Antes que Celine Dion emocionara a todos desde la Torre Eiffel con su versión del Himno al Amor, el clásico de Edith Piaf, sucedió otro momento memorable en la fastuosa ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de París 2024. Fue cuando el judoca Teddy Rinner y la ex atleta Marie Jose Perec encendieron el pebetero que iluminará la competencia desde un globo aerostático que «flota» desde el Jardín de las Tullerías. Los dos fueron el último relevo de la antorcha y recibieron la llama de manos de un anciano en silla de ruedas. Ese hombre era nada menos que Charles Coste. Nacido en 1924, la última vez que los Juegos habían pasado por la capital francesa, es además un campeón olímpico con todas las letras -el más longevo de su país- porque en la cita de Londres 1948, como ciclista, ganó una medalla dorada. Una leyenda viviente.
Charles Gustave Leonce Coste es un prohombre del deporte francés. Nació el 8 de febrero de aquel 1924 en la ciudad de Ollioules, sobre la Costa Azul, y con 24 años integró el equipo que subió a lo más alto del podio en la prueba de persecución por equipos junto a Serge Blusson (1928-1994), Fernand Decanali (1925-2017) y Pierre Adam (1924-2012). Ese mismo año, todavía como amateur, representó a su país en el Mundial de Países Bajos y logró el tercer puesto en la prueba individual de la misma especialidad en la que fue oro olímpico.
Al año siguiente se hizo profesional y tuvo una dilatada carrera, que incluyó un triunfo en el Gran Premio de las Naciones. Sin embargo, no tuvo muchos más grandes éxitos como deportista rentado Tuvo dos participaciones en el Tour de Francia, con abandonos en 1952 y 1957 y cuatro apariciones en el Giro de Italia, con el 40° lugar en la general como mejor colocación en 1956.
En 2022, con 98 años, fue condecorado como Caballero de la Legión de Honor. Era algo que le debía su país. Era el único campeón olímpico vivo que no había recibido el reconocimiento. ¿El motivo? Hasta 1952 no se había transformado en uso y costumbre -desde entonces todos los dueños de medallas doradas lo reciben-.
La reparación llegó de manos de Tony Estanguet, presidente del Comité Organizador de los Juegos de París 2024 y ganador de tres medallas doradas (Sidney 2000, Atenas 2004 y Lodnres 2012) en canotaje. «Estoy muy contento. Sobre todo porque es el señor Estanguet quien me da la Legión de Honor porque admiro mucho su carrera deportiva. Será un momento maravilloso. Se lo dedico a mis tres compañeros, Pierre Adam, Serge Blusson, Fernand Decanali, como éramos cuatro en el podio, no los olvido», dijo en una entrevista a France Info, en 2022.
“Habíamos corrido varias veces en la pista de Londres, así que la conocíamos muy bien. Incluso establecimos el récord a principios de 1948”, recordó por aquellos días. Y sobre aquel hito en el velódromo de Herne Hill, en la capital del Reino Unido, agregó: «Sabía que íbamos a ganar y la alegría cuando cruzamos la meta fue inmensa”.
Sin embargo, Coste se quedó con un gusto atravesado de su coronación en Londres 1948: cuando subió con sus compañeros a lo más alto del podio no sonó La Marsellesa. «El podio era muy pequeño. Estábamos los cuatro apretados en el palco. Y para colmo no pudimos escuchar el himno. En aquel momento nos explicaron que no habían encontrado el disco. Ojo, cuando regresamos, el campamento francés nos cantó una Marsellesa a capella», revelaba.
Solo es una anécdota. «Esperé para participar en los Juegos antes de convertirme en profesional siguiendo el consejo de mi manager Paul Ruinart, que me había dicho una día: ‘Cuando seas campeón olímpico, lo serás para el resto de tu vida’. Hoy veo que tenía razón», reflexionaba el hombre que este viernes fue uno de los grandes protagonistas de la ceremonia de apertura de París 2024, un siglo y cinco meses después del día de su nacimiento y casi con ocho décadas de diferencia del día en que se coronó campeón olímpico para toda la vida.