Hizo lo que tenía que hacer Argentina: goleó 3-0 a El Salvador. Se sabía que no iba a ser un rival de peso para la Scaloneta, que no estiró la ventaja un poco por relajación en los minutos finales y bastante por las atajadas del arquero rival.
Habrá que empezar a preguntarse con fuerza si estos partidos le sirven de algo al campeón del mundo. Se recuerda que por amistosos como el que se jugó este viernes pataleó Lionel Scaloni luego del triunfo contra Brasil en el Maracaná, la tarde en que puso en duda su continuidad. Y nada cambió, al menos si se tiene en cuenta lo que sucedió en Filadelfia: El Salvador no fue contra para el combinado nacional.
En la misma jornada en que Colombia venció a España en Londres y en la víspera de que Brasil se mida contra Inglaterra y unos días más allá Chile choque con Francia, Argentina saltó a la cancha para enfrentar al seleccionado número 81 del ranking FIFA. Es cierto que en esta ventana se iba a jugar ante Nigeria y Costa de Marfil en China, en una gira que se suspendió con poco tiempo de anticipación. Pero la sensación es que Argentina podría aspirar a algo más.
La imagen de Scaloni durante el juego puede servir para describir el andar del partido en la fría Filadelfia: estuvo casi todo el tiempo sentado y hablando de manera risueña con Pablo Aimar, su ayudante. Lo normal para el nacido en Pujato es vivir los duelos al pie de la línea lateral y dando varias indicaciones a sus dirigidos.
Sirven más las juntadas que los amistosos en sí, piensan puertas para adentro en el cuerpo técnico. Reencontrarse, entrenar una semana en conjunto para aceitar conceptos y empezar a integrar a los más juveniles como Garnacho, Barco, Carboni y Buonanotte es lo primordial. A eso se le saca el jugo.
También están los ensayos en cancha, más allá de la fragilidad del rival. Que no esté Lionel Messi siempre es una cuestión por atender. Esta vez, fue Ángel Di María el que se vistió de Leo para acompañar a Lautaro Martínez en el ataque. Y Fideo casi marca un golazo ingresando por la derecha y luego de una habilitación de cabeza de Giovani Lo Celso.
A Pep Guardiola le gusta hablar de esquemas asimétricos. Y la Scaloneta presentó un dibujo difícil de encasillar porque jugó con una línea de 4 defensores, pero sin un lateral izquierdo. La posición de Nicolás González fue la clave. Nehuén Pérez, una de las sorpresas, jugó de lateral derecho contenido: llegó al fondo solo en tres ocasiones y falló en los centros. Cristian Romero y Nicolás Tagliafico ocuparon la zaga y González hizo todo el carril izquierdo. Si se analiza el mapa de calor del futbolista de Fiorentina se caerá en la cuenta de que se movió más de atacante que de defensor. Es cierto también que El Salvador jugó muy retrasado y que todos los argentinos se plantaron en campo rival.
En la primera parte, Cristian Romero de cabeza -luego de un córner de Di María- y Enzo Fernández -tocando al arco vacío después de una buena jugada colectiva-, anotaron los goles argentinos.
Para el complemento, Scaloni le dio rodaje a Alejandro Garnacho, uno de los que puja por meterse en la lista de la Copa América. El de Manchester United entró por González y jugó de extremo izquierdo, con Di María corriendo por el sector opuesto. Fue bueno el ingreso del juvenil de 19 años, que metió un par de desbordes y remató al arco en un par de oportunidades.
Valentín Barco debutó y, al igual que Garnacho, se mostró participativo. Se encontraron en un par de oportunidades los juveniles y se entendieron bien. Facundo Buonanotte, en tanto, se metió a los 19 minutos y estuvo algo nervioso, recién sobre el final pudo asociarse con Di María y Nahuel Molina.
El que volvió a aprovechar la oportunidad fue Lo Celso, que se quedó afuera de Qatar por una lesión. El ex Rosario Central recibió en el área de Lautaro Martínez y definió de tres dedos. Un gol que el sello de su zurda elegante.
La goleada fue solo 3-0 porque el arquero Mario González salvó varias. La única pequeña manchita: Lautaro Martínez alargó su racha sin goles con la Scaloneta: 16 partidos, 742 minutos.