«Para mí es importante poder jugar y disfrutar una última vez en Madrid«, había avisado Rafael Nadal en la previa de regreso al Masters 1000 que se juega en la Caja Mágica. Así lo hizo en su debut, en el que impuso su jerarquía y su experiencia -y toda la potencia de su tenis- ante un rival muy especial, para anotarse su 57ª victoria en el certamen y confirmar que, aún sin estar al cien por ciento y sin mucho ritmo de competencia, sigue siendo el Rey indiscutido del polvo de ladrillo.

En el duelo con mayor diferencia de edad entre los rivales de la historia de esta categoría (21 años y 117 días), El mallorquín, de 37 años y cinco veces campeón del torneo, no tuvo piedad del estadounidense Darwin Blanch, que a los 16 jugaba su segundo cuadro principal en un ATP. En apenas una hora y cuatro minutos de juego, Rafa se llevó el triunfo por un aplastante 6-1 y 6-0 y se citó con el australiano Alex De Miñaur en la segunda ronda.

«Estoy feliz porque la victoria me da la oportunidad de jugar un día más en Madrid, lo que para mí significa mucho», comentó el ex número uno con una enorme sonrisa. «Estoy casi de regalo con la ilusión de hacerlo lo mejor posible», agregó.



Fuente Clarin

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