Luego de sufrir un ACV y tras varios días de agonía, murió Omar Arnaldo Palma, una de las mayores glorias de Rosario Central. El Negro, de 66 años, sufrió un accidente cerebro vascular el lunes 30 de septiembre por la mañana y enseguida había sido hospitalizado e intervenido quirúrgicamente. Sucedió anoche, según informó el Hospital Italiano de Rosario a través de un comunicado.
El ex jugador y técnico se encontraba en su hogar, en Ybarlucea, en la provincia de Santa Fe, cuando se descompensó. Estaba tomando mates con su familia y de pronto comenzó a sentirse mal. Una de sus hijas lo socorrió rápidamente y llamó a una ambulancia.
Primero fue atendido de urgencia en el hospital Eva Perón de Granadero Baigorria. Luego, derivado a la clínica Centenario donde al confirmarse el ACV, producto de una hemorragia cerebral, fue trasladado a un centro de salud más sofisticado de Rosario. Más tarde quedó internado en terapia intensiva del Hospital Italiano, donde fue operado y días después murió.
Palma había estado el sábado anterior en la ciudad deportiva de Central, donde presenció la jornada de clásicos de inferiores de AFA. La noticia sorprendió a todos los hinchas canallas, que emitieron cadenas de oración en redes sociales.
El Negro fue uno de los grandes volantes creativos de las décadas del 80 y 90. Un 10 clásico de aquellos tiempos brillantes, parecido a todos y a ninguno. Habilidoso, gambeteador y dueño de una pegada envidiable. De tiro libre, de penal, cuando salía el derechazo, era medio gol. Prueba de ello, de los 64 goles que hizo en Central, 15 fueron de tiro libre y 30 de penal. El primero de falta lo hizo en el Metro 81 ante el Boca de Diego Maradona y Miguel Brindisi, que logró un ajustado triunfo por 3 a 2 el 10 de mayo.
Palma ingresó en el segundo tiempo por Víctor Marchetti y después del partido le contaba al cronista de Clarín: “Zof me indicó, cuando entré, que me juntara con los otros volantes para tocar asegurar la pelota. ¿El gol de tiro libre? Bueno, al no estar García (quien siempre los patea), nos pusimos Bauza, Orte y yo pero ahí mismo les pedí por favor que me lo dejaran. Le pegué muy justo, la pelota pasó por arriba de la barrera y se metió. ¡Qué bronca que no nos sirvió aunque sea para empatar”.
El jugador nacido en Campo Largo, Chaco, el 12 de abril de 1958 había debutado el 2 de octubre de 1979 en la Primera de Central (1-1 con Boca) y al año siguiente fue campeón del torneo Nacional. En la final de ida ante Racing de Córdoba (5-2), marcó uno de los goles, el primero de los 64 que hizo en el Canalla.
Ya consolidado en Primera, Central, de malas campañas en el Metro 82, 83 y 84, fue uno de los primeros equipos en bajar a Primera B por la tabla de promedio del descenso, implementada el año anterior tomando en cuenta solo dos temporadas.
En 1985, el equipo rosarino arrasó y fue campeón del torneo de Primera B, en diciembre. Como hubo una reestructuración del fútbol y el nuevo torneo empezaba en julio de 1986, Central dio a préstamo a casi todo el plantel. Así, el Negro Palma jugó unos meses en Colón, en el Apertura 86 de la B, que le permitió al Sabalero clasificase para jugar el primer Nacional B.
De regreso, siguieron los éxitos. Bajo la conducción de Angel Tulio Zof, el técnico que lo hizo debutar en Primera y con el que fue campeón en 1980, Palma fue el líder de un equipo inolvidable, que ganó uno de los torneos largos más peleados de la historia y que se definió recién en la última fecha en cancha de Temperley (1-1, gol del Negro de penal). “Era una gran responsabilidad”, dijo tras la consagración inédita, ya que Central fue el primer equipo profesional en ascender y salir campeón al torneo siguiente.
Por su gran temporada en aquel Central campeón, lo compró River, que venía de ganar todo pero había cambiado de entrenador, tras la salida de Héctor Veira llegó Carlos Timoteo Griguol. Y a la temporada siguiente llegó César Luis Menotti. Tras dos temporadas sin poder demostrar todo su talento, aunque es recordado por un gol en el final de un Superclásico que River le ganó 3-2 a Boca (antes había desperdiciado un penal y sobre la hora Jorge Comas falló otro) fue vendido al Tiburones Rojos de Veracruz de México, donde jugó tres temporadas.
Regresó a Central en 1992 y se quedó hasta su retiro en 1998. En el medio, también fue uno de los baluartes de la conquista de la Copa Conmebol 95, en aquella inolvidable final ante Atlético Mineiro, 0-4 en Belo Horizonte, 4-0 y 4-3 por penales en el Gigante de Arroyito. Además, el 12 de noviembre de 1995, con 37 años y 7 meses, se transformó en el jugador más longevo de Central en hacerle un gol a Newell’s, y lo hizo de tiro libre para el triunfo del Canalla por 2 a 0.
“Esto pudo haber sido mi último clásico y no podía ser mejor. Por el funcionamiento del equipo y por la fiesta”, dijo el Negro tras la victoria, que además fue llevado en andas por sus compañeros y los hinchas que invadieron el campo de juego. Fue, de hecho, su único gol y su último partido en un clásico.
En sus tres etapas, completó 390 partidos, marcó 64 goles y es el jugador más ganador en la historia de Central desde su ingreso a AFA en 1939. Además jugó 17 encuentros en Colón (5 goles), 44 en River (7 goles) y 103 en Veracruz (7 goles). A pesar de su enorme calidad, nunca jugó en la Selección.
Tras su retiro como jugador se dedicó a la política. Afiliado al Partido Justicialista, fue presidente comunal desde 2005 a 2009 en Ybarlucea, el pueblo en el que se afincó. Más tarde, a la dirección técnica. Primero fue coordinador de las inferiores de Central (2009-11) y luego tuvo un paso fugaz como entrenador, primero en Central, once partidos en 2011 y luego en Central Córdoba de Rosario en Primera C (cuarta categoría).