Cuando a las 10.37 de la Argentina los estadounidenses Xander Schauffele y Patrick Cantlay, números tres y ocho del ranking mundial, se paren este jueves en el tee del hoyo 1 del Royal Troon Golf Club, ubicado 56 kilómetros al suroeste de Glasgow, ya sabrán que pasarán inadvertidos en ese campo escocés. Los espectadores y los millones que estarán conectados a una pantalla en el mundo solamente querrán ver en acción al otro integrante del trío: su compatriota Tiger Woods.

Es que por primera vez desde 2019, el ganador de 15 Majors jugará los cuatro principales torneos en el mismo año. Y el que arranca hoy es pura tradición: el 152° Abierto Británico.

El ex número uno del mundo, el hombre que de joven revolucionó el golf por sus brillantes resultados y sacudió estructuras anquilosadas por el color de su piel. No es poca cosa en un país donde el racismo aún cala hondo y es un tema de debate cotidiano privada y públicamente.

Y ahí está Tiger para demostrar su vigencia, más allá de que su carrera cambió cuando un accidente en 2021 casi le cuesta una pierna y le dejó dolores crónicos como secuelas, amén de un cuerpo castigado a los 48 años.

Tiger Woods, en el Abierto Británico.
Foto EFETiger Woods, en el Abierto Británico.
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“Voy a jugar hasta que pueda hacerlo y siento que todavía puedo ganar el torneo”, aseguró Woods en Escocia, siempre escrutado por su estado físico y encima apuntado por el ídolo escocés Colin Montgomery, quien pisó el palito al decir: “Espero que la gente recuerde a Tiger por lo que fue, por su pasión y su carisma. Nada de eso existe ahora. No va a disfrutar jugar. Llega un momento en que todos los deportistas deben decir adiós, pero es muy difícil decirle a Tiger que es tiempo de dejar. Siente que puede ganar. Nosotros somos más realistas.”

Tiger recogió el guante y sin diplomacia le pegó duro al múltiple ganador de la Orden de Mérito europea. “Soy un ex campeón y puedo jugar aquí hasta los 60 años. Puedo tomar yo esa decisión, algo que él no puede hacer porque no lo es. Así que cuando llegue a su edad podré seguir tomando esa decisión y él, nunca”, lo vapuleó.

Desde que llegó a Royal Troon el domingo, obviamente Tiger fue el centro de atención a cada paso, incluyendo sus rondas de práctica en los links ubicados en el condado de Ayrshire, en la costa norte atlántica.

Al cabo, Woods es uno de los 19 golfistas que ganaron al menos tres veces el Abierto Británico y el único que logró semejante hazaña en el siglo XXI. En 2000 y en 2005 se coronó en el mítico St. Andrews y en 2006 ganó su tercer Abierto en el Royal Liverpool Golf Club.

Un joven Tiger Woods, campeón del Abierto Británico en 2000.
Foto AFPUn joven Tiger Woods, campeón del Abierto Británico en 2000.
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Woods empató la sexta posición en el Open de 2018, pero solo ha competido dos veces desde entonces, fallando el corte en 2019 y en 2022. En los tres primeros Majors de este año, fue 60º en el Masters y no pasó el corte en el PGA Championship y el US Open.

Es más, en la segunda vuelta del Campeonato de la PGA en Louisville, Tiger firmó una tarjeta con múltiples triple bogeys por primera vez en 1.344 rondas en su carrera en el PGA Tour.

“Cada vez que tengo la oportunidad de jugar, no sólo en Escocia, sino en el Reino Unido en general, es un golf diferente”, sentenció Woods. Y entonces llegó la explicación: “En links, la pesadez del aire es diferente. La pelota no llega tan lejos. Utilizás el suelo a veces como aliado y a veces como elemento disuasorio. Y estos bunkers no son como los que vemos en casa”.

Tiger disputó sólo cuatro eventos oficiales del PGA Tour en esta temporada y ya había avisado que su 23° Abierto Británico sería el último de 2024. “Incluso si gano, no creo que esté en los playoffs de la FedEx Cup. Sólo un evento más y luego volveré cuando pueda”, comentó.

La chance de Grillo

El chaqueño Emiliano Grillo será el único golfista nacional en participar en el Abierto Británico. Desde las 11.32 de la Argentina, compartirá este jueves recorrido junto al estadounidense Ben Griffin y al canadiense Mackenzie Hughes.

Roberto De Vicenzo, campeón del Abierto de Británico en 1967.
Foto APRoberto De Vicenzo, campeón del Abierto de Británico en 1967.
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El recuerdo triunfal del Maestro De Vicenzo

Roberto De Vicenzo llegó al Abierto Británico de 1967 con 44 años y un gran sueño: obtener su primer Major. “Quería ganar este torneo pero debía tener cuidado. La primera vez que lo jugué fue hace 20 años. Perdí mi pelo desde entonces”, bromeó el argentino el día de su consagración.

El 15 de julio de ese año, el Maestro concluyó su andar en el Royal Liverpool, en Hoylake, con 278 golpes (-10), dos por delante del estadounidense Jack Nicklaus, su principal rival y defensor del título.

Fue una sorpresa porque ni en las apuestas era favorito. La anécdota con Roy Smith, el dueño de la casa donde De Vicenzo se alojó, queda como recuerdo. Fue quien le sugirió apostar por él, porque pagaba 70 a 1. El argentino ganó y se llevó 7.000 libras. ¿Cuánto embolsó por el título? 5.800 dólares.

“Recuerdo que la noche anterior a la última vuelta llovía que daba gusto. Estaba nervioso y después de los truenos que me despertaban, volver a agarrar el sueño era difícil. Y empezaba a jugar al golf en la cama”, contó De Vicenzo.

“Al volver al país, pensaba que a Ezeiza sólo me iría a buscar mi señora, que tenía que esperar cuatro o cinco horas cada vez que hablábamos por teléfono. Pero el recibimiento de la gente que se acercó me agarró de sorpresa. Es un gran recuerdo”, rememoró el Maestro, leyenda del deporte argentino que les abrió el camino a sus colegas nacionales en el mundo.



Fuente Clarin

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