Con 98 títulos acumulados en el circuito profesional, 24 de ellos de Grand Slam, y 428 semanas como número uno del mundo del ranking de la ATP, el serbio Novak Djokovic rompió por fin la barrera de las semifinales en unos Juegos Olímpicos y alcanzó una final soñada por todos en París 2024: el domingo peleará por la medalla dorada con el español Carlos Alcaraz.
En las cuatro participaciones olímpicas que afrontó el tenista de Belgrado de 37 años nunca llegó a luchar por el oro, el único objetivo que le queda por obtener en su carrera. Un gran desafío que está dispuesto a cumplimentar en París.
En las ediciones anteriores que disputó solo en una ocasión alcanzó el podio. Un bronce. Fue en Pekín 2008, eliminado en semifinales por un Rafael Nadal que lograría el título olímpico dos días después. Consiguió el tercer escalón del podio Nole, por debajo del español y del chileno Fernando González, plata. El jugador de Belgrado le ganó el partido consuelo al estadounidense James Blake.
En Londres 2012 fue cuarto, eliminado en semifinales por Andy Murray y por el argentino Juan Martín del Potro en la puja por el bronce. Cuatro años más tarde, en Río 2016 llegó su mayor traspié olímpico. Perdió en primera ronda, superado en un duelo épico otra vez por la Torre de Tandil, en uno de sus tantos hits de su interrumpida carrera. En los más recientes, Tokio 2020, Djokovic cayó en semifinales frente el alemán Alexander Zverev, que fue campeón.
El maleficio parece haber acabado en París. Al menos la pared antes de la final. En un encuentro en el que plasmó una evidente superioridad dejó en el camino al italiano Lorenzo Musetti por un cómodo 6-4 y 6-2 en el que no mostró vestigios de la molestia en la rodilla derecha que lo tenía a maltraer.
«Es algo grande para mi país. Estoy muy emocionado por la final de los Juegos Olímpicos. Quiero ganar el oro en dos días y voy a hacer todo lo posible para lograrlo«, dijo el balcánico que tras el partido de cuartos de final dijo estar preocupado por la rodilla derecha, operada en junio pasado.
«Este es un gran resultado para mí en estas circunstancias. Estaba muy nervioso hoy en la cancha, también antes del partido. Perdí tres de las cuatro semifinales de los Juegos Olímpicos que jugué en mi carrera y realmente quería superar este obstáculo», agregó Djokovic.
Novak Djokovic, que logró su decimooctava victoria en unos Juegos Olímpicos, más que nadie, aspira a convertirse en el quinto jugador de la historia en competir en el Golden Slam, es decir, ganar los cuatro titulos del Grand Slam y la medalla de oro. Solo antes lo lograron Andre Agassi, Steffi Graf -lo hizo en un mismo año-, Rafael Nadal y Serena Williams.
Alcaraz, a paso firme
El triunfo de Alcaraz fue mucho más contundente: 6-1, 6-1 sobre el canadiense Felix Auger-Aliassime. Así la final reencontrará a los protagonistas de las últimas definiciones de Wimbledon, ambas ganadas por Alcaraz, la última hace tres semanas. Suma cuatro títulos de Grand Slam en su carrera el español.
Alcaraz es casi un mes más joven que cuando el estadounidense Vincent Richards se colgó el oro en París 1924. “Que se preparen para el espectáculo que voy a dar. Voy a darles lo que quieren, que es el oro”, proclamó Carlitos al dirigirles un mensaje a sus compatriotas que poblaron el estadio Philippe Chatrier.
Con decenas de espectadores coreando el “¡Vamos, Carlos!” en una tarde nublada, Alcaraz fue como una locomotora. No afrontó un solo punto de quiebre. “Hoy ha sido un partido muy, muy completo», señaló Alcaraz. «He jugado a un nivel muy alto, con una concentración muy alta desde el principio hasta el final».
La final femenina será el sábado, con la china Zheng Qinwen y la croata Donna Vekic peleando por el oro. La polaca Iga Swiatek derrotó el viernes por 6,2 y 6-1 la eslovaca Anna Karolina Schmiedlova para llevarse el bronce.