Cuando a Emmanuel Macron le confirmaron que Kylian Mbappé no sería parte de los Juegos Olímpicos, un frío le recorrió por el cuerpo. El presidente de Francia había pensado al futbolista como la cara de sus Juegos. Incluso se comunicó con el mandamás de Real Madrid, Florentino Pérez, aunque no pudo conseguir el permiso. Pero no llegó a desanimarse Macron porque rápido le alcanzaron la solución: el nadador Léon Marchand. Y no le erraron aquellos asesores porque el joven de 22 años ya se alzó con tres medallas de oro y es, sin lugar a dudas, el gran héroe del país galo.
Un cartel enorme es lo que primero llama la atención al subir al segundo piso de la Torre Eiffel. La vista no se va al río Sena ni al palacio del Trocadero ni al Arco de Triunfo, sino que viaja directo a esa gigantografía alzada en la enorme Torre Montparnasse. Y quien está ahí a punto de tirarse a una pileta imaginaria es Marchand.
El destino de nadador olímpico estaba marcado para Marchand: sus padres compitieron por Francia en los Juegos Olímpicos en los 200 metros combinados. Su madre, Céline, en Barcelona 1992, mientras que su padre, Xavier, lo hizo en Atlanta 1996 y Sydney 2000. Y bastante más: su tío, Christophe Marchand, también participó en Barcelona 1992 y en Seúl 1988.
De todos modos, no fue grato el primer encuentro con el agua para el nacido en Toulouse el 17 de mayo de 2002: le pareció demasiado fría. Intentó con el rugby y con el judo hasta que le dio una segunda oportunidad a la natación. Se enamoró y supo entonces que sería una parte importante de su vida.
Léon se formó en el prestigioso club de nadadores los Delfines de Toulouse, pero el salto en su carrera lo dio cuando a los 18 años decidió irse a estudiar a la Universidad de Arizona en los Estados Unidos. Una vez en suelo norteamericano, se animó a mandarle un mail al famoso entrenador Bob Bowman, quien llevó a la cima a Michael Phelps. El especialista aceptó la invitación. Desde entonces, la carrera deportiva de Marchand no ha parado de crecer.
“Leyenda”, se apuró a publicar en sus redes sociales el presidente Macron luego de que Léon consiguiera dos medallas de oro en menos de dos horas, cuestión histórica, por cierto. Ocurrió el miércoles pasado en un eufórico y colmado estadio París La Defensa en Nanterre. Ni siquiera Zinedine Zidane se quiso perder el espectáculo. Afuera, en las calles, la gente lo seguía en las pantallas gigantes como si fuese un partido de la Selección de fútbol en un torneo de relieve.
La primera de las finales, 200 metros estilo mariposa, fue épica. El húngaro Kristof Milak, el mejor mariposista de todos los tiempos y dueño del récord mundial, se encaminaba a quedarse con el oro. Un silencio enorme se hizo en el estadio. Hasta que a falta de 40 metros, Marchand empezó la remontada. El sprint final fue demoledor y el francés logró lo que parecía imposible. Se quedó con el oro y con la mejor marca olímpica (01m51s21).
“Mi plan fue intentar seguir a Milak de cerca, aprovechando mi nado subacuático, para adelantarme en los últimos metros. Pero nunca lo habría conseguido sin la fuerza que me dio el púbico. Recuerdo perfectamente lo que sentí al oír a la gente gritar enloquecida. Fue increíble”, contó Léon.
Menos de dos horas después, Marchand se impuso de punta a punta en los 200 metros estilo pecho con un tiempo que también fue récord olímpico (02m05s85). Para encontrar un nadador que haya ganado dos medallas de oro en un día hay que viajar hasta Montreal 1976, cuando lo consiguió la atleta de alemana del Este Kornelia Ender.
Los medios locales no paran de hablar de Léon. Para muestra alcanza con poner su nombre en los buscadores de internet. También es la figura más codiciada por las marcas: los anuncios de televisión con él como protagonistas se repiten en los canales. Ninguno tanto como el de Louis Vuitton.
Ahora Marchand, que el miércoles había alzado su primer oro en los 400 metros estilo combinados, buscará dos podios más en los 200 metros combinados (viernes) y en relevo 4×100 combinado (domingo), para seguir haciendo delirar a Francia. Y para seguir agigantando su figura de héroe nacional.