De la derrota en el Arena do Galo de Belo Horizonte, no puede destacarse casi nada, dado que para Clarín ningún jugador llegó a los 5 puntos de calificación. El equipo no estuvo a la altura y cayó sin atenuantes ante Atlético Mineiro, un rival que, si bien le llegó pocas veces, cada vez que lo atacó con seriedad le hizo daño. Y el partido se jugó como quiso el equipo de Gabriel Milito, quien ganó la batalla táctica en el primer duelo.
En River puede rescatarse el primer tiempo de Facundo Colidio. De algunas jugadas del ex Tigre salieron las aproximaciones al arco defendido por Éverson, quien prácticamente no tuvo trabajo. Pero el delantero de River lo inquietó con un remate de zurda que se fue apenas desviado. También, con un par de centros a la cabeza de Miguel Borja.
Quien generó alguna esperanza con su ingreso fue Manuel Lanzini, que entró con ganas y pidió mucho la pelota para hacerse cargo del juego. Trató de intervenir con algunos pases pero no encontró un socio y con el correr de los minutos se fue diluyendo.
En contrapartida, entre los más flojos de la noche figuraron los defensores, sobre todo Germán Pezzella, quien tuvo su peor partido desde que volvió a River. El que quedó un escalón más arriba de sus compañeros de zaga fue Leandro González Pirez, por la enjundia para disputar algunos duelos, aunque también sale en las fotos del primer y tercer gol, como así también Paulo Díaz, de flojísimo rendimiento. Los laterales, por su parte, tampoco aportaron mucho, ni en la marca ni en el ataque.
Lo de los tres mediocampistas también fue para olvidar. De hecho, Gallardo los sacó a los tres en el segundo tiempo. Santiago Simón, Nicolás Fonseca y Nacho Fernández no tuvieron presencia en la marca, ni tampoco pudieron sostener la pelota o encontrar pases las pocas veces que la tuvieron.
En tanto, Franco Armani y Miguel Borja, dos futbolistas importantes en el equipo de Gallardo, estuvieron lejos de lo que pueden dar. El arquero, a diferencia de otras veces, no tuvo una de sus características salvadas y al delantero si bien la pelota no llegó mucho, no entró en sintonía y los dos cabezazos que tuvo tras los centros de Colidio fueron muy débiles.