Algunos nacieron en Estados Unidos, otros en Canadá, Australia y diversas partes del mundo. Ninguno lo hizo por elección y coinciden en un aspecto: sus padres son oriundos de Sudán del Sur, región de la que escaparon como víctimas de los conflictos bélicos y sociales que azotan sobre la nación más joven del mundo, tras su independización en 2011. Hoy, como acto del destino, son los encargados de transmitir alegría a un pueblo de casi 11 millones de habitantes que se ubica entre los más pobres del mundo.

Entre tantas tinieblas que se le presentan a los habitantes del país ubicado en el este africano, el equipo de básquet de Sudán del Sur son los taumaturgos en los que la nación confía para seguir escribiendo historia en la sede Pierre-Mauroy de Lille. El primer capítulo ya fue escrito: vencieron 90-79 a Puerto Rico en su debut por los Juegos Olímpicos de París y realizaron una de las hazañas deportivas más grandes de su corta historia.

«Esto es un como una película. Mi vida es cine ahora mismo«, confesó el entrenador Royal Ivey, jugador de la NBA por una década. Aunque el largometraje no inició dentro de la pista. La historia comenzó al pisar la Villa Olímpica, sitio donde la gran mayoría de atletas disfruta de comodidades similares a las que goza durante gran parte de su carrera. Caso contrario fue para los muchachos de Sudán del Sur, que conocieron lo que es entrenar juntos sobre canchas techadas por primera vez como equipo.

El PBI de tan solo 417 dólares que presenta la nación, el séptimo más pobre en todo el mundo, es un fiel reflejo de las condiciones en las que el equipo nacional de básquet se entrenó en su camino a París. «No tuvimos el privilegio de tener gimnasio, dormitorio y otras facilidades. En nuestros primeros entrenamientos entrenábamos al exterior, con águilas volando por encima de nuestras cabezas. Había agua en la cancha, no era plana, hacía un calor enorme. Después viajamos a España, nos desplazamos mucho, viajamos largas distancias y teníamos que dejar las salidas de emergencia a los pívots», reveló el entrenador luego de hacer historia.

Paris 2024 Olympics - Basketball - Men's Group Phase - Group C - South Sudan vs Puerto Rico - Lille, Pierre Mauroy Stadium, Villeneve-d'Ascq, France - July 28, 2024. Wenyen Gabriel of South Sudan, Peter Jok of South Sudan, Carlik Jones of South Sudan and Marial Shayok of South Sudan celebrate REUTERS/Evelyn HocksteinParis 2024 Olympics – Basketball – Men’s Group Phase – Group C – South Sudan vs Puerto Rico – Lille, Pierre Mauroy Stadium, Villeneve-d’Ascq, France – July 28, 2024. Wenyen Gabriel of South Sudan, Peter Jok of South Sudan, Carlik Jones of South Sudan and Marial Shayok of South Sudan celebrate REUTERS/Evelyn Hockstein

Sudán del Sur consiguió ser representado por 14 deportistas en París 2024. Dos de ellos pertenecen al atletismo: Abraham Guem en 800 metros masculino y Lucia Moris en 100 metros femenino. Los 12 restantes conforman el equipo nacional de básquet, que ya había dado la sorpresa a nivel internacional en su primera participación en un Mundial, cuando el año pasado ganó tres de sus cinco partidos disputados y consiguió allí el boleto rumbo a París.

La mayoría de los jugadores nacieron en Estados Unidos, pero se catalogan como «un grupo de refugiados» que se «reúne algunas veces al año en un país sin canchas cubiertas». Sin embargo, cada uno comprende que dicho territorio herido por marcas de guerra, en el que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) todavía extiende misiones de paz para la protección de civiles, es la razón que los impulsa a salir al campo.

Sudán del Sur logró independizarse de Sudán en 2011, territorio vecino con el que entraron en conflicto en 1982, pero que todavía no cesó por completo por cuestiones políticas, económicas y religiosas (el sur es cristiano, mientras que el norte practica el Islam). La cuestión social produce que más de la mitad de la población viva por debajo del umbral de la pobreza, trabajando la gran mayoría en el sector rural y sufriendo a diario. Una guerra civil que tuvo lugar entre 2013 y 2018 dejó un saldo de 400 mil fallecidos y miles de refugiados.

Con sus mayores esfuerzos, tratan de encontrar la forma de dar sus primeros pasos como nación. Justamente, uno de ellos fue afiliarse a la FIBA (Federación Internacional de Baloncesto) y reunir a aquellos jugadores que se sientan identificados con su ascendencia. No se equivocaron. Así llegaron a convencer a atletas de envergadura NBA, como Carlik Jones (Chicago Bulls), quien se lució ante Puerto Rico con 19 puntos, 7 rebotes y 6 asistencias, y se convierte en la piedra angular que hace soñar a Sudán del Sur con tener una mayor presencia en el mapa deportivo.

Carlik Jones, la figura en la que Sudán del Sur confía para seguir haciendo historia en París. Foto: FIBA.Carlik Jones, la figura en la que Sudán del Sur confía para seguir haciendo historia en París. Foto: FIBA.

El nombre a quien el básquet de la nación africana le debe gran parte de su paulatino crecimiento es a Luol Deng, ex jugador de Chicago Bulls, refugiado en Egipto durante mucho tiempo y presidente de la Federación desde 2019. Por amor a sus raíces, a pesar de haber representado a Gran Bretaña, decidió hacerse cargo de todos los costos de financiamiento necesarios. Hasta fue entrenador del equipo, previo a la llegada de Ivey, con quien terminó de conformar el equipo revelación de París 2024.

Pero dentro de la épica que forjaron en su debut, en la previa al partido frente a Puerto Rico, la organización incentivó de forma implícita a los sudsudaneses. Es que cometió un error al poner el himno de Sudán, región enemiga, al momento de la salida de los equipos a la pista. A pesar de que la melodía fue frenada a los pocos segundos, los abucheos de parte del puñado de hinchas que se hizo presente en el estadio fueron inevitables. Luego mostrarían, a su manera, su emoción por la victoria en las fueras del recinto.

En medio de ánimos de alegría, la próxima parada de Sudán del Sur será nada menos que el Dream Team de Estados Unidos, con LeBron James a la cabeza, por la segunda del grupo C. Aunque no tienen motivos para achicarse: en los amistosos de preparación rumbo a París, el conjunto africano estuvo al borde de vencer a los americanos, llegando a obtener una diferencia de 16 puntos a su favor. Sin embargo, la estrella de los Lakers se despertó sobre el final y le bastó para llevarse una victoria ajustada por 101-100.

Sin importar el resultado, los 12 representantes están seguros de algo: en Yuba, capital de Sudán del Sur, aguardan por su llegada para ser recibidos como los héroes que dieron una de las máximas alegrías en sus cortos 13 años de historia. Una maravilla olímpica



Fuente Clarin

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