La Copa América, en el formato ampliado que la Confederación Sudamericana de Fútbol eligió darle en esta edición, se presentaba como una vistosa plataforma de lanzamiento del próximo Mundial tricéfalo. A ello ayudaría una buena participación de los coorganizadores del certamen que se disputará en 2026. Las fichas estaban puestas en México y Estados Unidos, los dos colosos de la Confederación de Norteamérica, Centroamérica y el Caribe de Fútbol. Pero ambos hicieron sapo y no superaron la fase de grupos. Contra todos los pronósticos, la ropa fue salvada por la sorprendente selección de Canadá, novel en estas lides, que el martes en el MetLife Stadium de East Rutherford pujará con Argentina por un pase a la final.

“La mejor manera de conseguir respeto es ganando partidos. Merecíamos ganar este partido, fuimos el mejor equipo. Y podemos ver que este equipo está creciendo”, aseguró el entrenador Jesse Marsch el viernes, luego de la victoria por penales frente a Venezuela en el AT&T Stadium de Arlington que metió entre los cuatro mejores del torneo a un seleccionado que ya había hecho historia al acceder a los cuartos de final: se había convertido en el primer combinado debutante en superar la fase de grupos desde que Honduras lo hizo en la edición de 2001 que se desarrolló en Colombia (terminó tercero en ese certamen).

Ese crecimiento que visualiza el técnico estadounidense de 50 años, que en la Major League Soccer dirigió a Montreal Impact y New York Red Bull, y en Europa trabajó en Red Bull Salzburgo, Leipzig y Leeds United, no ha sido consecuencia de una larga y paciente tarea: Marsch tomó las riendas de este equipo el 13 de mayo, apenas 38 días antes del inicio de la Copa América, en reemplazo de Mauro Biello, el DT interino que lo había clasificado a este torneo. El inglés John Herdman, quien había estado a cargo durante cinco años y medio y había llevado a Canadá a un Mundial, el de Qatar 2022, por primera vez en 36 años, había renunciado en agosto de 2023.

Apenas dos amistosos preparatorios hicieron Les Rouges con Marsch en el banco. En el primero, el 6 de junio en Róterdam, sufrieron una estrepitosa goleada 4 a 0 frente a Países Bajos. Tres días después, en Burdeos, rescataron un auspicioso empate 0 a 0 con Francia. Con más dudas que certezas, viajaron a Estados Unidos. Pero después de la previsible derrota en el debut en la Copa América ante Argentina en Atlanta, sorprendieron a Perú en Kansas City, sudaron la gota gorda para igualar con Chile en Orlando, avanzaron como segundos en el grupo A y dejaron en el camino a Venezuela, que había ganado sus tres compromisos en la zona B.

Jesse Marsch dirige al seleccionado de Canadá desde hace poco menos de dos meses. Foto: Tony Gutierrez / AP.Jesse Marsch dirige al seleccionado de Canadá desde hace poco menos de dos meses. Foto: Tony Gutierrez / AP.

¿Cómo consiguió esto Marsch? Por el momento, cambiando drásticamente el perfil de un equipo que solía ser relativamente fuerte en ataque y bastante endeble en defensa. Esta nueva versión de Canadá ha montado un mejor cerco de protección para su arco, pero convive con una inquietante anemia ofensiva: en los seis encuentros que jugó bajo la gestión del nuevo entrenador, solo convirtió dos tantos. Con ello le alcanzó para llegar adonde está.

Solo un gol en los últimos tres partidos de la Copa recibió el elenco norteamericano. Parte de la explicación está en la firmeza de Derek Cornelius y Moïse Bombito, dos centrales que nunca habían jugado juntos como titulares hasta la llegada de Marsch, y las buenas respuestas del arquero Maxime Crépeau cuando fue convocado a trabajar. Nobleza obliga: ese único gol recibido, el de Salomón Rondón el viernes, se produjo después de un mal retroceso y una endeble marca de Bombito en un contragolpe (más allá de la viveza del exdelantero de River).

Con su nuevo entrenador, Canadá se ha convertido también en un conjunto que presiona más intensamente y reduce mejor los espacios. En ello cumple una labor fundamental la pareja de mediocampistas centrales. Allí ha sido una fija el futbolista del Porto Stephen Eustáquio. En los primeros dos encuentros lo acompañó el joven marfileño nacionalizado Ismaël Koné (de 22 años y recientemente transferido por el Watford inglés al Olympique de Marsella) y en los dos últimos, Jonathan Osorio.

La presión y la recuperación rápida a la que apuesta Marsch se complementa con la circulación a máxima velocidad por las bandas. Allí se destaca el mejor jugador de este seleccionado, el capitán Alphonso Davies, de larga trayectoria en el combinado nacional y en Bayern Múnich pese a sus 23 años. En cambio, el entrenador perdió esta semana a otro hombre importante: Tajon Buchanan. El futbolista del Inter italiano sufrió una fractura en la tibia de su pierna derecha el martes, durante el último entrenamiento previo al duelo con Venezuela.

Alphonso Davies es la principal figura del seleccionado canadiense. Foto: Jerome Miron / USA Today Sports / Reuters.Alphonso Davies es la principal figura del seleccionado canadiense. Foto: Jerome Miron / USA Today Sports / Reuters.

Frente a la Vinotinto, el entrenador encontró muy buenas respuestas en Jacob Shaffelburg, quien se desempeña en Nashville SC y carga con el pesado apodo de Messi de las Marítimas (nació en Port Williams, un pequeño pueblo de Nueva Escocia, una de las tres provincias de la costa este del país que integran la región de Las Marítimas). El habilidoso rubio fue desequilibrante por la izquierda y, de yapa, anotó el único tanto de su equipo tras una asistencia de Jonathan David.

Ese fue apenas el segundo gol canadiense en la Copa América: frente a Perú había convertido David, tras pase de Shaffelburg. En la primera ronda, el seleccionado de la hoja de arce solo logró rematar siete veces al arco rival en 270 minutos. Ante los venezolanos, en un duelo sumamente abierto, igualó esa cantidad de disparos en 90 minutos, pero la cuenta final también quedó en un tanto. Allí reside su principal falencia.

“En los dos últimos partidos, la gente dirá que deberíamos haber marcado más goles. Y la verdad es que deberíamos marcar más. Pero siguen siendo dos grandes actuaciones contra muy buenos equipos”, reflexionó Marsch tras lograr el pase a las semifinales. Y dobló la apuesta: “Cuando logro que mis equipos jueguen el tipo de fútbol que me gusta, los goles suelen llegar con mucha más facilidad y con mucha más frecuencia”. Él y los suyos los necesitarán si pretenden dar pelea ante Argentina el martes en East Rutherford.



Fuente Clarin

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