con mucha personalidad y con una apuesta firme por el juego ofensivo y estético, que se comenzará a observar el sábado 19 de octubre en el duelo ante Tigre en el estadio José Dellagiovanna, por la fecha 18 de la Liga Profesional.
El Boca de Gago buscará atacar en todas las canchas, tal como se lo grita su historia. Y lo anunciado no será un simple eslogan, sino una idea abrazada con convicciones porque Pintita ha demostrado ser un técnico inflexible en su ideología. Esto, claro está, puede verse como una virtud y también como un defecto.
Es posible que la personalidad de Gago choque con frecuencia con los periodistas, de los que suele tomar distancia. En ese sentido, es un técnico parecido a Gabriel Heinze y a Marcelo Bielsa. A ambos los tiene como referencia. Pintita es un DT que no suele caer simpático: ni vende humo ni desborda carisma. Tal vez por eso nunca terminó de ser apropiado por los hinchas de Racing, muy a pesar de los dos títulos (Trofeo de Campeones de 2022 y la Supercopa Internacional de 2023) que consiguió en el club de Avellaneda.
Una cuestión que no debería sorprender es que, pasados los primeros meses, comience a tener injerencia en las Inferiores y en cuestiones estructurales del día a día de los juveniles. En la Academia, se recuerda, en un momento buscó que todas las categorías jueguen igual que la Primera. Cualquier parecido con Marcelo Gallardo no es pura coincidencia.
La idea de juego de los equipos de Gago es reconocible. Tiene dos esquemas predilectos: 4-3-3- o 4-2-3-1. Con uno u otro, la intención es hacerse ancho para aprovechar el centro del campo con volantes de buen pie y llegada al gol. No resigna la posesión ni mucho menos: pretende que sus equipos la tengan el mayor tiempo posible en campo rival. Por eso promueve una presión alta y agresiva que se inicia con la orientación del delantero centro. Quien mejor lo hizo en Racing fue Enzo Copetti. También la apuesta es empezar las jugadas desde abajo, por lo que los zagueros y el arquero asumen riesgos.
No suelen ser frenéticos los equipos de Gago, sino más bien pacientes. Una vez que se instala en campo rival, la circulación es la regla. Un dato no menor es que Racing solía convertir muchos goles en los últimos minutos de los partidos.
La fuerte personalidad de Gago se pondrá a prueba en Boca. En Aldosivi, en Racing y en Chivas de México no le tembló el pulso a la hora de marginar a algún jugador por falta de disciplina. Los futbolistas del plantel deberán someterse a un pesaje diario, por ejemplo. Por no pasar el registro de la balanza en la Academia supo apartar a Edwin Cardona, a Leonel Miranda, a Carlos Alcaraz, a Emiliano Vecchio y a Gastón Gómez.
«Para jugar al fútbol de alto rendimiento aprendí que si vos no estás bien del todo física, mental y futbolísticamente es muy difícil rendir. Nosotros tenemos un estricto control desde que iniciamos la pretemporada y junto con los nutricionistas y médicos definimos en que peso ideal debe estar cada jugador», contó Gago en su momento.
Y agregó: «Nosotros necesitamos que todos estén al cien por ciento y acá quedó demostrado que cada futbolista cuando está en su mejor momento rinde y a mi me ha pasado. Yo bajé 7 kilos con 37 años».
Pero todo en Boca será distinto y novedoso porque Gago deberá convivir con un presidente-ídolo como Juan Román Riquelme, que suele intervenir -de manera directa o indirecta- en el fútbol profesional. Además, dirigirá a dos ex compañeros con los que compartió muchos años en la Selección Argentina: Sergio Romero y Marcos Rojo. Ambos, encima, transitan la parte final de sus carreras. Cómo gestionar esas relaciones será otro de los desafíos de Gago.
Entre los aspectos negativos se puede aseverar que por momentos se ha manifestado como un técnico caprichoso. En Racing, por caso, mantuvo entre los más utilizados a jugadores cuestionados como Maximiliano Romero, Jonatan Galván, Emiliano Insua, Nicolás Reniero. Otro punto flaco solían ser las pelotas paradas.
De todos modos, la crítica más grande a Gago en Racing fue por sus malos rendimientos en los clásicos: ganó solo 5 de los 21 que disputó, lo que arroja una efectividad de 38,1 por ciento. Ante Boca ganó 2, empató 1 y perdió 1; frente a River se impuso en 1, igualó en 1 y cayó en 4; contra Independiente ganó 2, empató 1 y perdió 1; y ante San Lorenzo igualó 3 y empató 1. Sus equipos convirtieron 18 goles y les marcaron 25.
Así las cosas, Gago y Boca se reencontrarán en un momento clave para ambos. En lo institucional, el presidente Riquelme ya no puede fallar en la elección del entrenador y por eso apostó por un conocido de la casa y con gran proyección. Para Gago, por su parte, será el punto crucial de su carrera para determinar qué clase de entrenador será.