El eslogan, popularizado en una frase que ya forma parte del mito urbano a orillas del Riachuelo, dice que la Bombonera no tiembla, late. Que cobra vida propia por el apoyo que penetra en el campo de juego. Y una de las jactancias de sus hinchas tiene que ver con el aliento. A Boca se lo acompaña. La situación cambió este año. La gente tiene la mecha corta. Y como los merecimientos no suman en ninguna tabla, la explosión del domingo es lógica. Hay un hartazgo palpable, una acumulación de decepciones que ni siquiera matizó la clasificación a las semifinales de la Copa Argentina.
«Jugadores, no rompan las pelotas, a ver si se dan cuenta, que están jugando en Boca», fue el grito de guerra que partió desde cada rincón del estadio. Sí, por más que en las redes sociales hay críticas fuertes para Juan Román Riquelme, los apuntados son los futbolistas. A fin de cuentas, el presidente cometió errores en su gestión y los últimos dos años el equipo no pudo coronar, algo que podría cambiar si gana la Copa Argentina, pero acaba de ponerle fin al ciclo de Diego Martínez y recién empieza a transitar la era de Fernando Gago.
Entonces, el plantel quedó expuesto. Además de los desniveles y los flojos resultados, especialmente de visitante, hay situaciones que generaron malestar. El último episodio tuvo como protagonista a Cristian Medina, quien se negó a jugar contra Gimnasia, terminó yendo al banco, no ingresó y directamente fue borrado para el duelo con Riestra.
Los casos de Sergio Romero y Pol Fernández también generan broncas. Chiquito se quiso agarrar a las trompadas con los plateístas después del Superclásico. El Consejo de Fútbol lo sancionó con dos parridos. El santafesino anunció que se irá tras la finalización de su contrato, en diciembre de este año. En el último partido de Martínez, contra Belgrano en Córdoba, fue suplente y no entró. En ambos casos, a través de sus satélites, Román mandó a decir que no volverían a jugar en Boca. Gago les dio otra oportunidad. El hincha, ya no.
El arquero pasó inadvertido porque estuvo en el banco y el titular fue Leandro Brey. El mediocampista reemplazó a Ignacio Miramón en el segundo tiempo y fue silbado. Muy a pesar de su buen rendimiento -fue clave en el gol de Cavani-, terminó expulsado por una falta sin pelota sobre Antony Alonso, quien estaba a punto de quedar mano a mano con el joven número uno de Boca. Cuando abandonó el campo de juego, volvieron a chiflarlo.
Este lunes, Chiquito fue obligado a ofrecer disculpas a través de las redes sociales del club. “Soy Sergio Romero. Yo me equivoqué y asumo con responsabilidad y compromiso todos mis actos. Vivamos el fútbol como un deporte con sentimiento, pasión y sin ningún tipo de violencia”, dijo el arquero de 37 años.
🗣️El DESCARGO de Sergio Romero en Instagram:
“Soy Sergio Romero. Yo me equivoqué y asumo con responsabilidad y compromiso todos mis actos.
Vivamos el fútbol como un deporte con sentimiento, pasión y sin ningún tipo de violencia”. pic.twitter.com/FBtDGRVIKc
— Boca Juniors – La12Tuittera (@la12tuittera) October 28, 2024
Otro de los apuntados es Marcos Rojo, que jugó 22 partidos de los 48 que disputó Boca en todo 2024. Sus reiteradas lesiones lo tuvieron más tiempo afuera que adentro de la cancha.
Ayer también se escuchó el «movete, Boca, movete, movete, dejá de joder». Fue en varios tramos del partido. Después del gol de Brian Sánchez, que sorprendió de entrada, y cuando el equipo encerraba a Riestra y no podía vulnerar a Arce.
Los hinchas perdieron la paciencia. Gago pide tiempo. «Pido y, quiero dejarles claro, que este equipo desde el trabajo y la humildad va a tratar de seguir mejorando y conseguir los objetivos que queremos», afirmó el técnico en la conferencia de prensa. Edinson Cavani, el capitán, publicó en su cuenta de Instagram una imagen de los jugadores abrazados de frente a la platea. «Todos juntos. Es la única forma», decía la leyenda que acompañaba a la foto. Y agregó otra suya con un mensaje similar: «Y lo volveremos a intentar, una y otra vez. Todos unidos». Toda una declaración de principios.
No obstante, los números son contundentes. Boca está en el puesto 16 de 28 equipos, no está clasificándose a la Libertadores por la tabla anual, ganó 8 de los últimos 24 puntos y de visitante, apenas ganó 4 de 22 partidos disputados. La última vez que logró tres puntos fuera de casa fue el 19 de mayo ante Central Córdoba (4 a 2) en Santiago del Estero.
Sobran motivos para el malestar de la gente. Hoy, no hay contagio ni resultados. Hay un claro desencuentro con los jugadores. ¿Gago podrá recuperar la relación con la tribuna?