Noruega cuenta con dos súper estrellas en el atletismo mundial y que, por estos días, intentan revalidar sus títulos olímpicos: Karsten Warholm en los 400 metros con vallas -el primer hombre en la historia que corrió esa prueba por debajo de 46 segundos- y Jakob Ingebrigtsen, el astro que quebró el dominio africano en los 1.500 metros llanos. A partir de este sábado 3 de agosto, la lista suma un nuevo nombre: Markus Rooth. En una dramática competición del decathlon, esa disciplina de las pruebas combinadas que define “al atleta más completo del mundo», dio la gran sorpresa hasta ahora en el atletismo de los Juegos Olímpicos de París 2024 al llevarse la medalla dorada con 8.796 puntos, pulverizando el récord de su país.
El decathlon tiene una exquisita historia olímpica, ya que comenzó a disputarse en Estocolmo 1912 cuando Jim Thorpe -estadounidense de ascendencia aborigen- se llevó el título, al que le despojaron por la hipocresía de su época: supuesto profesionalismo, por haber cobrado los viáticos de un evento de béisbol. Un siglo más tarde, el COI hizo justicia con Thorpe y le devolvió la medalla de oro a sus descendientes.
Apenas tres hombres pudieron ganar dos veces el deca: el primero fue otro estadounidense llamado Bob Mathias, quien tenía apenas 17 años cuando triunfó en Londres 1948, en una competición en la que el argentino Enrique Kistenmacher se convirtió en el mejor sudamericano de la historia con su cuarto puesto. Mathias revalidó ese cetro en Helsinki 1952 y se retiró del atletismo.
El británico Daley Thompson fue campeón en Moscú 1980 y Los Ángeles 1984, y más recientemente, el estadounidense Ashton Eaton lo hizo en Londres 2012 y R2016. La lista de campeones incluye a otros excepcionales atletas como el también estadounidense Bruce Jenner en Montreal 76 -un Jenner que, mucho más adelante, se sometería cambio de género y sería parte de la controvertida familia de los Kardashian, pero eso es otra historia-.
Sólo cuatro hombres en la historia pudieron superar la barrera de los 9.000 puntos y dos de ellos añoraban presentarse como favoritos en París: el local Kevin Mayer, la mayor esperanza francesa en el atletismo olímpico, estableció el récord mundial de 9.126 hace cinco años en Talence. Desde entonces, padeció el calvario de las lesiones y la reciente, hace pocas semanas, lo dejó sin los Juegos ante su público. El ya citado Eaton tenía el récord anterior con 9.045, logrado al ganar el Mundial de Beijing 2015. Y el primero que había atravesado la barrera era un checo, Roman Sebrle, con 9.026 en 2001 en Götzis.
Otro que también superó los 9.000 era el canadiense Damian Warner, un infaltable en los podios de los grandes torneos en la última década. Y que, de hecho, llegaba a París con la misión de defender la corona olímpica lograda en Tokio, además de ser el cuarto hombre con dos doradas consecutivas… No pudo ser: sufrió el “síndrome” que tanto afecta a los decathletas comunes, al quedarse sin marca en el salto con garrocha, cuando se encaminaba al triunfo.
Warner lideraba la prueba pero este sábado se derrumbó, justamente cuando aparecía un tal Rooth con una marca de 5,30 metros. No obstante, el hombre que asumía el liderazgo luego del salto con garrocha era el joven, ascendente y mediático alemán Leo Neugebauer, otro de los súper favoritos.
Ganador del Campeonato Universitario de Estados Unidos en junio pasado con 8.961 puntos en Eugene, este hijo de un futbolista camerunés y de una francesa, criado en Stuttgart, parecía encaminarse a su consagración olímpica. Luego del salto con garrocha le llevaba una ventaja que parecía tranquilizadora al segundo, Rooth: 7.410 puntos contra 7.271.
Pero el lanzamiento de jabalina, penúltima prueba, fue el via crucis para el alemán. Si bien es un superdotado en los otros lanzamientos -sobre todo en disco, donde jamás un decathleta alcanzó los 57.70 metros como lo hizo él-, la jabalina resulta su prueba débil. Apenas tiró 56,64 metros y Roth pasó al primer puesto de la clasificación general con su disparo de 66m87. Y los 1.500 metros llanos, última vuelta, ya no cambiarían nada: el noruego que llegaba con unos pocos puntos de ventaja sobre Neugebauer (8.113 a 8.097) se dedicó a controlarla, estuvo siempre a la expectativa del alemán. Ambos estaban agotados tras el tremendo esfuerzo de dos días y diez pruebas.
Markus Rooth terminó con 8.796 puntos después de conseguir estos parciales: 10s71 en 100 metros, 7m80 en salto en largo, 15m25 en lanzamiento de bala, 1m99 en salto en alto, 47s69 en 400 metros, 14s25 en 110 metros con vallas, 49m80 en lanzamiento de disco y los ya citados 5m30 en garrocha, los 66m87 en jabalina y los 4m39s56 en los 1.500 metros.
Neugebauer tuvo que conformarse con la medalla de plata al acumular 8.748 puntos y el podio se completó con otro hombre surgido de las islas del Caribe, Lindon Victor (8.711) en un sábado pródigo para su región, por los triunfos de la velocista Julien Alfred, de Santa Lucia, en los 100 metros y la saltarina Thea Lafond, de Dominica, en triple.