La guerra entre el Gobierno y la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) está declarada y cada acción que surge de una trinchera, encuentra respuesta en la otra. El teatro de operaciones es el fútbol y el conflicto la introducción de las Sociedades Anónimas Deportivas (SAD). Son jugadas de ajedrez que van, según los movimientos de cada pieza, dan un paso de ataque o defensa.

Por eso el decreto que está en discusión tiene un trasfondo inequívoco: el aumento de impuestos a los clubes suponen un ahogo financiero a futuro. Si los clubes no tienen para pagar obligaciones, se endeudan y si se endeudan, las SAD asoman como la salvación para resolver ese tipo de problemas con dinero fresco. No se trata de un simple reduccionismo sino de una historia que lleva más de 20 años y suma seis presidentes en la línea de tiempo.

Llevó la firma de Eduardo Duhalde y se mantuvo con el resto de los presidentes electos: Néstor Kirchner y los dos periodos de Cristina Fernández, hasta el de Mauricio Macri, quien lo derogó. Fue Alberto Fernández en su ejercicio quien lo restituyó recargado como DNU 510, justamente el que ahora Javier Milei intenta dejar sin efecto.

El 1212 es una declaración de principios. “Las asociaciones civiles sin fines de lucro, tales como las entidades afiliadas a la Asociación del Fútbol Argentino, han contribuido al proceso formativo del hombre”, comienza el decreto y ofrece el rasgo esencial por el que, desde ese momento, se establecía un régimen de percepción y retención para el ingreso de los aportes personales y contribuciones patronales diferencial.

En términos objetivos, la contraparte que asumió Estado por dicha contribución de los clubes entre noviembre del año pasado y abril de este fue de $7.091.928.560, según consta en la disposición publicada en el Boletín Oficial. En términos subjetivos, el mismo texto indica que la cifra constituyó “una pérdida en el régimen general”.

A principios de septiembre, Javier Milei recibió en la Casa Rosada a Andrés Fassi para empezar a armar un frente en contra de Tapia.A principios de septiembre, Javier Milei recibió en la Casa Rosada a Andrés Fassi para empezar a armar un frente en contra de Tapia.

¿De dónde salen los números? De la diferencia entre lo que pagan los clubes y lo que deberían desembolsar si no tuviesen el régimen especial. La AFA es agente de retención del 7,5 por ciento del monto bruto percibido de diferentes ingresos.

Aplica a lo recaudado en los partidos, los derechos de televisación de la Selección, de los clubes de Liga Profesional, Primera Nacional, B, C, junto al Torneo Federal A y Primera División femenina. El mismo porcentaje corre para las transferencias de futbolistas profesionales y al patrocinio oficial de los torneos.

Es decir, por cada 1.000 pesos, la AFA retiene $75 que cursa a las arcas públicas. Sin el 1212, la cuenta sería otra: por cada 1.000, aproximadamente retendría algo más de $300. Desde esa perspectiva, el Gobierno entiende que perdió 7 mil millones.

El 1212 original dejaba afuera a la C, el Torneo Federal y al Femenino, pero el que los incluyó en 2023 también amplió el alcance del 7,5 por ciento a los ingresos de “apuestas de toda índole que se produzcan en torno a la actividad futbolística”. Además, una alícuota adicional del 0,50 para la cancelación del total de las deudas preexistentes.

El Estado distribuye lo recaudado a las cajas del Fondo Nacional de Empleo, Sistema Integrado Previsional Argentino, Régimen de Asignaciones Familiares y Pami. Con las sumas, primero se cancelan primero los aportes y posteriormente las contribuciones, en forma proporcional a cada régimen.

Claudio Tapia y Sergio Massa, con muy buena sintonía durante la presidencia de Alberto Fernández. Foto: AP Photo/Natacha Pisarenko.Claudio Tapia y Sergio Massa, con muy buena sintonía durante la presidencia de Alberto Fernández. Foto: AP Photo/Natacha Pisarenko.

Aplica tanto para los empleados de la AFA, como para los de los clubes: futbolistas, entrenadores, docentes, administrativos, personal de maestranza. Hay clubes que cuentan con más de 2.000 empleados de diferentes áreas.

El 1212, ¿bandera de los socios dueños de los clubes?

Podría pensarse que el 1212 está conceptualmente hermanado únicamente con aquellos clubes que defienden la exclusividad de las asociaciones deportivas civiles sin fines de lucro, sin embargo no existen dirigentes detractores.

Andrés Fassi, en Talleres, como Sebastián Verón, en Estudiantes, acaso los únicos dos que tomaron la bandera que plantó el Gobierno cuando el año pasado estableció como una necesidad y urgencia la aceptación por parte de la AFA, también se benefician de la normativa.

La intención del Gobierno es crear un Comité que discuta la reformulación del régimen para “diagramar un sistema eficiente, suficiente y sostenible para su reemplazo”. Sin embargo ya debería existir, dado que el decreto que revoca lo contempla en su artículo 9. Claro que en este caso, el Gobierno le marca la cancha a la AFA: puede elegir sus representantes, bajo determinadas condiciones.

Juan Sebastián Verón junto a Foster Gillett, el magnate estadounidense que está dispuesto a invertir en el club.Juan Sebastián Verón junto a Foster Gillett, el magnate estadounidense que está dispuesto a invertir en el club.

Deberán ser tres: uno del ascenso y dos de Primera División -no aclara si de la Liga Profesional o el Femenino- y uno de ellos deberá seleccionarse entre los tres clubes “que acrediten haber tenido mayor cantidad de socios durante el año 2023”.

En la AFA todavía hay silencio. Pero a juzgar por la reacción en redes sociales del Tesorero Pablo Toviggino será cuestión de esperar cuando sale el próximo misil. “El que se humilla para evitar la guerra tendrá, primero la humillación y después la guerra !!! Vamos COMANDANTE !!!”, posteó el dirigente que, hasta el momento, jamás mostró un pañuelo blanco en señal de rendición.





Fuente Clarin

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *