Se dijo hasta el cansancio: River necesitaba hacer el partido perfecto en el Monumental frente a Atlético Mineiro para revertir la dolorosa goleada 3-0 sufrida en Brasil. Tuvo actitud para pelear cada pelota y jugó cerca del arco defendido por Everson, pero no pudo más que incomodar con jugadas aisladas al conjunto brasileño, que se dedicó a defender y pasa merecidamente a la final de la Copa Libertadores tras un empate sin goles que buscó y consiguió.
Facundo Colidio, como en el encuentro de ida, fue el mejor jugador del Millonario. Jugó suelto detrás de Miguel Borja, la referencia de área, se mostró participativo y a partir de sus gambetas y pases cortos hacia adelante se vio lo mejor de River, especialmente durante el primer tiempo. Lo más peligroso llegó por el sector derecho con asociaciones con Fabricio Bustos, otro de los puntos altos, y Pablo Solari, quien no logró buenas finalizaciones en las jugadas de ataque.
Por su parte, Claudio Echeverri, Franco Mastantuono y Gonzalo «Pity» Martínez ingresaron desde el banco de suplentes y generaron desequilibrio, aunque los dirigidos por Marcelo Gallardo nunca lograron tener claridad. Si los hinchas mantuvieron durante gran parte del encuentro la esperanza de conseguir la épica remontada, mucho tuvo que ver en ello el arquero Franco Armani, quien le tapó un mano a mano a Deyverson y dio seguridad bajo los tres palos.
El más flojo fue Borja. El goleador del equipo en el año entró en un bajón futbolístico y no puede levantar. No logró aguantar de espaldas para intentar desarmar a una defensa rival bien plantada y tampoco consiguió resolver en las pocas ocasiones que tuvo para definir. Gallardo lo reemplazó a los 18 minutos del segundo tiempo por Adam Bareiro.
Otro de los sustituidos en el complemento fue Matías Kranevitter. Tampoco dio la talla. A pesar de un buen arranque, no estuvo en el ritmo del partido y cometió un grosero error al servirle la pelota a Deyverson en la jugada que terminó tapando Armani. Luego, fue reemplazado por Rodrigo Villagra.