Ya era sabido que Lionel Messi no iba a jugar contra Perú a raíz de la fuerte contractura que lo tiene a maltraer desde el primer pique de la noche en el partido contra Chile, en el MetLife Stadium de Nueva Jersey. Lo que no se esperaba, aunque no sorprendió, era que figurara en la planilla oficial como disponible y se sentara en el banco de suplentes.

Messi, como siempre, se convirtió en el polo de atracción de todos. Los fotógrafos se volcaron para tomar imágenes apenas se acomodo en los asientos del banquillo. Con zapatillas y una pechera dorada, al igual que el resto de sus compañeros, el rosarino se acomodó, como no podía ser de otro modo, junto a Rodrigo De Paul.

Desde allí siguió con atención las acciones del partido. Aunque no paró de hablar con su compadre, con quien se divirtió de lo lindo. Más de una vez no pudieron aguantar las risotadas mientras comentaban lo que hacían sus compañeros.



Fuente Clarin

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