Juan Martín Hernández tiene los rasgos de un ícono, algo parecido a la relación de las marcas con su imagen. Para miles de personas basta un golpe de vista para descubrir al «Mago». Para muchísimas más “es el de Los Pumas”. No le pasa a todos. Está en el salón de la fama de la World Rugby desde 2023 y la videoteca pública más grande del mundo, Youtube, tiene un variado registro que explica su apodo y por qué es el cuarto argentino, después de Hugo Porta, Agustín Pichot y Felipe Contepomi que tiene consideración Mundial.
Le debe esa popularidad al rugby, el deporte con el que jugó tres Copas del Mundo y es parte de la generación que se subió al podio en el de 2007. Pero el Mago es más que “el de los Pumas”, es el Hernández que jugó en ese Seleccionado. Hay una Hernández Leona -María de la Paz, su hermana- campeona Mundial de hockey en 2002 y otro -Patricio, su tío- entre los elegidos por César Luis Menotti para el Mundial de fútbol de 1982.
El eje de la construcción familiar es el deporte. Otros hermanos y tíos, además de mamá, papá, primos y abuelos, están vinculados con alguna disciplina y lo practicaron en su terruño de San Nicolás.
Después del retiro profesional del rugby, Hernández se refugió en rutinas deportivas de tenis y pádel, hasta que se topó con el golf. “Felipe me dijo: ‘¿Por qué no te tirás unos hoyos?’, y empecé”, le dice el Mago a Clarín en el Golf de Pilar. Felipe no es otro que Contepomi, su ex compañero en Los Pumas y actual entrenador principal del Seleccionado.
Jugó además con otros miembros del staff, y también buena parte de los jugadores que todavía son convocados. Por eso, Hernández es el indicado para explicar el presente de Los Pumas. También porque lo hace de manera didáctica, un registro televisivo que acuña como comentarista en ESPN. Además, porque jugó de apertura, full back o centro -y en todos con suma destreza- y explica por qué funcionó el cambio de Tomás Albornoz por Santiago Carreras con la camiseta 10.
-¿Se acabó la polémica del apertura con el cambio de Albornoz por Carreras?
– Creo que la polémica estuvo hasta que (Contepomi) hizo el cambio. Pero voy un poco más atrás. Este es básicamente el mismo staff que en el Mundial 2023: solamente la cabeza cambió. Yo creo que le faltó tiempo a ese equipo, a ese ciclo, para poner en práctica lo que hoy estamos viendo. Los lanzamientos y los detalles que se están viendo hoy, es lo que venían intentando y lo que quisieron hacer, pero no les alcanzó el tiempo para ponerlo en práctica. Como todo en la vida, se construyó. Me gustaría poder agarrar así (hace la mímica de tomar algo con la mano) este período, moverlo en el tiempo, y llevarlo para que pudieran jugar de la manera en que lo hacen ahora. Dicho esto, entonces creo que la polémica estaba entre un estilo de juego y qué apertura usar para ese estilo de juego. La actualidad de Nico Sánchez (durante el Mundial) era muy buena y no creo que los entrenadores lo consideraran apto, o el mejor, en esa posición, para desarrollar el estilo de juego que pretendían. Ahora, si quieren jugar otra cosa, por ahí sí, era Nico de 10 y a Santi correrlo a otro lugar.
-¿Y qué leés del cambio?
– Cuando un jugador empieza a sobresalir en los entrenamientos y en su equipo, en su club, y cuando llega el momento y lo pones y juega bien como lo hizo Albornoz, creo que son cambios que se dan naturalmente. Así pasó con Santi Carreras: venía jugando en otra posición, tenía todas las condiciones para apertura bajo ese estilo de juego, lo pusieron y jugó bien. O sea, le ganó All Blacks dos veces. El mayor ratio de victorias de Los Pumas en el último tiempo fue con él de apertura, entonces no estaba mal. Por ahí el equipo no acompañaba tanto o no alcanzó tanto el tiempo para entrenar ese sistema de juego hoy lo tienen mucho más desarrollado. Creo que tanto Santi Carreras como Albornoz, mismo Nico Sánchez o un apertura de esas condiciones, puede llevarlo y va a estar en mejores condiciones para poder ejecutarlo bien. Además, creo que la polémica no existe más sobre quién es en cuanto a nombre, sino quién va a estar en mejores condiciones para hacerlo. Y claramente yo creo que Albornoz fue el mejor de los mejores del Rugby Championship en general, el mejor de todos los equipos. Y eso también es bueno no solo para el equipo en general, porque levanta la vara. Cuando Santi Carreras tenga que volver a Gloucester va a aprovechar toda oportunidad que tenga de jugar de apertura, porque cuando vuelva el seleccionado nacional va a querer competir por esa camiseta y le va a exigir al otro también en esa competencia sana que levanta el nivel.
-¿Cómo ves a Los Pumas, incluso antes de que termine la planificación del año?
– Muy bien. Está tan por arriba de las expectativas de principio de año, cuando no se sabía bien cuál iba a ser el plan de juego, la identidad que le iba a dar Felipe Contepomi por más que el staff venía del ciclo anterior. Creo que más allá de los resultados, de haberle ganado a los tres equipos del Championship, la planificación del staff para las convocatorias fueron lo más importante. Supieron a quién darle descanso según cuánto tiempo jugaron, de qué lesión vienen, cómo están anímicamente…. Usaron una gran base de jugadores y eso para mí es lo más importante. Y que hayan rendido en el nivel que lo hicieron, te da muchas más opciones y obviamente eleva la vara de la competencia interna.
– ¿Hubo algo puntual que te sorprendiera?
– Que en tan poco tiempo haya logrado tanta conexión y tanto detalle en el ataque de Los Pumas. O sea, tanta fluidez en ataque. Tiene la dificultad o tuvo, o ya se veía venir que tenía la dificultad de las formaciones fijas: el line y el scrum, porque hace muchos años que es un equipo que no domina. El line, por ahí un poco sí, teniendo sus propias pelotas, no robando tantas, pero teniendo buenas pelotas de calidad. Y después bajó un poquito, pero partiendo de esa base, que no era lo más sólido que podía tener equipo, era difícil imaginar que el juego podría fluir o tener una primera fase, un lanzamiento sólido. Hacerlo sin tener pelotas de tan buena calidad, eso sí es algo que la verdad que me llamó mucho la atención y me sorprendió para bien.
«Los All Blacks viajan con sus palos de golf»
Lleva seis años con el golf. Tiene su matrícula con el San Isidro Golf y dice que “cayó en la trampa” de ir a ver cómo era eso que tanto fanatizaba a la gente que lo jugaba. Se volvió una «obsesión” que intenta liberar al menos tres veces por semana y en ocasiones practica con otros ex Pumas. Tiene un handicap de 12, ahora compite hoyo tras hoyo.
-¿Que te gusta del golf?
– Es un desafío constante, muchas más variables para intentar controlar y dominar que lo que era mi deporte. Lo más parecido con el rugby es la patada a los palos, o la patada individual al touch, de drop… hasta que vos no pongas en inicio el juego con tu acción, no pasa nada. Es un momento individual. Lo mismo con el golf. Y después el desafío de superarme, mantenerme competitivamente y mentalmente actualizado: mi carrera competitiva, mental, deportiva, no pasó, sino que puedo seguirla. Pude trasladar eso al golf mucho más que a otros deportes que hago como pádel o a veces tenis. También en el fútbol, pero he dejado de jugar. Acá encuentro un desafío mucho más grande, que es que con la pelotita.
– ¿Qué buscás con el golf, tenés objetivos?
– Practicarlo lo máximo que pueda. Eso como primera instancia. No sé por qué tengo eso innato de querer ser mejor, así que mejorar, seguir mejorando y mejorando hasta una instancia en la que tal vez gustaría competir a nivel aficionado, amateur, mi club con mis amigos… Pero llevarlo un plano un poquitito más, más serio.
– ¿Juegan otros Pumas o el rugby no desemboca en el golf?
– Sí, de hecho, juego con Felipe y con Lucas Borges y con Gonza Tiesi. Tengo mi grupo de golf, también con otros compañeros y otros que no llegaron a Los Pumas. Amigos de afuera, sudafricanos, neozelandeses, mismo franceses que estuve mucho ahí. Los All Blacks viajan con los palos y juegan dónde los llevan los circuitos. De lo único que me arrepiento es de no haber arrancado antes.
Llega la hora de las fotos y el que se suma a la charla es Mark Lawrie, el director de R&A para Latinoamérica y buena parte del Caribe. Una suerte de embajador en la región de uno de los órganos rectores de golf mundial. Ellos eligieron a Hernández como un difusor de la disciplina, que intentan que cobre una expansión mayor en el territorio.
Lawrie tiene los números en la cabeza, sabe cuántos clubes de golf hay en la Argentina y en cada uno de los países en los que se lo practica. Menciona los apellidos que se vienen en la región y destaca a Emiliano Grillo, “que hace casi diez temporadas que mantiene su tarjeta en el en el PGA Tour, algo notable”. Pero la tentación es fuerte y se le hace la pregunta. ¿Como golfista, Hernández es mejor Puma o la actividad se perdió un profesional de haberlo tenido a tiempo?
«Es una respuesta que ya no vamos a tener, pero estoy seguro que, con el talento que tiene Juani para el deporte, va a llegar a ser un buen golfista. No va a ser profesional porque empezó muy tarde. Hemos jugado juntos, así que sé que tiene las condiciones”, responde con un swing envidiable.