A los 38 años y después una temporada y media de poquísima actividad, Rafael Nadal se niega a dar las hurras y despedirse del tenis. Con el cansancio a cuestas tras un agotador duelo ante Mariano Navone el viernes, el español superó este sábado al croata Duje Ajdukovic por 4-6, 6-3 y 6-4 en dos horas y 12 minutos de juego y avanzó a la final del ATP 250 de Bastad (Suecia), que se disputa sobre polvo de ladrillo y reparte 579.320 euros en premios. En el encuentro decisivo, que será el primero que el manacorí jugará desde Roland Garros 2022, se medirá con el portugués Nuno Borges, que venció al argentino Thiago Agustín Tirante en la otra semifinal por 6-3 y 6-4.
En plena puesta a punto para su participación en los Juegos Olímpicos de París, Rafa demostró que pese a todo conserva muchas de esas cualidades que lo mantuvieron durante dos décadas en la cima del tenis mundial y que todavía puede volver a ser competitivo con una entrega y una fortaleza mental incomparables.
En su encuentro de los cuartos de final ante Navone, Nadal, quien hoy ocupa el 261° puesto en el ranking de la ATP, había tenido que luchar durante cuatro horas para remontar un duelo sumamente adverso. Lo mismo tuvo que hacer el sábado frente a Ajdukovic, de 23 años y 130° en el escalafón mundial, quien lo exigió al máximo, pero que terminó claudicando ante un fuera de serie de este deporte.
El español sufrió sobremanera en el inicio de partido como consecuencia de los cañonazos del croata, quien procuraba convertirse en el primer jugador procedente de la qualy en instalarse en la final de este torneo y no parecía sentir la presión de disputar su primera semifinal en el circuito ATP. El balcánico sacó rápida ventaja de 3-0 y aunque su rival esbozó una reacción con un break, fue insuficiente y el 6-4 quedó estampado en el marcador.
Nadal volvió a ceder su saque en el primer juego del segundo capítulo, pero enseguida sacó a relucir su temple. Campeón en Bastad en 2005, el mallorquín reaccionó rápidamente, equilibró el juego, consiguió otro quiebre en el sexto game y encaminó así la manga, que terminó apropiándose por 6-3.
Con Ajdukovic bloqueado, Nadal voló hasta el 3-0 en el tercer set. El partido parecía definitivamente encaminado, pero no fue así porque el croata recuperó sus cañonazos, principalmente con su revés, y le devolvió las dos rupturas para empardar 3-3.
De nuevo tuvo que recomponerse Nadal. Echó mano a su experiencia, a su espíritu de lucha y a su juego para volver a hacerse con el servicio de Ajdukovic, adelantarse 4-3 y acabar ganando el set por 6-4 y así quedarse con un partido tremendo.
«Ha sido un partido muy duro», admitió al terminar el encuentro el tenista español, quien valoró el poderoso revés de su adversario y contó que se sentía muy feliz por volver a una final después de más de dos años y tras haber salido victorioso de otro choque extremadamente complicado.
El domingo frente a Nuno Borges, Nadal disputará su 72ª final sobre polvo de ladrillo: de las 71 anteriores, ganó 63. Además, irá en busca de su primera corona desde que ganó en Roland Garros 2022 y la 93ª en su carrera.