Ryan García no logró arrebatarle este domingo por la madrugada el título de campeón superligero del Consejo Mundial de Boxeo a Devin Haney porque fracasó en el pesaje, pero al menos se dio el gusto de vencerlo en las tarjetas, después de enviarlo a la lona en tres ocasiones, en un duelo que revivió una vieja rivalidad entre ambos.
Es que los boxeadores estadounidenses se habían medido seis veces entre los 13 y los 16, cuando eran aficionados. En esos tiempos obtuvieron tres victorias para cada uno, por lo que la contienda principal de la velada del Barclays Center de Brooklyn parecía una excelente oportunidad para inclinar la balanza, ahora dentro del campo rentado.
La previa de la pelea entre los pugilistas que ahora tienen 25 años estuvo envuelta por distintas cuestiones alejadas de lo deportivo. La más importante, más allá de las típicas provocaciones entre los aspirantes al título y sus respectivos entornos, fue que el viernes ocurrió lo que algunos temían desde hacía semanas, en base al sinuoso proceder del retador: García superó por 1,450 kilos el límite de la división superligero (63,500 kilos).
Ese problema dejó al joven de ascendencia mexicana, nacido en Victorville y afincado en Los Ángeles, con las manos vacías, y también con 1.5 millones de dólares menos en su arcas por la multa que tuvo que abonar. Es que, aun ganando, tal como sucedió, el título iba a quedar en manos de Haney, tal como lo indican las reglas del CMB.
Seguramente atravesado por un deseo de revancha por lo ocurrido ante la báscula, García salió decidido a todo y mucho más ante un rival que llegó a este enfrentamiento con el cartel de invicto colgado sobre su cuello.
«King Ry” dominó plenamente el primer capítulo y pese a algunas tímidas reacciones posteriores de Haney, fue el principal protagonista de la contienda. Esto lo confirmó al llegar al séptimo asalto, le hizo vivir a su rival una verdadera pesadilla.
Ryan primero lo derribó con una buena conexión de golpes e hizo besar la lona por primera vez en su carrera a uno de los uno de los boxeadores top libra por libra. Luego continuó con su brutal ofensiva, aunque su ambición fue tal que en un momento golpeó a Haney mientras el árbitro los separaba y sufrió el descuento de un punto.
“The Dream” estaba sentido y no podía ocultarlo. Sus piernas no le respondían como pretendía, y le costaba permanecer de pie. Por eso se agachaba recurrentemente, cuando no apelaba a abrazar a su oponente. Fue un pasaje en el que el árbitro pareció tenderle una mano compasiva, al no convalidar dos nuevas caídas, pese a que una de ellas fue claramente causada por un golpe.
García minimizó definitivamente al campeón hasta volver a tirarlo en el décimo y el undécimo asalto, y continuó buscando la definición antes del límite, pero no la consiguió.
Las tarjetas, finalmente, lo dieron como ganador, aunque con cierta sorpresa. Es que uno de los jueces dio empatada la pelea en 112. Los otros dos, en una resolución más ajustada a la realidad, premiaron al ex campeón interino ligero del CMB al darlo como triunfador por 114-110 y 115-109.