En Huracán el equipo campéon de 1973 es más que un plantel. Es el que grabó un instante glorioso en la historia, que todavía cuenta con testigos que confirman la clase de cuadro que fue. Los que atesoran recuerdos desde la tribuna pueden recordar inmediatamente a Carlos Leone, quien murió el sábado a los 76 años y fue una de las piezas que conjugó Cesar Luis Menotti en Parque Patricios.
A diferencia de otros apellidos con los que se evoca el título, el de Leone está reservado sólo aquellos testigos privilegiados. Quemeros que lo pueden distinguir sin dudar entre el resto en cualquier foto grupal o registro de la época, pueden dar cuenta que se encargaba de uno de los aspectos menos conocidos de los equipos del Flaco: las cábalas.
Leone salía invariablemente con una gorra con visera que se dejaba puesta todo el tiempo en el banco de los suplentes. No tenía lugar entre esos monstruos dentro de la cancha. Lo suyo era que no se notara, cuando él lo reemplazaba, que Fatiga Russo había dejado la cancha. Si no le tocaba entrar, jamás se quitaba la gorra. Era cábala para el equipo, el aporte supersticioso del otro lado de la línea de cal.
Acaso ese fue el legado bilardista, antes que eso existiera, como tampoco el menottismo era un concepto ni ellos eran el gran némesis del fútbol argentino. La temporada anterior, Huracán había sido dirigido por Osvaldo Zubeldía con Carlos Bilardo como ayudante y Leone era uno de los titulares.
«Jugamos contra Newell’s en cancha de Huracán. El Gitano Juárez era el director técnico y Menotti el ayudante. Ellos tenían a Silva y Acosta y Zubeldía me mandaba a la cancha como el ‘Pachamé de Huracán’ y lo marqué hombre a hombre a Silva. Me salió bien y ganamos cómodos», recuerda el Leone en una entrevista al programa «Traigan la Redonda» en octubre de 2024. El mismo completa la historia y con la que puede ser la primera diferencia práctica entre menottismo y bilardismo.
«Al poco tiempo vino el Flaco a Huracán y lo primero que hizo en el vestuario fue llamarme: ‘¿usted se acuerda del partido que jugamos?’ me preguntó. Bueno, la cosa es que me dijo: ‘así, conmigo no va a jugar’. Me tuve que adaptar a la idea de él, a jugar. Ya no corría hombre a hombre a nadie. Me integró y me dio confianza, no solo a mi sino a todos porque cada uno desarrolló lo que mejor podía hacer, de la mejor manera», indicó Leone en la entrevista.
Leone surgió de las divisiones inferiores de Huracán y debutó en Primera División en 1970 y un año más tarde fue seleccionado al preolímpico. Se desempeñó principalmente como mediocampista central o por la derecha, con 220 partidos en la Primera del Globo y 30 goles. En 1978 pasó a Independiente, donde también formó parte del plantel campéon de ese año. Sus últimos dos clubes fueron Almirante Brown en 1980 y Deportivo Armenio, del 81 al 83.
El Club Atlético Huracán lamenta profundamente el fallecimiento de Carlos Leone, campeón del 73 con nuestro querido Globo.
El Pueblo Quemero envía sus condolencias y saludos a sus familiares, amigos y seres queridos.
¡Siempre te vamos a recordar! 🎈❤️ pic.twitter.com/poEeXMCr7P
— CA Huracán (@CAHuracan) April 12, 2025
En una entrevista durante el campeonato de 1973, que se consumara la coronación, la revista El Gráfico le consultó por su falta de titularidad en el equipo, pese a que llevaba tiempo en el primer equipo.
«A lo mejor es porque se dan así las circunstancias. Uno no puede saber cómo serían las cosas en otro plantel. Pero para mí el equipo es bárbaro, está jugando muy bien y quedarme en el banco mientras juegan los fenómenos que están arriba mío no me preocupa. Siempre va a haber oportunidad de patear un rato. Además hay un par de cábalas que únicamente se pueden cumplir desde el banco…», respondió Leone, dueño del aspecto menos conocido de aquel equipo.
Dentro del plantel no era uno más. Tenía una silla de las seis dispuestas para los impostergables partidos de truco que disputaba, con sorteo de parejas, junto a Basile, Houseman, Quiroga, Pizzarotti y Avallay.
«Se magnifica con el tiempo lo que hizo César en el fútbol. Empezó con nosotros, tenía treintipico y estaba a la par de muchos muchos como Basile que estaba por esas edad. Pasaron más de 50 años y todavía la gente recuerda ese equipo. Yo también tengo el mejor de los recuerdos, no lo solo en lo futbolístico, sino lo humano», completó Leone, un inmortal del Huracán del 73.