El gran maestro Sandro Mareco no dio lugar a dudas y cuando más lo necesitaba su talento vio luz, subió peldaño a peldaño y construyó una fulminante victoria sobre el maestro internacional Pablo Acosta en dos horas y media para consagrarse campeón argentino absoluto de ajedrez. Es el segundo título nacional para el número uno del país: nueve años atrás se había consagrado en Villa Martelli.
El grandote de mirada penetrante fue una máquina implacable en el torneo y finalizó invicto con 8,5 puntos en 11 ruedas, producto de seis victorias y cinco tablas. Estuvo siempre en los puestos de arriba y no se permitió desliz alguno.
Es cierto que pudo haber perdido contra el gran maestro Diego Valerga pero también que pudo haberle ganado al MI Faustino Oro. Lo concreto es que asediado por la presión de tres jugadores que querían lo mismo que él en la última rueda, fue demoledor con negras ante Acosta en 34 movidas de una Defensa Siciliana.
Apenas firmó las planillas con su contrincante, recibió un apretón de manos de parte del gran maestro Diego Flores, heptacampeón nacional, a uno del récord del legendario Miguel Najdorf. El resto de los jugadores miraron a la distancia: había un nuevo campeón argentino.
Un tiempo después finalizaron en tablas las partidas entre el gran maestro Federico Pérez Ponsa y el maestro internacional Lucas Coro, entre el maestro Fide Germán Spata y Flores, entre el MF Ariel Tokman y Valerga, y entre el GM Leandro Krysa y Gaspar Asprelli.
Aún se disputa la partida entre el GM Fernando Peralta y Faustino Oro.