Inter Miami venía sacando buenos resultados sin Lionel Messi, ganando cuatro partidos seguidos en la MLS desde que el 10 argentinos dejó el equipo para sumarse a la Selección. Todo eso se terminó este sábado, en una noche de terror ante Cincinnati, con una goleada en contra que fue una paliza y la expulsión de Sergio Busquets. Además, su rival le sacó la cima de la tabla de la Conferencia Este.
Al equipo del Tata Martino se le cortó la racha, y de qué manera. En el entretiempo ya perdía 4-1, con los argentinos Luciano Acosta y Yamil Asad anotándose en la lista de goleadores. El regreso de los vestuarios fue demoledor: a los 15 minutos Busquets protestó un fallo del juez, recibió amarilla e insistió con el reclamo en forma vehemente hasta llevarse la roja.
El elegante mediocampista español, de 35 años de edad, llevaba apenas tres expulsiones en toda su carrera (las tres jugando para el Barcelona), un dato revelador para un jugador que siempre se destacó por hacerse patrón de la mitad de la cancha priorizando el manejo de la pelota antes que la necesidad de pegar patadas.
En una liga que cuida las formas y sanciona las discusiones con quienes imparten justicia, Busquets se vio obligado a irse a las duchas con su equipo abajo en el marcador 5-1. Parecía que se venía una goleada todavía mayor pero Cincinnati, uno de los mejores equipos de los Estados Unidos antes y después de la llegada de Messi, sacó el pie del acelerador y en esa última hora sólo metió un gol más.
Además de Asad y Acosta, en el vencedor también fue titular Luca Orellano, el ex Vélez que se ganó su lugar en el 11 de Cincinnati a fuerza de gambetas y golazos, como el que marcó hace poco frente a Philadelphia.