New York Knicks aplastó a Boston Celtics y se clasificó a la final de la Conferencia Este por primera vez en 25 años

New York Knicks se clasificó a la final de la Conferencia Este de la NBA por primera vez en 25 años tras derrotar a Boston Celtics por 119-81 el viernes en el Madison Square Garden y así cerrar por 4-2 una de las series de las semifinales ante el vigente campeón de la liga.

Los Knicks, que terminaron terceros en el Este en la fase regular, se enfrentarán con ventaja de cancha y por un puesto en las Finales de la NBA a Indiana Pacers, que finalizó cuarto en la etapa larga del certamen. El primer partido se jugará el miércoles en el Garden con mucho aroma de revancha, ya que el equipo comandado por Tyrese Haliburton eliminó al elenco neoyorquino el año pasado en la segunda ronda.

Un cuarto de siglo tuvo que esperar esta legendaria franquicia para alcanzar una final de conferencia. Su última vez en esta instancia fue en 2000, cuando cayó precisamente ante los Pacers de Reggie Miller. Un año antes, también había accedido a la final del Este y, en ese caso, había derrotado a Indiana, pero luego perdió con los San Antonio Spurs de Tim Duncan y David Robinson.

Varias décadas más hay que remontarse para encontrar los dos únicos títulos de los Knicks: la histórica franquicia los consiguió en 1970 y 1973. Por todo eso, la afición neoyorquina vivió con pasión estas últimas semanas con un equipo que le devolvió la ilusión y con un estadio que fue una olla a presión, especialmente este viernes.

Jalen Brunson, el referente imprescindible de este conjunto, fue el principal recurso ofensivo con 23 puntos (8 de 14 en tiros de campo con 3 de 8 en triples), 6 rebotes y 6 asistencias en tanto que OG Anunoby volvió a ser decisivo en ataque y defensa (23 puntos y 9 rebotes).

Además, Josh Hart se convirtió en el tercer jugador de la historia de los Knicks con un triple-doble en la postemporada y el primero desde Walt Frazier en 1972 (10 puntos, 11 rebotes y 11 asistencias). El dominicano Karl-Anthony Towns fue el mejor en el inicio (21 puntos y 12 rebotes) y Mikal Bridges (22 puntos con 4 de 7 en triples) redondeó una velada mágica de los Knicks.

Por su parte, los Celtics, muy disminuidos por la grave lesión de Jayson Tatum (sufrió la rotura del tendón de Aquiles derecho en el cuarto partido de esta serie), necesitaban una noche épica, pero se quedaron lejísimos dado que ya perdían por 27 puntos al descanso y llegaron a estar 41 abajo en el tercer periodo.

Jaylen Brown acabó con 20 puntos (8 de 20 en tiros de campo con 3 de 9 en triples), 6 rebotes y 6 asistencias, pero también fue el responsable de 7 pérdidas de balón y debió abandonar el campo de juego a falta de 2.50 en el tercer cuarto por haber cometido seis faltas personales.

Ni Derrick White (8 puntos con 3 de 11 en lanzamientos de campo) ni Jrue Holiday (4 puntos con 1 de 8) ni Kristaps Porzingis (4 puntos con 1 de 4) estuvieron a la altura del reto. El conjunto dirigido por Joe Mazzulla estuvo muy impreciso en los lanzamientos de tres puntos (12 de 41, 29,3 %) y fue claramente superado por los Knicks en la lucha por los rebotes (55 contra 36).

Con una multitud de famosos en la primera fila del Garden, incluido el reguetonero Bad Bunny sentado al lado del actor Timothée Chalamet, los Knicks tenían como primera tarea un arranque incendiario y lo lograron en defensa, ya que dejaron a Boston sin anotar durante los primeros dos minutos y medio. En ofensiva les costó más. Brunson solo sumó 2 puntos, pero Towns (11 puntos) y Bridges (10) impulsaron a un equipo que derró el primer cuarto con ventaja de seis puntos (26-20).

Brown tuvo que lidiar con Anunoby, quien por momentos fue infranqueable, pero se cargó a su equipo sobre la espalda con 13 puntos. Sin embargo, ni White (0) ni Porzingis (2) ni Pritchard (0) le echaron una mano.

El segundo cuarto fue un vendaval de los locales. Un amplísimo 38-17 dejó el duelo encarrilado para los Knicks, que ofrecieron en ese periodo una de sus actuaciones más completas y convincentes de lo que va de los playoffs.

Todo le salió de maravilla al elenco dirigido por Tom Thibodeau: Brunson despertó con 9 puntos, Miles McBride entró como un tornado desde el banco con 10, Hart puso todo su corazón en cada jugada, Anunoby seguía marcando diferencias en los dos tableros, Mitchell Robinson era otro puntal en defensa.

La diferencia no dejó de crecer a favor de los Knicks, que en ese cuarto volaron con un 58,3% en tiros de campo (44,4 % en triples con 4 de 9) y que controlaron los rebotes (16 por 7). El naufragio en los Celtics fue completo con un tétrico 1 de 9 en triples y con 6 pérdidas de balón.

El impactante 64-37 al descanso dejó a cuatro jugadores de los Knicks en doble dígito de anotación: Towns (16), Bridges (12), Brunson (11) y McBride (10). En cambio, Brown (18 puntos con 6 pérdidas) fue el único de Boston con más de 5 unidades.

Además, los 37 puntos de Boston marcaron su anotación más baja de toda la temporada en la primera mitad, mientras que la ventaja de 27 puntos igualó el mayor margen de los Knicks al descanso en un encuentro de los playoffs.

No hubo partido en la segunda mitad. Los locales lograron, apenas volvieron del vestuario, la primera ventaja mayor que 30 puntos (la máxima diferencia fue de 41), los Celtics no tenían nada para intentar una remontada milagrosa y los Knicks se ganaron el derecho a soñar con todo en esta temporada de la NBA.