Juan Martín Del Potro colgó definitivamente su raqueta en una exhibición que jugó en diciembre en Parque Roca con Novak Djokovic, en una noche cargada de emoción, y ahora está disfrutando su primer año oficial como ex jugador. Pero sigue muy conectado con el tenis. Está enfocado a full en la nueva academia que inauguró en Boynton Beach, en Florida; volvió a formar parte del Roland Garros Junior Series que se jugó en San Pablo y que clasificó a los campeones al torneo junior del Grand Slam francés; y en lo que va de esta temporada estuvo de visita en varios torneos, como Delray Beach, Río de Janeiro -donde le entregó el trofeo a Sebastián Báez– y Miami. Igual, no quiere, al menos por ahora, volver a meterse en la vorágine del circuito y por eso afirmó que no está en sus planes la posibilidad de entrenar a un jugador profesional. Salvo, claro, que llegue el llamado de alguien muy especial.

«Si me llama Novak para trabajar con él, voy feliz de la vida», aseguró en una charla con el sitio Olympics.com. «Ahora estoy con mi academia y eso me entusiasma mucho, ser entrenador de niños, de gente de todo tipo. Obviamente que para ser coach a tiempo completo hay que viajar mucho, estar encima de todo. Es algo que ya hice 20 años y estoy un poco cansado. Pero obviamente a Djokovic no puedo decir que no. Aunque quizás en unos meses mi pensamiento puede cambiar. La puerta no está cien por cien cerrada, creo que ya va a llegar el momento».

Y aseguró que tampoco se le pasa por la cabeza tratar de volver a jugar. «Los dolores siguen, lamentablemente. Pero estoy más tranquilo. No tengo ese pensamiento de querer intentarlo. Esa etapa se acabó para mí. Mi despedida con Djokovic en Argentina fue soñada. Fue la mejor despedida que yo podía tener y con eso cumplí mi ciclo como tenista».

Que Djokovic sea el único por el que Delpo haría hoy un excepción y regresaría al tour. A los dos los une una relación muy especial: son amigos fuera de la cancha, pero fueron grandes rivales durante los años en los que el argentino deslumbraba con su talento y su imparable derecha. Y uno de los partidos que jugó con el serbio, el de la primera ronda de los Juegos Olímpicos de Río 2016, tiene un lugar muy especial en su memoria.

«Djokovic era el número uno del mundo y cuando me dijeron que iba a jugar con él fue horrible. Estaba muy decepcionado. Muy, muy triste. Porque Río era una gran oportunidad para intentar conseguir un buen resultado y jugar contra Novak en primera ronda, era casi imposible. Cuando comenzó el partido, la hinchada brasileña lo estaba apoyando mucho porque en Brasil lo quieren mucho y yo soy argentino. Había como un poco de rivalidad, pero el partido fue tan bueno, de un nivel tan alto y emocionalmente tan fuerte que los fanáticos empezaron a hinchar por mi. Y ahí conectamos y creamos una relación muy bonita que perdura hasta hoy en cada momento que estoy en Brasil», comentó quien terminó colgándose la medalla de plata en esos Juegos tras perder la final con Andy Murray.

Y agregó: «Río 2016 fue una de las semanas más lindas de mi carrera. Londres 2012 también (NdR: Perdió en semifinales con Federer y derrotó al serbio en el duelo por el bronce). En los dos Juegos jugué con Roger, Nadal, Djokovic y Murray, o sea, lo mejor del tenis. Si ya es difícil ganar una medalla, imagináte jugando contra ellos. Era una doble misión imposible, pero lo conseguí».

Del Potro fue uno de los pocos que logró hacerle frente a esos Cuatro Fantásticos que dominaron el tenis durante más de dos décadas. Y consultado sobre por qué era tan difícil ganarles -él lo logró varias veces, pero quedó con récord negativo de 7-18 con Federer, 6-11 con Nadal, 4-16 con Djokovic y 3-7 con Murray-, afirmó que las razones iban más allá del tenis.

«Muchos de nosotros jugamos bien, pero ellos hacían una pequeña diferencia en detalles mínimos. No era solo tenis, era mentalidad, físico, carácter, manera de manejar la presión. Ellos durante muchos años lo hicieron mejor que todos nosotros y sobre todo en momentos o torneos importantes. Si ellos en el circuito jugaban a un nivel de 8 o 9 puntos, en Grand Slam levantaban a 10 puntos y ahí es donde no los alcanzábamos porque eran realmente muy buenos», comentó.

Djokovic es hoy el único de ese grupo de leyendas vivas que sigue compitiendo. Y Delpo tiene claro cuál es la motivación que tiene el serbio para seguir: «Ganar un Grand Slam es algo muy personal para él. Creo que todavía puede conseguir ganar más de uno. Tenísticamente es el mejor, tiene mucha experiencia y si logra estar físicamente en buenas condiciones, lo va a seguir intentando. Sería algo muy lindo para el mundo del tenis que volviera a ganar… como hizo en París, consiguiendo la medalla de oro».

Voz autorizada para analizar el presente y el futuro del deporte en el que supo brillar, el tandilense se animó a dar su opinión sobre un debate que está instalado desde hace un tiempo en el tenis celeste y blanco: ¿volverá a tener Argentina un top 10 en un futuro cercano?

«Es muy difícil ser top 10, es la realidad. Pero creo que hay argentinos que tienen oportunidad porque el circuito está muy abierto y lo tienen que intentar», aseguró. «Ahora que el Big 4, David Ferrer, Stan Wawrinka y yo ya no estamos, el grupo de los 10 primeros está muy cambiante. Hay una gran oportunidad para todos. Antes, solo había seis lugares en el top 10 porque al Big 4 era imposible de quebrarlo».

Y agregó: «Para nosotros como país sería muy lindo tener siempre algún argentino compitiendo en instancias finales de de Grand Slams. Pero hay que trabajar mucho, tener mucha disciplina y ser muy paciente».



Fuente Clarin

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