El conductor televisivo Marcelo Tinelli defendió su gestión como dirigente de San Lorenzo y, al mismo tiempo, se lamentó de que sus hijos no puedan ir al Nuevo Gasómetro debido a que hay hinchas que están «enojados» con él, luego de su polémica salida en 2022, tras tomarse un año de licencia como presidente del club.
«Le puse mucho amor a San Lorenzo, gasté muchísimo dinero y puse de mi bolsillo. Lo que puse fue un delirio y hasta me da vergüenza decirlo«, aseguró el empresario para respaldar sus dos gestiones como vicepresidente en las que acompañó a Matías Lammens en la fórmula y luego cuando le tocó estar a cargo de la institución tras ser electo, en 2019, junto a Horacio Arreceygor.
De inmediato, Tinelli citó algunas de las acusaciones que recibió, tales como «choreaste» y «vaciaron el club». Las rechazó y contestó: «Al contrario. Ganamos la Copa Libertadores, un campeonato, San Lorenzo siempre tuvo equipos de primer nivel, recibimos una deuda de 66 millones de dólares y jamás dijimos algo. Nos matamos trabajando con Lammens».
En ese marco, el ex mandatario del Ciclón reflexionó: «A veces pienso que quizá debería haber seguido siendo hincha y no dirigente». Y, en la misma línea, diferenció: «El hincha sufre igual que el dirigente, pero termina el partido, se va a tomar una cerveza con la mujer y se va a dormir. El dirigente, en cambio, tiene un quilombo gigantesco al otro día».
«Creo que lo que más enojó a la gente es que yo me tomara una licencia», planteó el ex mandatario del Ciclón.