El partido entre París Saint Germain, el líder de la Ligue 1, y uno de sus escoltas Mónaco dejó una imagen escalofriante en el Stade Louis-II del Principado francés. El arquero Gianluigi Donnarumma sufrió una patada no apta para impresionables.
Iban 16 minutos del primer tiempo cuando el marfileño Wilfried Stephane Singo, lateral del equipo local, se escapó por la derecha, ingresó al área y quedó mano a mano con el arquero. Quiso definir ante el achique de Donnarumma, pero no logró levantar la pelota y se lo llevó puesto.
No es sólo eso: saltó para intentar evitar el golpe, pero terminó impactando con los tapones de su botín derecho de lleno contra la cara del ‘1’ formando en Milán que fue campeón de Europa con el seleccionado italiano. Quedó tendido en el suelo, con sangre en su rostro y debió ser atendido por los médicos. Luego, lógicamente, fue reemplazado por Matvey Safonov.
Llamativamente, Singo apenas fue amonestado. Aunque pareció no tener intención de golpear a su rival, lo cierto es que la falta fue muy violenta y esa acción era merecedora de una expulsión que los jueces del VAR tampoco consideraron como tal.
«Enviamos nuestros mejores deseos a Gigio, quien sufrió un duro golpe en el rostro y tuvo que abandonar el partido en la primera mitad», posteó el PSG minutos después.
Más adelante en el partido, a los 24 minutos del primer tiempo, el francés Désiré Doué anotó el gol del 1-0 que afianza al equipo de la capital francesa en la primera colocación de la Ligue 1. Pero en el arranque del complemento, Seghir convirtió de penal el empate parcial.